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ARCO DEL FESTIVAL DE INTERCAMBIO
Rencores del pasado

El Festival de Intercambio de Escuelas Hermanas consistía en un evento entre las escuelas de jujutsu de Tokio y Kioto

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El Festival de Intercambio de Escuelas Hermanas consistía en un evento entre las escuelas de jujutsu de Tokio y Kioto. Una competencia entre ambas escuelas con un equipo de hechiceros de segundo y tercero año normalmente que competían en dos actividades diferentes en días separados. Las únicas reglas que habían era que no se podía matar o herir de gravedad a otro hechicero, por lo demás todo estaba permitido. La única actividad que podría divertir a Seiko, les gustaba ver el caos dispuesto en la rivalidad de dos escuelas. Además de que la competición daba lugar en donde se hubiera ganado la edición anterior, este año era de Tokio como ya llevaban tres años consecutivos.

Este año decidieron cambiar algunas normas y los hechiceros de cuarto año también participarían, ya que los de segundo año no podían por una razones específicas. Por algún motivo ambos directores decidieron entre ello seguir con el patrón del año pasado, además de añadir batallas individuales entre los adultos, es decir, los profesores.

Los hechiceros de tercer y cuarto año esperaban en l entrada a que los de Kioto llegaran al campus, los únicos que faltaban eran sus respectivos profesores que no estaba ninguno. Satoru Gojo para los de cuarto y tercer año, y Seiko Juzoku para los de cuarto año. No les importaba mucho las órdenes de su director a ninguno de los dos y Satoru estaba muy tranquilo bebiendo café en la sala de profesores mientras veía una revista. Seiko era a la que no veían en ninguna parte, no tardó en entrar a la sala.

—¿Qué te ha pasado a ti? Desde aquí huelo el Sake de los Zenin.

—Cállate, solo fueron un par de tragos.

—Qué si, que si. Mira toma una de esta pastillas y estarás mejor.—se la dio y una vaso de agua.—Los de Kiro estarán por llegar, se supone que tenemos que ir a recibirlos.

—Si, para que se líe la de la última vez sabes, ¿te acuerdas?

—No podría olvidarlo.

Flashback

Una joven Seiko y Satoru con el resto de sus compañeros, eran estudiantes de tercero año y nuevamente participaban en el festival anual con Kioto pero sabían que este sería muchísimo más interesante que el anterior ya que traían rencor del años pasado. Fue una victoria impoluta de Tokio, aplastó a Kioto con un par de dedos.

—Nos vemos de nuevo Utahime, es un placer ya sabes, ¿cómo está tu hermana?—sonrio burlona.

El año pasado dejó a la hermana mayor de Utahime con un brazo y pierna rota por los combates individuales, después de esa batalla fue sacada del festival para esa actividad por la agresividad que demostró y ser un posible peligro dijo el director de la escuela de Kioto.

— Cállate maldita, te partiré la cara como vuelvas a mencionarla.

—Me gustaría verte intentarlo.

Por otra parte Gojo.

—Katsuro, espero que tu ojo se haya recuperado para el festival de ese año.

—Tal vez mi ojo no se haya recuperado pero yo te daré un puñetazo en todo tu rostro que quedará desfigurado.

—Inténtalo cobarde.

No hacía falta explicar lo que Satoru hizo en la competición anterior, irónicamente después del festival de ese año les fue prohibido a ellos dos participar en otro ya que habían sido los causantes de los problemas en ambos casos.

La tensión de querer empezar a pegarse el uno al otro iba a estallar de un momento a otro, y claro que no tardó. Pero aún así los estudiantes de Kioto estaban en minutos en el suelo derrotados, nunca tuvieron oportunidad contra ellos.

Fin del Flashback

Me interesa saber cómo conseguiste que Utahime empezara a salir contigo.

—¿Qué locuras dices?—quedo desconcertado por esas palabras.

—Todo el mundo lo sabe, ni discretos podéis ser. Pensé que eras un experto Satoru, te vi el otro día con ella en el coche. A mí no me puedes esconder nada.

—Está bien, si que estamos saliendo pero no se lo digas a nadie.

—No es como me importara sabes.

Después de unos minutos más de charla por fin decidieron ir a la entrada, donde ya los esperaban hartos los de Kioto. Podía ver los celos de Utahime hacia ella desde lejos, se notaba que era del tipo que era insegura con cualquier chica y no era de las chicas a las que Gojo estaba atraído.

—Hasta que por fin aparecéis.—comentó Utahime.

—Espero no haberte hecho esperar, su alteza.— la vaciló.—Debería decírselo a su hermana.

—Seiko, no aguantaré sus insultos más.

—Chicos este año tendréis la suerte de que Yuta Okkotsu participe también en el torneo como estudiante de cuarto año.—anunció Seiko con una sonrisa haciendo que el humor de los de Kiro se elevase pero el de los profesores no ya que fue el que los derrotó la penúltima vez.— Vendrá más tarde con algunos de los míos.

—Que alegría por fin no ver al recipiente de Sukuna.—dijo despreocupado el director Gakuganji.

—Que desgracia verlo un año más director, no creo que llegue a otro.—contestó Gojo.

Antes de que una pelea estallara entre los dos bandos llegó el director Yaga para disolver todo y comenzar a explicar la modalidad de este año, ese mismo día se celebraría el torneo entre equipos como la última vez y mañana un partido de béisbol también. Y se añadió la forma de juego de batallas individuales entre profesores y alumnos de las dos escuelas. Ambos bandos de alumnos empezaron a hablar entre ellos mientras los dos profesores de Tokio fueron llevados a un lado por su director.

—La sanción a vosotros en cuanto al torneo no ha sido levantada, han decidido que no podréis participar como jugadores en la fase de pelas individuales entre alumnos y profesores.

—Pues vaya, ya me había emocionado.

—Lo mismo digo, aunque yo sabría contenerme a su nivel.

—Dijeron que no podían permitir que pasase lo de la última vez cuando vosotros dos participasteis junto en el festival, hay que mostrar que la relación entre las dos escuelas hermana aún es buena y espero que os comportéis como debéis.— les dio una mirada asesina antes de irse.

Ellos dos se miraron entre sí y estallaron de risa tras escuchar esas palabras, como si siempre en su vida hubieran sido ángeles.

Ellos dos se miraron entre sí y estallaron de risa tras escuchar esas palabras, como si siempre en su vida hubieran sido ángeles

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