3.2. En Brestaden

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Jueves, 15 de Marzo

Me despierto con Martin abrazado a mí. Me quedo echado un tiempo en la cama, pensando en todo lo que ha pasado. Martin no tarda mucho en despertarse.

Recogemos las cosas y salimos de la habitación. Bajamos a la recepción. El recepcionista, que es un hombre diferente del de anoche, nos saluda y nos dice que vayamos a ver a su compañera, que se llama Anna y que está en el comedor

Pasamos al comedor. Hay dos hombres, cada uno en una esquina completamente opuesta, desayunando. En la barra hay una mujer limpiando la encimera, supongo que es Anna. Nos acercamos a la barra.

Anna - Buenos días, ¿Qué van ha querer?

Yo - Yo un café, por favor

Anna - Simple de leche, latte, espresso...

Yo - Pues trozo leche, trozo café, no sé que diferencia hay

Anna - La diferencia es que el simple de leche son 100Ø y un doble a 175Ø

Yo - Me estás tomando el pelo, ¿Desde cuando un café vale más de 25Ø?

Anna - Desde ayer, pero os invito, que todo esto está siendo muy difícil para todos.

Martin - Gracias, pero, ¿Qué ha pasado?

Yo - No sé Martin, no me imagino que puede haber pasado

Anna - Ayer el banco central multiplicó las reservas de dinero del país y ahora Brödtland tiene una inflación del 400%.

Yo - ¿De ayer a hoy?

Martin - No entiendo

Anna - Yo te estoy diciendo lo que dice el periódico

Nos acerca el periódico. Dice:

<<SE DESATA EL CAOS>>

<<Los expertos calculan que ayer 6 millones de personas perdieron la vida a lo largo de todo el país [...] El banco central cuadruplica los fondos nacionales tras las gigantes pérdidas [...] El gobierno decreta el estado de excepción [...] El ejército se prepara para la guerra contra la URSS [...] Los expertos están confundidos, pero señalan que es improbable que se repita la situación del pasado Miércoles [...] El presidente de Estados Unidos declara que Estados Unidos no tiene ningñun interés en causar una masacre como la del pasado Miércoles y apunta a la URSS como único culpable>>

Yo -  ¿Y ahora qué hacemos?

Martin - Tenemos que ir a Huvudstad y ver que sucede

Anna - Antes tenéis que limpiar los platos de estos dos señores y limpiar vuestra habitación: las telas de la cama las lleváis a la zona de lavado, ponéis las nuevas que están en el armario a la izquierda en la zona de lavado y os vais. 

Martin, dirigiéndose a mí - Yo me quedo aquí y tú te encargas de la habitación

Anna - Y también quitáis la nieve de la entrada, que está nevanado

Martin - Yo me encargo de eso

Martin pide un vaso de leche y yo un café simple y tras eso nos ponemos a pagar la deuda como hemos dicho. Cuando termino bajo, dejo la llave en recepción, me junto con Martin y nos despedimos.

Salimos a la calle, se ve que ya ha pasado el quemanieves. Un hombre se para delante de nosotros, tiene una pancarta en las manos.

Desconocido - Ustedes dos, ¿Van a unirse a la lucha por la paz? ¿Van a tolerar que se masacre a inocentes por los caprichos del estado? Ustedes realmente parece que buscáis la libertad contra el estado criminal que nos oprime

Miro a Martin, Martin me mira a mi

Yo - Creo que no

Desconocido - Si cambian de opinión, la revolución está enfrente del ayuntamiento

Martin y yo giramos la esquina, donde anoche aparcamos la furgoneta y donde debería seguir, puesto que los coches aparcados no se mueven. La buscamos a lo largo de la calle, no está, solo hay un coche de los años cincuenta. Una mujer que está apoyada en una ventana de un segundo piso nos habla:

Si buscáis una furgoneta, antes unos tipos la han robado

Volvemos a mirarnos mutuamente por tercera vez. Hay un silencio incómodo.

Yo - ¿Plan B?

Martin - No sé, vamos a la comisaría

Le pedimos indicaciones a la mujer de la ventana, nos las da, le damos las gracias y vamos allí. Unas calles antes de llegar vemos a un grupo de gente andando muy deprisa, casi corriendo, en dirección contraria a nosotros. Uno de ellos se para a hablarnos.

Desconocido - ¿A dónde van?

Yo - A la comisaría

Desconocido - Haced lo que queráis, pero yo tengo familia y no me quiero arriesgar

Martin - ¿Eh? ¿Qué?

Desconocido - Lo de los tanques, que nosotros nos vamos

Martin - ¿¡Tanques!?

Desconocido - Una sección de Drakes V

Yo - ¿Drakes V?

Esos tanques son de la Segunda Guerra Mundial y son los principales de Brödtland

Martin - Como sea, mejor no vamos

El desconocido sigue su camino. Martin y yo nos miramos, pensando.

Yo - ¿Algún plan C?

Martin - Mira, cogemos un tren a Huvudstad y nos reencontramos con mi familia

Yo - Pero quizás sea un buen momento para ir ha ver al Nicolini

Martin - También es una opción

Vagamos por las calles hasta encontrar a una persona de Brestaden que nos pudiese ayudar. Había parado de nevar y empezaban a formarse charcos y pequeños arroyos de agua. Tras andar por las calles de forma aleatoria damos con alguien que nos pudiese ayudar, está fumando un cigarro en un portal.

Yo - Buenos días

Desconocido - Yo no diría que fuesen buenos

Yo - Yo tampoco, le quisiera preguntar si sabe de un tal Nicolini Florenti

Desconocido - ¿El italiano de los h****s? Sí, su restaurante está en la Avenida Mayor y en el número 65

Yo - Gracias, pero ¿Cómo llegamos allí?

Desconocido - Dan media vuelta y van por esta calle hacia arriba hasta llegar a la avenida, inmediatamente a la derecha está el restaurante ese, de hecho, por desgracia, se ve un poco desde aquí

Yo - Muchas gracias

Nos vamos siguiendo sus indicaciones, el desconocido sigue con su cigarro y contemplando la nada

Hornos Y Revolución - Onda BrödugnarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora