"Esa imperfección que caracteriza a los humanos, es lo que los hace perfectos"
Confía en que te salvare
Tessa Amsel Montero– Espera ¡QUE! – grito la rubia.
– Aparte de rubia sorda – soltó por lo bajo Raimon.
– Olleme mocoso no creas que no te escuche.
– ¿Entonces para que preguntas?
– Eso es imposible, tú nunca tuviste novia.
– Eso es lo que tú creías.
– No me cambies el punto es imposible que te quieras casarte.
– No es imposible ¿Qué no te lo acabo de explicar? – este tipo de discusiones me eran muy familiares.
– Eso es imposible – intervino David.
– ¿A, si, porque lo dices? – Cuestione seria.
– Porque yo no recuerdo haber dado mi consentimiento para esto.
– Así como yo no recuerdo darte mi consentimiento para entrar a la agencia – camine a las escaleras.
– Todavía con eso, ya me disculpe – repitió David – además esto es diferente.
– No, no lo es – espete yo.
– No empieces – subí lentamente las escaleras.
– Es mi vida, no la tuya.
– Pero tu vida también me incluye a mí.
– Y la tuya a mí, pero tú no deseas ni te interesa incluirme en la tuya.
– Argot te estas comportando como una niña caprichosa – me detuve es seco, estaba molesta pero en mi vida me comporte como una niña caprichosa estaba mal si creía que se libraría de mi así de fácil.
– ¿Una niña caprichosa? – no lo mire.
– Yo creo que sería un buen momento para...
– No te metas en esto Eduardo – lo acallo David.
– No le hables así a mi asistente.
– Deja de comportarte así y baja para que arreglemos las cosas como personas maduras ¿Quieres? – levante una ceja incrédula, siempre que me hablaba en ese tono relajado pero autoritario era porque estaba molesto.
– Eduardo, retrasa la conferencia con los árabes, pospón mi desayuno con el empresario de Chrysler para la comida y saca el auto, salimos en 15 – Eduardo obedeció sin chistar y continúe subiendo las escaleras de mi casa.
– Argot, no me hagas subir – soltó David al borde de su paciencia.
– Suerte con eso.
– ¿Es enserio? ¿Piensas ignorarme todo el día o algo así?
– Solo mírame.
– Esto es demasiado infantil de tu parte – me encogí de hombros.
– Pero funciona con tigo – dio un paso a la escalera.
– Como si eso me afectara.
– Richard no quiero que suba – con esa frase los escalos de cristal comenzaron a entrar a la pared impidiéndole a David subir.
– ¿Te pones de su lado?
– Lo lamento Señor David pero es una orden directa – continúe subiendo y los escalones salían y entraban respectivamente en donde pisaba y dejaba de estar.
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¿Cual es tu realidad, mi princesa?
Teen FictionElla tiene la imponencia de un dios, la pureza de un ángel y la fuerza de un demonio sin embargo sufre la frajilidad humana. Y cada vez que la veo, más inalcanzable parece ser, pero algun dia lograre que seas solo "mi princesa" esperame.