12 de Marzo del año 1984. Piotr, Aron y yo subimos al tranvía para ir al instituto. Mis dos hermanos se sentaron en unos asientos que acababan de dejar libres.
El pasado 24 de Febrero hubo un extraño incendio que destruyó una ciudad llamada Forstaden. La mayoría de los vecinos no pudieron ser rescatados. No parece un accidente, pero tampoco se sabe qué sucedió.
Pero lo más extraño de todo es que no se quedó ahí. Hace unos días sucedió lo mismo en la parte antigua de Andrastaden, y ahora resulta que el enorme horno de la panadería de Stenhusugn, que resulta que tenía el record de ser el horno de piedra más grande del mundo, ha desaparecido.
No le encuentro sentido a nada de lo que ha pasado en estos días. Y además el gobierno está comportándose de una forma muy rara. Sigo pensando en lo que ha pasado desde año nuevo, pero no consigo sacar nada en claro. Quizás haya sido algún grupo terrorista, no sé, no hay de qué preocuparse.
Llegamos a la parada del instituto. Mis hermanos y yo nos bajamos junto con otros jóvenes que también suelen venir en el tranvía. Cada uno se va a la clase que le toca. Hay muchos chavales que tienen que sacar la cartera para ver cuál es, es lo que pasa en los tres primeros meses del curso tras las vacaciones de invierno. Yo ya me he encargado de aprendérmelo así que no tengo que mirarlo. Ahora me toca mi asignatura favorita: Historia, que es en el aula 232.
El día pasó normal, sin nada destacable.
Ya caen las 5 de la noche, toda la familia estamos alrededor de la tele: Mi padre, mi madre, mis dos hermanos menores y yo. Mi madre trabaja en la Brödtland Television (BTV). Hasta ahora había sido actora secundaria, periodista de arte o haciendo la voz de Fru Inbilsk, un personaje de una serie para niños. Pero hoy es su primer día como presentadora de un programa: Människor och Bullar, Bullar och Människor, junto con Erika Strand, una de las mejores presentadoras de televisión del país. Y sin embargo, el programa es mero relleno.
Supongo que todavía queda tiempo para que Rebecca Lövgren, mi madre, salga en la portada de las revistas.
El estudio de grabación está en la capital de la región, Brestaden, me llevó allí varias veces cuando era más pequeño. Desde hace un mes sólo se dedica a este programa, y todos los días tiene algo que hacer allí en Brestaden. Y también tiene que seguir como actora de voz del programa infantil.
Lo cierto es que fue un buen programa, mezcla muy bien la comedia, el drama y el chisme, pero se nota que no tiene el mismo presupuesto que otros programas y que hay mucho por mejorar. Pero sí, nos echamos unas risas justo antes de la cena.
Martes, 13 de Marzo. He quedado con tres amigos míos en un bar: Coe, mi mejor amigo, le conozco desde muy pequeño. Hans, hijo de los dueños del bar, es tonto pero nos llevamos bien. Martin, no es mi amigo, es mi novio, pero hay gente muy corta de mente y tenemos que mantenerlo en secreto. Algunos se preguntarán el por qué de ocultarlo, y es que todavía no me he presentado.
Mi nombre es Tim-Eftermanen Lövgren Mollin, soy un chico de diecisiste años que vive en Brödtland, un país que está al norte de Suecia, al norte de Fenoscandia, al norte de la URSS, al norte del Báltico... Básicamente al norte del 99% del resto del mundo.
Hoy es el día de más calor de toda la semana, hace 25º bajo cero. Afuera está nevando, como casi siempre. Nos han dejado el garage de descarga de los camiones del bar para que juguemos. Empezamos a sacar figuritas de las cajas, mientras, Martin se encarga de pintar con tizas en grande en el suelo el mapa de la batalla. Tardamos un rato en prepararlo, pero finalmente empezamos.
Vamos a recrear la batalla de Waterloo que puso fin al imperio de los cien días. Martin y yo como franceses ý Hans y Coe como la Séptima Coalición. Es la primera vez que Martin hace esto, así que le vamos enseñando poco a poco. Pasan las horas.
Martin— ¿No es un poco aburrido todo esto?
Yo— ¿Cómo puedes aburrirte? ¿¡Estás viendo esto!? ¡Somos franceses y a este paso ganamos!
—Pero no le veo la emoción
—¡Mira a este soldado! ¡Se ha quedado solo contra esos enemigos! Sigue luchando después de que sus compañeros hallan caído. Va a dar su vida por el honor de la guerra
—Es una figurita de madera
—Estas figuritas representan a hombres valientes que lucharon, arriesgaron su vida o murieron en el combate. Con miedo o sin él, con valentía o sin ella, merecen un honor por el hecho de haber estado en la guerra.
—Vale, bueno, pero por lo menos hablad de algo.
Las horas siguieron pasando. Tras terminar y recogerlo todo vuelvo a casa. Es muy tarde, casi las ocho de la noche. Mi padre me esperaba. Por lo visto le decepciona que "No madure", y me está dando un sermón al cual le estoy prestando atención cero. Podría discutir con él, pero para ser abogado se le da bastante mal argumentar. Si no es sobre leyes o normativas se pierde. Me aburriría demasiado discutir con una persona cuyos argumentos más sólidos fuesen: "Porque lo digo yo", "Porque yo soy tu padre y tienes que hacerme caso" o gritar más alto.
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Hornos Y Revolución - Onda Brödugnar
Ficción GeneralBrödtland es un país al norte de Escandinavia que a partir de 1984 desapareció. Los hornos de pan mágicos de todo el país se sentían traicionados debido al progreso tecnológico que les desplazaba de su puesto tradicional. Este sentimiento les lleva...