"Cuando tu mundo se desmorone ven al mío"
Anónimo- Bueno, fue un placer pasar mi mañana con ustedes familia pero me tengo que retirar, disculpen los inconvenientes que les hice pasar - esa fue una mañana muy rara e intensa y ya se me había olvidado que tenía trabajo pendiente.
- No te preocupes querida, vuelve cuando gustes.
- Gracias, Eleonor - Me levante y me despedí de los gemelos y Carlo.
- Reí te devuelvo tu ropa después - él no me quitaba los ojos de encima desde que se fue el señor Hugo y la molestia de Johnson.
- No te preocupes por eso querida, si lo desea puedes quedártela - siempre tan oportuna Eleonor.
- Buenos días - hablo un Sebastián en pijama, adormilado, tallándose el ojo izquierdo con la mano y dejando escapar un leve y tierno bostezo, tenía su linda cabellera castaña alborotada - Argot me alegra que ya estés mejor - me dedico una hermosa sonrisa ¿Esperen qué? Sebastián me odiaba ¿verdad?
- Gracias Sebastián - creo que yo no era la única a la que la actitud del infante le pareció incongruente.
- Hubieras visto a mi hermano anoche estaba todo nervioso y caminaba de un lado a otro, diciendo Argot, Argot - Yo solté una carcajada ante la cómica imitación del niño.
- Claro que no, nunca dije su nombre mientras caminaba - se defendió Raimon.
- Pero no niega haberlo dicho - el niño lo miro victorioso.
- ¿No se suponía que tú estabas durmiendo?
- Lo dijiste bien hermano, se suponía. - Adoro a este niño definitivamente.
- ¿Cómo que se suponía? - Hablo Eleonor y Sebastián se puso nervioso.
- Digo pues, este, bueno, tú sabes...
- Deja de balbucear chamaco - lo interrumpió Raimon a lo que Sebastián lo miro mal.
- Con semejantes gritos y golpes como querían que me quedara dormido.
- Pero realmente debiste verlo Argot, fue épico - se carcajeaba Steven, Raimon se limitó a tomarse su café.
- Le diste un buen susto y por lo que veo ya se reconciliaron ¿verdad? - se escuchó como tosía violentamente Reí y dejaba la taza en la mesa, se había estranguñado.
- ¿Por qué lo dices Sebastián? - se encogió de hombros.
- Pues porque traes su ropa puesta - soltó con obviedad.
- Y eso que mocoso - Raimon siempre tan lindo.
- Pues que él no le presta su ropa ni a la prima Sofí y mira que se cuentan todo, bueno creo que es a la única que le habla, todas las demás le caen mal.
- ¿No tienes que ir a trabajar o a la escuela chamaco? - pregunto ya irritado Raimon, Sebastián lo pensó un momento.
- No, creo que no, hoy tengo el día libre así que aprovéchenme.
- Me agradas niño y mira que yo no le digo eso a toda la gente.
- Lo sé y por eso tú me agradas así que te compartiré a mi hermano.
- De acuerdo Sebastián.
- ¿Qué tú me vas a compartir a mí? - dijo Reí incrédulo.
- Mira si sabes escuchar - Raimon se levantó, suspiro y presiono suavemente el tabique de su nariz.
- Sebastián corre - el niño descompuso su rostro y miro a todos lados asustado pero cuando Raimon se movió el corrió por toda la casa Reí no lo pudo atrapar.
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¿Cual es tu realidad, mi princesa?
Teen FictionElla tiene la imponencia de un dios, la pureza de un ángel y la fuerza de un demonio sin embargo sufre la frajilidad humana. Y cada vez que la veo, más inalcanzable parece ser, pero algun dia lograre que seas solo "mi princesa" esperame.