C i n c o

8.6K 644 19
                                    

EL PLACER ES MÍO.

J O S

Un apocalipsis zombie debe ser mucho mejor que esto.

Lo siento, aún no asimilo que soy el tutor de una chica egocéntrica, consentida, insoportable, berrinchuda, jodidamente hermosa, con unos ojos preciosos y...

Bien, me desvíe del tema.

La linda muñequita y yo íbamos caminando, un silencio incómodo y el ambiente tenso nos hacían compañía. Ninguno de los dos había pronunciado alguna palabra desde que salimos del instituto, lo cual agradecía, no podría haber soportado su chillona voz todo el camino.

______:— ¿Cuánto falta para llegar a tu casa?.

«Tu atmósfera de paz y tranquilidad se arruinó. Tranquilo, respira, no te exaltes»

Jos:— Tranquila princesa, solo unas cuadras más —rodé los ojos con desesperación.

______:— Y entonces por... —soltó un agudo grito interrumpiendo sus palabras. Di un salto por el susto y miré hacía atrás para ver la situación.

«Probablemente se rompió una uña la muy dramática».

Jos:— ¿Estás bien? —hablé preocupado—, ¿te duele? —seguí al ver el gran moretón que comenzaba a formarse en su tobillo izquierdo.

_______:— Mi pie se doblo ,creo que se fracturó —dramátizó.

Jos:— Supongo que te lo deberan amputar —hice una mueca—, bueno, sigue caminando.

_______:— ¿¡Que!? —¿alguien tiene una cámara? Desearía guardar su rostro aterrado—. Canela hablo en serio, no puedo caminar. Por favor, Jos.

Un escalofrío recorrió mi espinal dorsal, mi apodo se oye tan bien proveniendo de su sensual y para nada chillona voz.

Jos:— Bien, nos vemos luego.

_______:— No daré ni un paso mas.

«Ihnala, exhala».

Lo pensé por un par de segundos, realmente no deseaba reprobar y..., me gustan las retos, Carbonel es uno muy grande.

Jos:— Ven —la tomé por sus delgados brazos y la puse de pie—, sube —le indiqué.

_______:— ¿A t-tu espalda? —bien, quizás su voz nerviosa me pone nervioso a mí.

Jos:— Tranquila, muñeca —la comisura de mi labio se alzó levemente—, no muerdo —me giré un poco para ver su reacción ante mi inusual y repentino coqueteo.

Solté una carcajada, ella estaba completamente roja.

_______(TN)

Estar en su espalda era estar como en las nubes, era tan cómoda que no quiero bajar de ella.

El pelinegro detuvo su caminar, miré sobre su hombro y tuve acceso a un espectacular patio protegido por largas rejas.

_______:— ¿Dónde estamos? —esa casa era realmente hermosa.

Jos:— Mi casa, obviamente.

_______:— Creí que vivias en un basurero o bajo de un puente —me burlé mientras bajaba de su gran —y cómoda— espalda.

Jos:— Eres tan graciosa —habló sarcastico y abrió la puerta principal—, entra, pequeña —se burló, pues sin tacones no estaba tan alta como muchos lo imaginan.

_______:— Gracioso —gruñí.

Xxxxx:— Jos, amor ¿eres tú? —hablaron al fondo, di un par de pasos encontrándome a una señora muy parecida a Canela... Muy—. Hola —saludó animada.

Jos:— Mamá, ella es _______ —estire mi mano, la señora Canela me miró dudosa —quizás tratando de descifrar cuáles eran mis intenciones con su pequeño—, sonrió  y me abrazó de una manera demasiado agradable.

M.de Jos:— Un gusto, ______ —deshizo el cómodo abrazo.

_______:— El placer es mío.

«¿Cómo este ángel puede ser la madre de alguien como Jos?».

Jos:— Soy su tutor —explicó—, esta chica no es muy lista en matemáticas —rió.

M.de Jos:— Bien, los dejo, les daré unos bocadillos más tarde —caminó hasta su hijo—, es muy hermosa —trato de susurrarle, pues es evidente que escuché.

______:— Muchas gracias señora —reí y pude notar como las mejillas de Jos enrojecian.

Subimos hasta su habitación, debo admitirlo, era bonita, con una decoración masculina, un par de discos, fotografías y demasiados, demasiados libros.

Jos:— Cierra la boca que pueden entrar moscas —comentó mientras organizaba su escritorio—. Te puedo hacer una pregunta —dijo y yo solo asentí —, ¿por qué te comportaste así con mi madre? Se supone que eres la chica sin sentimientos, una perra sin corazón.

Sentí un pinchazo en mi pecho al oírlo decir aquellas palabras.

______:— Tu madre es linda, amable y cariñosa —respondí—, eres demasiado afortunado —la imagen de mi madre llegó a mis pensamientos. Sentí como mi vista se nublaba.

Jos:— Supongo que sí tienes sentimientos —soltó una pequeña risilla—. Creí que me odiabas.

______:— Tu madre no tiene la culpa, te sigo odiando, Canela —traté de alivianar el ambiente incomodo que comenzaba a formarse.

Jos:— El sentimiento es mutuo, Carbón —me guiñó un ojo—. Ven, debemos estudiar.

(~~~)

Estaba agotada, menos mal que la señora Canela trajo esos deliciosos bocadillos sino estaría durmiendo soñando como muchos numéritos.

Si hubiera puesto atención desde el primer parcial nada de esto estaría pasando.

Jos:— Eso es todo —cerró su libro mientras soltaba un suspiro—, es tarde, debes irte.

Sin dar una respuesta, guardé mis útiles, me despedí de la amable señora pelinegra y caminé hasta la puerta.

_______:— Gracias por soportarme, Canela —sonreí mientras paraba un taxi—. ¿Sabes? No fue tan malo estar contigo —abrí la puerta del automóvil—, nos vemos mañana Jos —subí por completo y esperé a que nos perdieramos por las sólidas calles de la ciudad.

✓✓

✓✓

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Tutor 【Jos Canela】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora