4

859 86 21
                                    

—Candy, ¿Estás bien? —preguntó Archie acercándose a ella—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Candy, ¿Estás bien? —preguntó Archie acercándose a ella—. Te noto rara.

—Estoy cansada eso es todo, tú ¿Cómo estás? ¿Te casarás con lady Rosse?

—Dios me proteja—dijo con dramatismo—. ¿Acaso quieres que sea desgraciado? Le dije que ya estaba comprometido.

—Pero... si eso es falso.

—Baja la voz, no querrás que me descubran. Aunque... no todo es mentira.

—¿Ya encontraste esposa?

—Annie, ella es la indicada. Por Dios, toda mi vida he estado enamorado de ella. La amo, y cuando regrese a Escocia le propondré matrimonio.

—Por qué no me lo habías dicho.

—No sabía cómo hacerlo. Annie corresponde a mis sentimientos, es por ello que decidí desposarla. Mi matrimonio será por amor y no por imposición, seré bendecido con una maravillosa mujer.

—Querido primo, te felicito, y os deseo la mayor de las dichas, Annie y tú se lo merecen, ambos son tan buenos.

—Gracias mi querida Candy. Aunque lady Rosse no se lo tomó nada bien, juraba y perjuraba que yo había demostrado tener cierto interés hacia su persona, lo cual se

lo aclare todo. Fui solamente educado con ella, jamás podría haber desposado a alguien tan frívola. Pero lo que quisiera ver, es la cara que pondrá el conde de Melbourne al saber que he rechazado a su insoportable hija.

—Querrá retarte a duelo. Ese hombre es capaz de hacer cualquier cosa con tal de complacer a su hija.

—No lo dudo, pero no olvidéis, que sé utilizar la espada y las armas con gran maestría—soltó con orgullo—. Pero no me has respondido ¿Qué te sucede?

—No es nada—respondió desviando la mirada.

—Te conozco perfectamente, como para darme cuenta de cuando estas mintiendo.

—De acuerdo—dijo derrotada—. Prométeme que no le dirás a nadie, ni siquiera a padre.

—Me ofendes, jamás ventilaría tus secretos, primero muerto.

Candy, tomó del brazo a su primo y se alejaron lo suficiente del resto de personas, pues temía que alguien indiscreto pudiera escuchar y si aquello sucedía, definitivamente sería un gran problema. Una vez que estuvieron lo más lejos posible, ella empezó a relatarle lo sucedido referente al aparatoso incidente que había sufrido y en como Terrence la había ayudado, el joven conde prestaba atención y de vez en vez soltaba pequeñas risas, pues desde su punto de vista nada de lo que había sucedido resultaba indecente, al menos para él.

Una Duquesa Rebelde (Terryfic)  Ya en físico por Romantic EdicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora