24. Un buen trabajo

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La noche es oscura y extremadamente fría. No consigo acostumbrarme a este frío. Además está nevando. Hay una cabina de teléfono sonando, sepultada bajo la nieve. Simplemente derretí la nieve que impedía entrar y descolgué el teléfono.

Yo— ¿Qué quiere decirme desde la isla?

—Muchas cosas a estas horas

—A estas horas es de noche, te escucho

Esa es la secuencia de clave para las llamadas telefónicas nocturnas. Tenemos muchas claves pero me apaño para recordarlas todas.

El Superior— Debo darle la enhorabuena por su magnífico trabajo, ha sido todo un orgullo para Inglaterra. Nadie aquí se esperaba el secuestro de una ciudad

—Ha costado su esfuerzo

—No sabría decir si usted es un héroe o un loco. Un solo hombre capturando una ciudad militar. Desde luego es una enorme hazaña. Supondré que ya ha conocido lo que debe conocer

—Así es

—Bien. Sin embargo, debe abandonar Jaga

—¿Sin más?

—Como desee, pero el ejército se está preparando para recuperar la ciudad

—Ya la tomé una vez y cada día domino más la magia. Puedo defenderla de cuantos hombres vengan

—No se confíe, el ejército también la conoce

—Como usted ordene, pero no se las dejaré sin más

—Hazlo como quieras, se ha ganado mi respeto, pero le quiero con vida y en Huvudstad

—¿Huvudstad?

—Eso es otro asunto que le quiero comentar. Verás, la vaca está en peligro

—No tengo información de ninguna vaca

—Ko

—...¿Karll?

—Sí. Hay una organización terrorista que va tras él, se llama DFBSB, tomaron un pueblo llamado Högkvarteräa como su sede, pero están distribuidos por todo el país. Su especialidad son los coches bomba y los asesinos rápidos. También perpetran secuestros. Su motivación principal es la separación de las dos Brödtlands. Hay rumores de que están preparándose para matarlo por las calles. Tienes que evitarlo a toda costa

—Me infiltraré en ellos

—Demasiado arriesgado. Intenta seguirles de cerca, pero salva distancias. No nos falles, de ti dependen muchas cosas

—No os fallaré.

Colgué. Me di la vuelta para salir, cuando veo a una mujer mirándome fijamente desde la hacera. Salgo sin decirle nada, mirándola fijamente. Ella comenzó a tener miedo y más miedo y el miedo se convirtió en dolor cuando la lancé contra la pared del edificio y solo con mirarla le arranqué la cabeza de cuajo.

Parece increíble poseer tanto poder. Cada vez que lo uso se siente bien, como si pudiese controlar el mundo. La nieve alrededor de la desollada mujer está manchándose de sangre, pero la nieve nueva que cae la cubrirá hasta queen algún momento deshiele.

Caminé bajo la luz de las lámparas hasta encontrar el que había escogido como mi hogar. Entré, me senté en el sofá a descansar mientras me quito las botas. ¿Cómo puede ser que casi un mes después de estar en este maldito lugar no haya aprendido a vestirme correctamente? Sale nieve de los guantes, las botas, el abrigo, los calcetines, la bufanda, el poncho. Por lo menos los cuatro jerséis y el pantalón interior sí están secos.

Comprobé el termómetro. 36 grados bajo cero, como me gusta llamarlo, un infierno de nieve. Preparo una mochila militar con todo lo necesario, principalmente ropa robada, la cual me queda demasiado larga. Los habitantes de este lugar no son especialmente más grandes, pero sí mucho más altos. He visto niños que no habrán entrado aún en la adolescencia con mi misma altura.

Por suerte Huvudstad está al sur y a nivel del mar, así que hará un poco menos de frío. También até mi escopeta a la mochila y guardé mi pistola en la cartuchera. Asaltar la base militar fue, como dirían aquí, pan comido. Allí conseguí mi escopeta de asalto y municiones de sobra. La pistola que traje, la NN-79, es la reglamentaria en el ejército de Brödtland, por lo que no es difícil encontrar munición para ella. Pensé en tomar también granadas, de las que había enormes cajones como si estuviesen de rebajas. Pero nunca había usado una y no quería que me estallasen en la mano por no saber usarlas.

Lo cierto es que no he recibido ningún entrenamiento militar, el servicio militar obligatorio se abolió cuando tenía 16 años, y la BAKS (Brödtland Anglar Kingdom Society) no me ha dado ninguno. Por eso, estos días he estado practicando tiro a menudo, junto con mi habilidad con la magia.

Dormí unas pocas horas, . Me desperté bastante despejado, amanecía. Con todo preparado salí de casa y busqué un garaje cualquiera. De nuevo había que fundir la nieve para poder entrar. Abrí la puerta con la telequinesia, lo cual solo pudo ser bruscamente y resultó en un tremendo estruendo. Adentro hay un coche que parece estar en desuso desde el comienzo del invierno. Esperaba que el dueño viniese al ruido, pero no escuché nada aparte de unos perros ladrar en las casas vecinas.

Puse rumbo a la capital usando mi mapa. Tras lo que supongo que fueron dos horas no había conseguido salir de esta cordillera. Me di cuenta de que estaba perdido al pasar por un puente que creo que ya había pasado en dirección opuesta este mismo día. Conduzco hasta el final del puente, donde me paro a usar una de las runas. El otro día, revisando mi cuaderno, vi apuntadas escondidas entre las páginas información que debía saber. Entre esa información se decían las propiedades de cada una de las dos piedras rúnicas. Aunque la información que da es pésima y casi ininteligible. Una "atrae lo viejo" y la otra "atrae lo nuevo".

Medito sobre la que "atrae lo viejo", esperando que algún anciano arrugado venga a decirme cómo salir de estas asquerosas montañas e ir a la capital.

Estuve esperando hasta que me cansé. Supongo que no es así como funciona. Comienzo a mirar la forma de llegar a Huvudstad, o, primero, de adivinar donde estoy.

Escucho como unos pasos muy fuertes detrás de mí. Me giro. Lo que veo debe ser una alucinación. Tiene que serlo. Giro alrededor de eso, lo cual permanece inmóvil. Es un horno de piedra con patas.


Hornos Y Revolución - Onda BrödugnarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora