Prólogo
Pd: No sé mucho sobre la historia de Yuta Okkotsu, probablemente las cosas estén inventadas aunque se algo básico sobre su maldición.
Nada parecía haber cambiado a simple vista, sino prosperado en realidad. La escasez de energía maldita le hacía que le doliera la cabeza, escuchó que uno de los alumnos de Gojo llamado Megumi Fushiguro era ya hechicero de Cuasi-primer grado y Nobara Kugasaki era de Segundo grado. Si que habían avanzado, caminaba por las calles recorriéndolas. A decir verdad no avisaron a ninguno de que volverían hoy, dijeron que pronto pero no dieron una fecha exacta aunque no le sorprendería si Gojo hubiera notado su presencia aquí en Tokio. El otro hechicero de grado especial que la acompañaba era Yuta Okkotsu, que tampoco volvía aquí muy a menudo pero decidió acompañarla un rato.
—¿Porqué sonríe tanto?
—Estoy feliz de estar de vuelta, aunque las sonrisas no siempre dicen lo que siente una persona.—dijo.—Deberías mirarlos a los ojos, ellos sí que te dicen cosas.
—Son el espejo de sus almas.
—Correcto, ¿a dónde vamos primero al Templo o a la Escuela?—le dio a elegir al joven.
—Vayamos al Templo, no quiero lidiar con los de la escuela ahora.
—Nos estarán esperando.
Al llegar a la cima de la montaña donde el gigantesco templo estaba situado, veía como sus antiguos alumnos entrenaban a las órdenes de Rin. Si que cumplió su promesa, nada más entrar al recinto la reconocieron de inmediato. Hicieron reverencia, todo el mundo se quedó estático. Incluso Rin que estaba muy sorprendido dd verla en casa.
—¿Porqué se comportan así?
—Están entrenados para ello, para mostrar respeto a quienes están por encima de su grado. Los grupos están separado con esos criterios, ahora cuán fuertes sean depende de ellos.
—Interesante, ¿de qué grado es el grupo que está ahora?
—Primer grado, venir a mi templo es una alternativa para quienes simplemente exceden el nivel de la escuela. Aquí un cuasi-primer grado sería un primer grado ahí.
—Mhm.—asintió él.
Rin se les acercó, le sonrió a Seiko. Muy alegre de verla, estaba junto con su grupo quienes ya eran muy mayores aunque eso no lo dudaba que bajo la directrices de Rin llegarían lejos. Primero le dio la mano y la abrazó fuertemente.
—No me esperaba tu visita, hubiera arreglado un recibimiento más adecuado para ti y tu invitado.
—Rin, no haría falta. Solo estamos de visita aunque espera un momento.—dijo ella.—Si quieres te puedes quedar aquí, yo iré a la escuela y podemos ir por ahí luego. Como te dije ellos son muy fuertes, te podrás divertir con ellos.
—Te agradezco de salvarme de ese calvario.
—Ni lo digas, ya sabes qué hacer Rin.
Vio como introducía a Yuta con el grupo que bien lo recibió, lo iba a tratar como uno más no como uno superior aunque claramente lo fuera. Una cosa que aprendió de Yuta fue que él nunca quiso ser un hechicero, aunque realmente nunca estuvo destinado para esto porque era un atavismo (semejanza con los abuelos o antepasados lejanos, en su caso Sugawara no Michizane). Su mundo dio un giro de 360 grados cuando su amiga murió en un accidente automovilístico, de su rechazo a la muerte de ella se formó una maldición de grado especial que se unió junto con su energía maldita. Así convirtiéndolo en un hechicero de grado especial.
—Disfrútalo.
|•••|
Cuando bajo del coche en la Escuela, pudo ver a un miembro del Clan Zenin, en concreto Naoya Zenón conversando tranquilamente con Satoru del Clan Gojo. Miró desde lejos, esos dos clanes tenían historia. Bueno, en realidad los cuatro clanes eran bien conectados por alianzas matrimoniales de antepasados lejanos. Pero esos dos nunca se llevaron bien, por una parte Gojo se creía el ser más poderoso del universo detrás de mí y Naoya era un machista que denigraba a mujeres y un egocentrico que prefería morir antes de decir que era un débil. Además de que cada vez que se enfrentaba a una mujer, y ella misma le ganaba decía que había hecho trampa. Había que añadir que entre los ancianos había aún tensión porque sus líderes se enfrentaron a muerte cuando ambos eran pequeños.
Poco a poco esa conversación que una vez fue pacífica, se acaloró un tantito cuando se acercaron tanto.
—Caballeros, por favor, ¿enserio vais a pelear en la escuela y frente mío? Tener un poco de decencia.
Separó a los dos hombres, interponiéndose entre ellos dos. Dándoles una mirada asesina a ambos para después reírse, los dos hombres la miraron tanto sorprendidos e inesperados por esta aparición. Cuando dejó de reírse, porque le daba tanta gracia verlos pelear así.
—¿Qué?—vio como ninguno hablaba y solo la miraban.—¿Os ha comido el gato la lengua o qué? Decid algo vamos.
—Has vuelto, no avisaste a nadie.—dijo Naoya, quien habló primero.
—Yuta también ha venido, esta disfrutando de compañía en mi templo pero como siempre vosotros dos peleándoos.
—Haber, haber no nos estábamos pelando.—reclamó el. joven del Clan Gojo.
—¿Me tomas por idiota? Me conoces mejor que eso.
Otro coche de color negro se acercó a la entrada, el pelo blanco se excusó rápidamente y entró al vehículo que traía una acompañante mujer. Miró al Zenón y luego a aquel que se alejaba tan rápidamente. Sin dudaba quien vio ahí dentro era Utahime, nunca olvidaría ese tradicional miko de color rojo característico de ella.
—¿Se ha echado novia?
—Eso podrías decir, a parte de eso, ¿ a qué vienes a la escuela?
—Iba a ver a Yaga para comentarle una cosa.—respondió.—¿Tú cómo ha estado?
—Bien, por lo que cabe bien.
—Me alegro, uno de los pocos en realidad.
—Me extraña, nadie se alegra de verme especialmente en batalla o si es una mujer.
—Yo si que te he cogido cariño, ¿no vemos, si?
Asintió y ella le sonrió, entró a los terrenos de la escuela. No entró aquí desde hace tiempo porque no tenía asuntos que hacer aquí realmente, lo de ser profesora nunca fue hecho para ella. Menos para entrenar personas tan débiles que no la soportaban.
Era cuarto año para aquellos estudiantes que veía entrenar en el patio abierto, lo que significaban que era su último año y eran los estudiantes de Gojo.—¿Juzoku sensei?
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𝐈𝐍𝐒𝐀𝐍𝐄 ✅
Fanfiction❝ La joven líder del magnífico clan Juzoku, Seiko Juzoku, quién ha visto todos los horrores de la humanidad y era la que cargaba con ellos estos días.Tenía tan solo 15 años cuando ese incidente que ocurrió acabó con la vida de su familia y casi de l...