Su cara; era perfecta en tantos sentidos. Tan suave, tan blanca. Sus ojos grises me miraban llenos de lujuria, como si fueran absorbidos por el pecado. Y su boca, susurrando mi nombre mientras sus manos se deslizaban por mi cuerpo, sacándome sonidos tan vergonzosos.
No sabía cómo habíamos llegado a esta situación tan rápido, pero no me molestaba en absoluto.
Allen observo mis labios, se acercó y planto un casto beso. Mordí mi labio inferior, como invitándolo a tomar otro bocado si quería, y lo hizo. Su lengua logró introducirse en mi boca cuando intenté ahogar un gemido. Sus manos estaban por todas partes, y mi mente se nublaba con cada caricia.
Nuestras lenguas bailaban dulcemente, y luego desesperadas por más cercanía. Por más de todo.
Me separé del pelinegro por la falta del aire, y nos quedamos mirándo. Allen llevo sus manos y boca a mi cuello, dando pequeños besos y mordidas para luego comenzar a bajar hasta mi abdomen.
-Allen...-susurré cuando su lengua recorrió mi ombligo, y sus manos bajaron al elástico de mis boxers, tirando de ellos un poco.
De nuevo su boca comenzó a moverse en mi cuerpo, dejando un rastro de besos y mordidas por todas partes. Mordió mi bóxer y me miró con diversión. Joder...
No aguanté más, agarre su rostro con mis manos y giré rápidamente cambiándonos de posición. Ahora yo estaba arriba de él. Me quité la ropa que obviamente sobraba y lo bese.
-Joven amo...- susurró Allen. ¿Allen? No sabía que le gustarán ese tipo de juegos. Pero no me importo. Podíamos jugar a lo que el quisiera.
Seguí besándolo, y de vez en cuando mordía sus labios...
-Joven Lau, debe despertar...-Dijo nuevamente Allen... No, no es Allen.
Abrí los ojos con cuidado y vi... a Chen parado frente a mí. ¡Cojones! ¿Qué clase de sueños estoy teniendo?
-Espero que su rostro sonrojado se deba a mi belleza y no a sus sueños, señorito.- Chen me miró burlonamente mientras intentaba controlar su risa.
Lo miré con molestia y me levanté lo más rápido que pude, aunque claro, eso le dio más risa a mi mayordomo, ya que había un ligero problemita en mí... ahí.
Fui al baño y me di una ducha muy fría. Luego, tiritando, fui a tomar desayuno. Julie, nuestra cocinera, había preparado panqueques. Por alguna razón a todo el mundo le gustaban, mientras que yo no les encontraba nada de bueno. Agh, panqueques...
Chen me llevó al instituto rápidamente mientras yo miraba, como siempre, a todo aquel que caminaba en la calle. Llegando a la institución vi a un chico pelinegro, junto a una chica rubia más baja que él. Eran Allen, y la chica esa que siempre lo seguía... Emma, Annie, Amma... como sea.
Habían pasado dos meses desde que nos habíamos conocido con Allen y debo admitir que nos hemos acercado mucho más. En un principio Derek siempre lo invitaba a nuestro grupo por sus... intereses personales en él. Pero luego ya se hizo habitual que Allen almorzará y estuviera con nosotros. Ah, y la chica a veces.
Claro, después de nuestro beso no había habido más, y eso me estaba volviendo loco. Había invitado a Allen a mi casa varias veces, pensé que así ocurriría algo, pero nada. Había salido a caminar con él, a tomar helados y hasta a ver una película ¡Pero nunca pasaba nada!
Me llevo un tiempo entender que Allen me gustaba como algo más que un amigo. Y cuando había caído en la cuenta de que al parecer otro beso era imposible, mi corazón se hundió en un estado algo extraño. Un estado al que me gusta llamar: ''calentura adolescente y amor incomprendido'', y por experiencia propia debo advertir que no es un buen estado para el corazón.
Seguí mirando al pelinegro y a la chica caminar hacía la escuela, y no pude evitar esbozar una sonrisa. Chen me miró por el espejo retrovisor con extrañeza y luego paro el auto en los estacionamientos especiales del lugar.
Baje del auto y me quede en la entrada esperando al pelinegro. Luego de unos minutos una mano se posó en mi hombro, emocionado me di la vuelta... Pero solo era Han. Hoy sería un día lleno de decepciones.
-Yo también me alegro de verte, Lau- El pelirrojo me di un golpecito en el hombre mientras me miraba.- ¿A quién esperas?
-Hola, Han- intenté evadir su pregunta y le sonreí inocente. Seguramente si sabía que estaba esperando a Allen se burlaría de mí todo el día. Ah, los amigos....
-Mira, que coincidencia pequeño Lau, ahí viene Allen y ¿Cómo se llama la chica?- Preguntó. Por el tono de voz que uso se podían deducir dos cosas: Primera, había adivinado perfectamente que yo estaba esperando a Allen. Segunda, como yo, tampoco tenía idea del nombre de la chica rubia. Era algo molesto, ya que la llevábamos viendo varias veces a la semana.
Unos segundos más tarde aparecieron los mencionados frente a nosotros con una sonrisa de lado a lado. Seguramente estaban sonriendo por vernos, no porque se divirtieran juntos.
-Ammy, yo me quedaré con ellos. Tu ve al salón si quieres- Le sugirió a la chica Allen. Han y yo nos miramos, por la mención del nombre de la chica, aliviados ¡Ammy! Así se llamaba. Me lo escribiría en la mano apenas entrará a clases.
Han se fue un rato después al ver que Derek estaba coqueteando con tres chicas y un chico justo en la entrada de la escuela. Y así fue como Allen y yo nos quedamos solos.
-¿Y... te llevas muy bien con Ammy? ¿No?- Pregunté, sin pensar. Era obvio que se llevaban bien, pero la necesidad de saber que tanto carcomía mi ser.
-Si, es amable. ¿Por qué lo preguntas?- ¿Amable? ¿Qué clase de respuesta era esa?- Lau, acaso estás... ¿Celoso?
Lo miré sorprendido y me sonroje ¿Estaba celoso? ¡No, no lo estaba!
-¡Claro que no!
-¡Si lo estás!
-¡Que no Allen!
Seguimos discutiendo, como hombres maduros que somos, hasta llegar al pasillo. Fui hasta mi casillero y saque mis libros. Claro que seguíamos discutiendo.
-Allen, ya basta. ¡No estoy celoso de que pases demasiado tiempo con Emma!- Exclame, y luego me arrepentí completamente. Dios...
-Es una pena ¿Sabes?- El pelinegro comenzó a acercarse más a mí, aprisionándome con sus brazos- Yo me pongo celoso de cualquiera al que miras...- se acercó más a mí, nuestras respiraciones se mezclaban en una sola, y la punta de nuestras narices se rozaban.
¡Iba a pasar otra vez! ¡Por fin! Había deseado tanto ese contacto que ahora mi corazón latía desbocado.
Nuestros labios se rozaban, y Allen abrió los suyos para hablar. ¿Cómo podía hablar en ese momento?
-Su nombre no es Emma- dijo junto a mis labios sonriendo- Su nombre es Ammy. Y si estás celoso.
Posó sus labios en mi mejilla para luego irse por el pasillo dejándome en blanco. ¡Maldito seas Allen!
Las clases pasaron lentamente y los pensamientos sobre mi sueño me asaltaban cada vez más combinados con los sucesos ocurridos en el pasillo unas horas antes. Y unos meses antes también.
Cada vez que cerraba mis ojos imaginaba al Allen de mi sueño, y luego al real besándome o sonriendo junto a mis labios.
¡Mis pensamientos me estaban matando!
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¡Hola! ¿Como están? Espero que bien.
Siento lo del sueño jajaj Pero todo viene a su tiempo y el lemmon también. Espero no sigan el ejemplo del padre de Allen y me maten o algo...
Tengan una buena semana, nos leemos luego.
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Love & Murder
RomanceAllen Fold es un chico de diecisiete años sin ilusiones o esperanzas en la vida. Desde pequeño su mundo ha sido cruel y despiadado todo gracias al peculiar trabajo que su padre lo obliga a ejercer. Allen es un sicario, es el encargado de ''sacar de...