❝ La joven líder del magnífico clan Juzoku, Seiko Juzoku, quién ha visto todos los horrores de la humanidad y era la que cargaba con ellos estos días.Tenía tan solo 15 años cuando ese incidente que ocurrió acabó con la vida de su familia y casi de l...
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Los resultados del festival de intercambio entre escuelas hermanas fue más que evidente, Kioto ganó por fin. Tal vez porque sus mayores amenazas fueron reducidas al cero, Seiko y Gojo no participaron y encima Yuta Okkotsu sólo participó en la batalla de equipos. Esta actividad valía dos puntos, por el peligro al que se sometían las personas. Algunos celebraron su victoria, otros simplemente quedaron decepcionados de esta derrota. Habían otros que no le importaban mucho esto números sin valor aparente para ellos.
—Han ganado de una vez, ¿qué te ha parecido esta vez?—pregunto Seiko a Yuta.
—Ha estado bien, me he divertido aquí en Tokio pero el festival digamos fue un poco lamentable comparado al último que participé. Si que habían mejorado pero no lo suficiente.
—Me esperaba esa respuesta, ¿te vas a tener que ir a Kenia ahora con Miguel?
—Si. Me han asignado una misión, volaré ahí esta noche.—dijo ya llegando a un vehículo.—Supongo que nos veremos en otra ocasión.
—Si, no te olvides de llamarme cuando llegues.
—No lo haré.
La víspera del festival de acabó, las buenas y malas cosas que pasaron se fueron en sus recuerdos. En la escuela solo había gente despidiéndose de otra, al final si que hicieron buenas migas los cuarto años con los otros. Solamente todo el mundo era demasiado competitivo y solo se concentraban en ganar, aunque los jóvenes de Kioto conservaban mejor espíritu por saber que serían los que celebrarían el festival el año que viene.
—Bueno, es hora de que os despidáis. Se tienen que ir.—anunció Seiko.—Venga.
—Digo que si, estoy emocionada de ir a Kioto el año que viene.—comentó con una gran sonrisa Nobara.
—Disfruté mucho este festival, estoy seguro que a Itadori le hubiera encantado asistir.—dijo nostálgico Megumi.—Se le extraña mucho.
—Aunque no habéis ganado, lo habéis disfrutado que es lo más importante y estoy segura que Itadori está más que contento con vosotros.
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Mientras los alumnos se despedían, decidió que no iba a soportar esta farsa más. Tenía que aceptar que Gojo no estaba hecho para ella sino para otra, y que si realmente lo quería lo dejaría ser feliz con quien realmente amaba. Y ella no era esa persona tan especial, además de que ella vivía lejos en otra prefectura. Las relaciones a distancia nunca fueron lo suyo.
—¿Podemos hablar un momento?
—Está bien, yo también te tengo que decir algo.
Se apartaron un poco del grupo.
—Quiero terminar esto, se que nunca me quisiste porque en el fondo Seiko era a quien realmente querías. Yo no puedo ser ella, es mejor que seas feliz con ella que infeliz conmigo.—dijo.—Aunque esto probablemente terminó cuando ella regresó a Japón.
—Utahime...
—No hace falta que digas nada, lo entiendo.
—Me has quitado una gran carga, lamento haberte hecho esto.—continuó.— Eres una gran persona, espero que encuentres a quien estaba destinado para ti y que estés bien.
