Capitulo 5

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"En momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento"
                                          Albert Einstein

Esta chica ¿Quién es realmente? Su seguridad me intriga, necesito saber que le ocurrió a esa niña risueña de la que una vez creí estar enamorado, porque la persona que tengo frente a mí no puede ser ella, temo que esa pequeña se haya desvanecido, haya olvidado como sonreír, me haya olvidado y lo que más me duele es saber que yo tengo algo de culpa, esto no hubiera sucedió.

Sí tan solo no la hubiera dejado sola, quizás ella aún tendría esa deslumbrante sonrisa en su rostro, pero ahora la luz de sus ojos ceniza que una vez brillo tan intensamente, los cuales me recibían tiernamente, los que me reconfortaban y traían esperanza se ha perdido, en su lugar yace una gruesa nube de oscuridad y amargura, dolor, sufrimiento, pero sobre todo soledad.

Es extraño que aun siga recordando a esa pequeña, porque ella murió hace mucho tiempo, es imposible que sea ella.

Los chicos estaban igual o más asombrados que yo con el frágil ser que teníamos enfrente emanaba un aura tan intensa, tan poderosa y a la vez tan pura, que al instante me recordó a otra persona ¿acaso, esto es posible?

Nadie dijo nada solo la miraban con sorpresa, incluso Sebastián la veía con mucha curiosidad, pero ella parresia perdida en algo, no nos estaba viendo como todos, ella realmente nos veía, si los ojos de Sebastián podían ver casi todo, ante los de ella no se podía ocultar nada, podía ver nuestras almas tal y como eran, nuestras intenciones, deseos, anhelos e incluso nuestros tormentos.

Sonreí levemente ante lo que tenía enfrente ¿Cómo no me di cuenta antes? Sabía que la tranquilidad que me traía esta chica no era común.

- Sorprendente - murmure.

(...)

Estos chicos eran increíbles, sus auras no eran comunes, mucho menos sus almas y los ojos de este pequeño eran únicos, creo que me voy a divertir más de lo que esperaba.

- Muy bien chicos - dijo la madre de Raimon dando un aplauso breve

- creo que todos estaremos felices con nuestra invitada -. Los gemelos asintieron ya con una sonrisa seductora en el rostro.

- y ¿Cuál decías que era tu nombre? - me pregunto uno de ellos.

- Soy Argot - extendí mi mano - Argot Anderson - concluí.

- Así que una Anderson, no está mal...

-Pero podría ser mejor- termino la frase el otro gemelo.

- Déjenla en paz, la van asustar antes de cenar - dijo la señora.

- No se preocupe señora - me lleve una mano a la nuca y le sonreí.

- Querida no me llames señora, llámame Eleonor - asentí con la cabeza.

- niños ayúdenme a poner la mesa - le ordeno a los gemelos.

- y tu Sebastián ve a practicar, que hoy no te he escuchado tocar el piano en todo el día. - le dijo Eleonor severamente.

- pero mamá ya practique ayer. - se defendió Sebastián.

- No era pregunta - de mala gana Sebastián se fue a la habitación de alado y sorprendentemente era tan distraída que no vi el hermoso piano de media cola negro que estaba en la misma.

- y ustedes dos ¿siguen aquí? - se giró a los gemelos. De inmediato estos desaparecieron con rumbo a la cocina.

- ¿no gusta que le ayude en algo Eleonor? - pregunte cortésmente.

¿Cual es tu realidad, mi princesa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora