Encontrando Los Rastros De Tu Amor

🍁ºExtraº🍁PARTE I:" Las circunstancias de Xue Yang "

Desde que fue pequeño Xue Yang fue instruido para ser alguien perfecto, para no tener ningún error, ser despiadado, ni siquiera se le permitió sentir amor desde temprana edad, mucho menos tener el afecto de sus padres, una vida monótona, un Clan despiadado al cual Xue Yang aborrecia profundamente.
Como Xue Yang era hijo único del jefe del Clan tuvo que ser entrenado duramente, ser niño no estaba permitido para él, ser infantil y emocional era un crimen que era castigado severamente por su padre, Xue FangShu.

_¿Dónde estuviste hoy?_cuestionó un hombre con un rostro tosco y el ceño fruncido. Su furia se notaba a simple vista, tan aterrador.

El pequeño Xue Yang de apenas cinco años temblaba arrodillado frente a él, sin atreverse a decir palabra alguna pues igualmente sería castigado por escaparse y desobedecer a su padre.

_¡Responde !_ dijo aún más furioso que antes mientras sostenía un gran palo de madera gruesa.

Xue Yang tratando de mantener la calma habló con cierta tartamudes.

_Yo fu..i a ...

Antes de que Xue Yang terminará de hablar fue brutalmente golpeado por el palo de madera que su padre, Xue FangShu sostenía. El golpe fue tan fuerte que el pequeño niño fue arrojado a un lado, sangrado por la frente.

_¿Eres retrasado?, Por qué tartamudeas_ le dijo su padre fastidiado.

Xue Yang no decía nada, no lloraba ni se quejaba por el dolor, sabía que si lo hacía sólo enfadaria más a su despiadado padre. Sólo apretaba los puños fuertemente, deseando que alguien lo salvara de esa oscuridad aveces rogando por la muerte misma, cualquier cosa sería mejor que pertenecer a ese Clan.

_Señor, hay un asunto urgente_ llamó un miembro del Clan.

Xue FangShu se levantó enseguida y fue con aquel hombre ni siquiera miró a su hijo para tratar la herida, era claro su desinterés por él, incluso aquel hombre que vino a llevarse a su padre lo ignoró, poco le importó su situación. Ese era el día a día para los niños en el Clan demoníaco, Xue Yang estaba hartó de eso ya que vio a muchos niños perecer por las absurdas costumbres del clan demoníaco.

Xue Yang se levantó con dificultad, su cabeza palpitaba, el dolor era inmenso. Sin embargo no podía pedir ayuda a nadie pues seguramente lo ignorarian como siempre, en el clan demonio si eres debil no puedes sobrevivir, él estaba sólo, incluso su madre lo odiaba por parecerse a su padre, no tenía a nadie más que a los lobos que habitaban en el bosque fuera de la barrera. Ellos eran los únicos que le mostraban un lado gentil de un ser vivo.
Xue Yang fue entonces a su encuentro, si iba a morir sería mejor hacerlo junto a sus amigos los lobos para que ellos lo devoraran y no quede ninguna pista de su existencia.

Su vista cada vez era más opaca, el dolor palpitante lo dejaba sin fuerzas de más, pero logró atravesar la barrera y llegar al otro lado, sin embargo no pudo continuar y cayó desmayado al suelo.

No supo cuanto tiempo estuvo inconciente, pero cuando despertó su herida había sido vendada cuidadosamente, al tratar de moverse vio a un pequeño niño unos años mayor que él dormído a su costado.
Xue Yang se levantó desconcertado, un poco asustado sin embargo al no estar del todo bien se sintió mareado y volvió a caer al suelo, derrotado, no era la primera vez que su padre lo golpeaba pero esta vez era inusualmente más severo.

_Ugh

El ruido que provocó Xue Yang despertó al misterioso muchacho.

_No, no te levantes, tienes una herida muy grave_ comentó preocupado, mientras se acercaba para ayudarlo.