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Yo - Solo hay un coche

Dahlin - En la parte de atrás está la furgoneta, toma las llaves ¿Sabes conducir?

Yo - He conducido la cosechadora de mi tío alguna vez

Martin - Te dije muchas veces que me enseñaras a conducir

Dahlin - Eras muy pequeño

Yo - También se algo de cómo conducir coches, no os preocupéis por eso

Dahlin - Pues en marcha

Yo y martin Llegamos a la parte de atrás de la casa, donde está la furgoneta debajo de un techo con columnas, entramos en la furgoneta y lo arranco.

Yo - Vamos bien

Martin - Pon las luces

Yo - ¿Eso cómo se hace?

Martin - Creo que es con los palos esos

Yo - Hasta ahí llego

Martin - Pues prueba hasta que se enciendan

Yo - Muy bien, acabo de poner las luces, los intermitentes y el limpiaparabrisas

Martin - El limpiaparabrisas sobra

Yo - No me había dado cuenta de eso

Pruebo de nuevo a tocar al azar

Martin - Espera

Yo - ¿Qué?

Martin - Mira, están pintados los símbolos

Yo - Bien

Ya están las luces encendidas y todo lo demás apagado.

Yo - Oh, hay columnas

Martin - Sí, ¿Que pasa con las columnas?

Yo - Me advirtieron que tuviera cuidado con las columnas al conducir

Martin - No será para tanto

Empiezo ha mover la furgoneta, escucho un golpe, pero sigo conduciendo hasta que salimos del jardín trasero de la casa y llegamos a la carretera, el coche de Dahlin ya se había marchado hace tiempo, se ven las luces del coche subir por un camino, nosotros seguimos por la carretera más grande.

Yo - Voy a necesitar un mapa

Martin - Debería haber uno en la guantera

Martin abre la guantera.

Martin - Espero que te sepas el camino, porque aquí no hay nada

Yo - Espero que haya carteles

Martin mira hacia atrás

Martin - Tenemos a un horno cabreado viniendo hacia nosotros. Ahora se ha girado, va a por ellos, no se si alegrarme de que no nos- 

Yo - ¡Mira!

Martin - ¿Qué?

Yo - Esa señal, decía: "Brestaden, 40 Kilómetros" y en línea recta

Martin - Bien

Seguimos conduciendo, se ven incendios a la izquierda; a la derecha el mar a unos cuantos kilómetros de nosotros. No hay nadie en la carretera.

Tras un rato vemos una patrulla de policía parada en la autopista con las luces de las sirenas puestas, paro de un frenazo porque no sé cómo hacerlo de otra forma.

Policía 1- Buenas noches

Yo - Buenas noches agente, ¿sabe usted qué está pasando?

Policía - No sé, llevamos un buen rato con el coche averiado y por aquí por pasa nadie, lo peor son todos estos incendios, ya hay más de cien en todo el país, lo acaba de decir la radio

- Por eso estamos yendo a Brestaden

- Llevadnos con vosotros, que por aquí no pasa ni el estepicursor, hemos intentado comunicarnos con el cuartel pero nada.

- Sí, subid, hay sitio suficiente.

- Esperad a que cojamos las cosas del coche

Se va y empieza ha hablar con los otros policías, abren el maletero y sacan varias cosas del coche de policía y las meten en la parte de detrás de la furgoneta. También desmontan la radio del coche de policía y la ponen en el maletero, apartan unas cosas y se quedan en la parte de atrás.

Yo - Si no les importa, preferiría que conduciera alguno de ustedes, yo no conozco muy bien las carreteras

Policía 1 - ¿Lars? Tu que has venido conduciendo

Policía 2 (Lars) - Estoy muy cansado, que conduzca Andersson

Policía 3 (Andersson) - Como queráis

Andersson se baja de la furgoneta, yo también salgo y Martin después

Martin - Si alguno quiere ir delante, yo prefiero ir detrás con mi amigo

Policía 1 - Claro

Nos cambiamos de asientos, ahora Martin y yo vamos detrás con Lars, se le ve cansado, y delante van Andersson y el único policía del que no se su nombre

Continuamos yendo hacia Brestaden.

Policía 1 - J****, ¿Qué es todo esto?

Martin - Mi padre dice que son los hornos

Policía 1 - ¿Los hornos?

Martin - Sí, no se muy bien por qué, pero últimamente estaba rarísimo

Andersson - ¿En qué sentido?

Martin - No sabría decir

Andersson - ¿Y quién es vuestro padre? ¿Sois hermanos?

Martin - No, somos amigos

Y yo pienso <<Sí, amigos con derechos>>

Andersson - ¿Y quién es tu padre?

Martin - El Señor Dahlin, tiene unos campos de trigo y una fábrica de pan

Andersson - Sí, me suena esa panadería. ¿Y el otro chaval, de quién es?

No creo que le conozca, no le conocía mucha gente, y si no ha podido sobrevivir al incendio, entonces nadie más le conocerá...

Policía 1 - Eh, no le has escuchado, ¿Que de quién eres?

Martin - Déjalo, es muy posible que su familia haya...
Martin me coge las manos suavemente, solo rozando las suyas con las mías. Sus manos son suaves, delicadas, y parece que me alejan el dolor, como el agua aleja el aceite. Levanto la cabeza, me mira a los ojos, yo a los suyos. Me da una energía positiva solo con mirarle. Se mueve para ponerse a mi lado, me toca suavemente la cabeza, apoyo mi cabeza en su regazo. Intento no pensar en nada. Nada. Solamente nada.

Hornos Y Revolución - Onda BrödugnarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora