❝ La joven líder del magnífico clan Juzoku, Seiko Juzoku, quién ha visto todos los horrores de la humanidad y era la que cargaba con ellos estos días.Tenía tan solo 15 años cuando ese incidente que ocurrió acabó con la vida de su familia y casi de l...
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Al día siguiente se celebró el partido de béisbol como la segunda actividad del torneo, o festival más bien. En esta los profesores podían participar también, aunque no era obligatorio para ellos. Así que Seiko decidió apartarse por esta ocasión y que Gojo tomase el relevo, aunque fuera muy buena jugadora de béisbol pero estaba cansada simplemente.
—Me sorprende que no juegues, si no mal recuerdo hiciste una victoria plena contra Kioto.—pregunto el director Yaga.
—Prefiero ser una espectadora.
—Eso es raro, especialmente porque competís con Gojo en cualquier cosa desde que erráis estudiantes.—dijo.—Los dos erais molestos pero él más, ¿es por su acercamiento con Utahime que os ha separado?
—Por supuesto que no, no me importa sus relaciones pero de estar toda mi vida luchando, ya no tengo fuerzas.
—Así que eso es, debes saber que ellos te respetan mucho y aprecian también.
—Lo tendré en cuenta.
Siguió mirando desde las sombras el partido, como de costumbre Tokio estaba ganando pero eso era demasiado aburrido para ella. Iba a darse una siesta hasta que un hombre de cabellos rubios y puntas negras apareció detrás de ella, sentándose a su lado.
—Naoya, ¿qué haces aquí?
—Me aburría, veo que tú también.—contestó.
—Megumi ha crecido tanto sabes, está empezando a parecerse a tu primo.
—Qué dices, ese chaval no podrá ser como su padre porque él sí que tiene propósito en la vida, Toji no lo tenía.
—Cierto.
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Cuando estaba sentando en el banquillo, viendo a sus alumnos jugar y batear miró hacia arriba y vaya sorpresa que se le dio. Seiko y Naoya estaban conversando tan alegremente, no entendía porqué pero tenia una sensación de enfado y tristeza a la vez, ¿celos? Claro que no, imposible porque primero no estaban saliendo juntos y segundo, él estaba con otra. Estaba mal sentir esto aunque él no la amaba, pero verla así de feliz con un hombre como Naoya con su reputación con las mujeres.
—¡Gojo sensei es su turno!—exclamo uno de sus estudiantes y dejó de un lado sus pensamientos.
El partido terminó con la victoria por parte de Kioto, pero por muy poco puntaje. Mientras todo el mundo celebraba, él no dejaba de pensar en esa mujer y aquel hombre juntos. Era lo único que pasaba por su mente y no se iba por más que lo intentara, así que para aclarar sus dudas decidió confrontarla. Un Zenin no le ganaría a la mujer que él quería.
