𝐈𝐍𝐒𝐀𝐍𝐄 ✅

15

ARCO DEL CULPABLE INOCENTE
"No todo lo que reluce es oro"

—Sabes, que me esperaba de todos esto menos de ti,¿ qué pasó Gojo?—se acercó a él.—¿No eras tan especial después de todo,eh?

Notoriamente, ella tenía la ventaja aquí y la última palabra. Itadori nunca atentaría con la vida de un hechicero, de un compañero, de su mejor amigo, ¿ no qué ganaría igualmente con eso? Además tenía a Kenzo en el escenario que vio todo, no sabía de dónde salía esta manía hacia Itadori, todo comenzó hace unas semanas antes del incidente que acababa de ocurrir. Excluían a Itadori, le daban lámalas miradas cuando no estaba ella porque seamos sinceros, Seiko tenía mas misiones a parte de su rol como profesora en la escuela.

—Igualmente, no puedes probar que fue Sukuna. Perfectamente hubiera podido ser Itadori, ¿quién sabe?—recuperó su compostura.—Si fuera inocente, ¿porqué no dejas que lo interroguen ellos?

—¿Tú crees que soy tonta o qué? Ellos solo torturan a la gente culpable, no a un niño inocente de quince años.

—Hay posibilidad de que sea culpable.

—No pueden hacer eso, porque Itadori ahora está bajo mi protección. Le habéis dado la espalda, Tú, Nobara y Megumi, él ya ha sufrido bastante por todos vosotros y es hora de que pare.—le dijo al trío mientras tomó la mano de Itadori.—Vamos, Kenzo te llevará al templo. Yo iré luego.

—E-está bien .—titubeó el chico yéndose con el otro hechicero.

Ellos dos subieron a un coche color negro que estaba enfrente suya, estaba muy agobiado por la situación tan abrumadora que se le acaba de presentar. Más cuando sus dos profesores, que no eran solamente maestros de hechiceros sino los más poderosos de todos los tiempos. Una simple disputa entre ellos, acabaría con todos.Sería similar a una guerra civil.
Era tonto pero no tanto, tenía una ligera sensación que ese enfrentamiento era de mucho antes. Muchísimo más antes.

—Ey no te preocupes tanto chico, mientras ella te defienda ninguno correrás daño alguno.—dijo Kenzo.—Ella viva o muerta nunca permitiría eso.

—Si lo sé pero simplemente siento que todo esto agravó conmigo.

—No eres culpable de nada, créeme que esa pelea que tienen no es ni la meno idea de lo que piensas porque ellos perderán.

—¿Como está tan seguro de eso?

—Tal vez no lo sepas, pero en la sociedad de hechiceros tenemos un dicho : " La única desgracia de los enemigos de Seiko, es que son enemigos de Seiko"

No habló más, solo recapacitó en la situación en la que estaba metido, ¿qué más podría haber pasado si se hubiera descontrolado más? ¿ De qué tipo de tortura lo salvó Seiko? ¿Por qué se sentía tan culpable? Las preguntas no se respondían por sí solas, menos cuando él aún es un posible peligro para la sociedad de hechiceros. Y mucha gente lo trataba diferente por eso, pero ella siempre fue diferente.

Desde el primer día no intuyó odio, asco, ni miedo en ella. Su primer encuentro fue un tanto extraño digamos pero tras todo este tiempo se dio cuenta de que lo estaba cuidando desde las sombras todo este tiempo, nunca supo la razón exacta aunque hubiese preguntado mikes de veces a miles de personas.

Cuando llegaron al Templo Juzoku, Kenzo lo dejó que descansara en una de la habitaciones de invitados del Santuario principal.

—¿Cuando volverá? Quiero hablarlo con ella.

—Ella vendrá a ti, solo duerme Itadori.

|•••|

Era una hermosa noche de luna llena, la capital japonesa estaba muy tranquila.

Ella caminó hasta un bar en el centro de Tokio, era uno muy exclusivo. En el cual solo gente con dinero o poder podrían acceder a, como los restaurantes que no hay ni precios en la carta. Un establecimiento lujoso y ostentoso, dirigido por una persona que se escondía en la oscuridad de su persona. Habían políticos, estrellas populares, artistas y gente gubernamental junto con mujeres de compañía. La mayor parte de ellos ya estaban casados, aunque no era sorpresa que las engañasen porque... cuando el poder se hace hueco en la mente de un mundano, es como un cáncer que nunca se irá. Se dirigió hacia las escaleras del segundo piso, la parte V.I.P del bar que era un tapadera para un burdel. Habían dos seguratas guardando la entrada.

—¿Cuál es su nombre señorita?—pregunto.

—Seiko Juzoku, vieja amiga de vuestra jefa chavales. Decidle que tengo que hablar con ella urgentemente cuanto antes y que no se tarde.

—Si, señorita Juzoku.

Unos minutos volvieron, dejándola pasar y acompañándola hacia una oficina en una planta superior. Era bastante amplia, con un gran ventanal y un escritorio. Había un panel de control en el medio y muchos libros viejos por ahí tirados. Pero a quien buscaba era a Akaru, quien no veía hace años pero una vez llegó a ser su mejor amiga. Ahí estaba parada ella, no muy diferente a su antiguo yo. Los mismo cabellos azabaches al igual que sus ojos, ciertamente tenía el pelo un poco más largo pero ella sonrió al fin ver una cara familiar entre toda esta niebla. La única que no cambió, al menos físicamente. Aunque ella hubiese dejado su pasado como hechicera atrás hace unas cuantos años cuando Seiko se convirtió en la líder del Clan Juzoku.

—Hacía tiempo no nos veíamos, era cierto que dejaste todo eso atrás, ¿sabes?

—Por supuesto, chicos dejarnos hablar a solas.—Las guardaespaldas se fueron y ella quedaron solas.— Dime a qué vienes, se que no es para una reconfortante reunión de amigas.

—Qué más quisiera eso, Gojo es demasiado egoísta como para admitir el error que cometió de acusar a uno de sus alumnos de matar a otro. Y quiere llevarlo a Juicio, digamos, ¿estarías a su favor?

—No sabría decirte, no conozco a nadie de ese grupo de amigos excepto Rin y tú.—respondió sirviéndose un poco de whiskey.—Así que no, no estaría a su favor pero me interesa saber porqué te importa.

—Por nada, solo curiosidad, ¿sabes?—sonrió tenuemente.—Hay algo más que debo decirte....