Capítulo 10. Vidas asesinas.

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Estábamos viendo tranquilamente la televisión con Lau. Ambos estábamos ya muy cansados como para hacer cualquier esfuerzo o movimiento. Sobretodo Lau, quién hacía muecas cada dos por tres cada vez que se movía. Me declaro culpable por eso.

Mientras nos abrazábamos veíamos una película que Lau decidió poner, sinceramente no se ni como se llamaba el personaje principal, no le puse mucha atención... Pero por las expresiones de Lau, y los sollozos que le oía hace unos minutos deduzco que es interesante y que alguien se está muriendo.

-Tengo una pregunta- dijo Lau, mientras se secaba los ojos.

-Dime...

-¿Por qué me dices ''Objetivo''?- su pregunta me descoloco un poco y lo quede mirando boquiabierto intentando simular una sonrisa. ¿Cómo le explica un sobrenombre tan estúpido que a veces se me salía? Joder... Tengo que controlarme mejor.

Lau se dio cuenta de mi complicación interna y dejo la pregunta en el aire.

Nos sobresaltamos cuando escuchamos la puerta de entrada abrirse con un estruendo y cerrarse del mismo ruidoso modo, el rubio solo se limitó a mirarme con nerviosismo y alejarse un poco de mí. Me reí de su reacción tan tímida, pero luego recordé quién es la única persona que puede haber abierto esa maldita puerta y el nerviosismo también me invadió a mí... Llegó temprano, esto será malo.

-Es mi padre...- dije algo desanimado. Y Lau se puso más rígido que antes. Seguramente él estaba nervioso solo por el hecho de que fuera a conocer a mi padre en unos instantes, pero lo que no sabía era que lo de menos era presentarse ante él. Sobre todo cuando tú eras parte de su trabajo, o en el caso de Lau, ser precisamente el trabajo.

Mi padre no tardó en llegar a la sala de estar en donde estábamos descansando y cuando reparo en nuestra presencia no disimulo en absoluto su sorpresa, menos la sonrisa que le siguió a su desconcierto.

Me levanté lentamente del sillón intentando pensar en una forma de evitar este momento desastroso, pero no encontré ninguna. Suspiré derrotado.

-Padre, este es Lau. Es un amigo de la escuela.- dije, como si el hombre que estaba parado frente a mí no se supiera de memoria hasta el signo zodiacal de Lau.

-¡Oh! Así que tú eres Lau, encantado. Allen me ha hablado mucho sobre ti- Su comentario fue tan cortés y amable que me sorprendió, e hizo que el rubio entrara en confianza inmediatamente levantándose del sofá y tendiéndole la mano en presentación con una amplia sonrisa en su rostro.- ¿Y qué hacían antes de que llegara?

Lau se atragantó al escuchar la pregunta y comenzó a toser. ''Que no hacíamos...'' pensé, pero no lo dije, por obvias razones.

-Solo veíamos la televisión- sonreí como un buen hijo y mi padre me devolvió la sonrisa como un buen padre, éramos buenos actuando- Aunque creo que Lau ya se tiene que ir.- me lamenté mentalmente por estar echando al ojiverde de mi casa mientras él me miraba extrañado, pero era necesario. No quería seguir exponiéndolo a esta situación aunque él no supiera de qué se trataba.

-Eh...si, debo irme.- dijo Lau algo confundido aún.

Mi padre me miró fijamente, con sus horribles ojos gélidos, y mi corazón dio un vuelco al mismo tiempo que mi estómago. Estaba tramando algo, debí verlo venir...

-¿Irte? ¡Pero si recién nos estamos conociendo!- repuso.- Quédate a tomar el té con nosotros, seguro que Allen estará encantado.

Al rubio se le iluminó el rostro y sonriendo le dijo que si a mi padre mientras yo, pálido como un maldito fantasma, comenzaba a sudar frío y ver puntitos de colores. Maldije entre dientes. Maldito padre, maldito destino, malditos puntos de colores, maldito Lau... No, hermoso Lau... pero maldito por venir a mi casa. ¡Agh!

Love & MurderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora