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El secuestro de Obito Uchiha ya no era el tema del momento, ya había transcurrido varías semanas desde que se encontraba bajo la tutela de Lucifer. En las noches Rin, Kakashi o ambos desaparecían para salir de cacería, según las cuentas que hacía de Obito debían tener más víctimas de las que no tenían conocimiento, eso explicaba porque habían aumentado levemente los casos de desaparición y no actualizar información de ofensores sexuales en todo el país.

El Uchiha seguía bajo entrenamiento, se sentía agobiado ya que su cuerpo y mente debían acostumbrarse al conocimiento y la fuerza.

Las noches eran pesadillas para Obito, lo atormetaban los gritos del hombre que había asesinado, desde esa noche no había vuelto a participar en la caceria, ni tampoco le pidieron ayuda o parecían tener intenciones de hacerlo. Kakashi y Rin esperaban que el próximo fuera su decisión.

—Buenos días. —Saludo el Uchiha a los presentes en la mesa del comedor, sus ojeras y rendimiento en entrenamiento delataban que no había dormido o comido bien.

—Buen día. —Respondio el albino

—Buenos días. —Devolvio Rin el gesto.

—Señor Obito, me alegra que se haya despertado, por favor disfrute el desayuno. —Hablo Sebastian, acomofo un plato con waffles y tocino junto a jugo de naranja.

—No voy a co. —Antes de que Obito pudiera terminar de hablar Kakashi se sento a su lado.

—No esta vez, yo me ocuparé. —Hablo el albino con una voz suave, tomo los cubiertos y comenzo a cortar los waffles en pedazos mas pequeños para llevarlos a la boca. —Abre grande oficial, si no comes no habrá postre.

La vergüenza por el comportamiento de Kakashi invadió a Obito, jamás se imaginó ver a el albino, un asesino, torturador, manipulador y aun peor su secuestrador en esa situación, aún así termino cediendo y comiendo todos los pedazos de waffles y tocino que Kakashi llevaba a su boca como si fuera un niño pequeño que necesita ser paladeado

—Eso no era necesario. —Protesto Obito y bebió el jugo de naranja pues no quería ver a Kakashi intentandole dar jugo.

—Si que lo era lindo bebe Uchiha. —Bromeo el Hatake con una sonrisa pícara.

—Coincido con Obito. —Hablo Rin. —Ya es hora de ir a entrenar ¿No creen?

—Si, tienes razón. —Acepto Obito en parte porque si volvía a la policía no planeaba ser un estorbo, lo mejor era entrenar e intentar comer bien aún teniendo su ansiedad a tope

En la oficina del detective Fugaku las cosas no marchaban para nada bien desde el secuestro de Obito Uchiha perpetrado por Lucifer, ya habían deducido que las pistas y todo lo relacionado fue solo un juego

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En la oficina del detective Fugaku las cosas no marchaban para nada bien desde el secuestro de Obito Uchiha perpetrado por Lucifer, ya habían deducido que las pistas y todo lo relacionado fue solo un juego

—Un maldito mes y no hay actualizaciones.

—Lo lamento Minato, estamos intentando hacer todo lo posible pero el es... Indescriptible, el número de ofensores sexuales desaparecidos aumento en la ciudad y sus alrededores, pero no encontramos nada que confirme otra muerte desde el caso de hace un mes. —Fugaku no podía negar que sentía miedo por el hombre detras de todo, le daba la razón a la idea tan expandida de que era un angel, el demonio o un dios purgando los pecados humanos, ni siquiera el mas ateo se atrevería a negar que era lo mas cercano.

—Lo extraño... El no esta a mi lado, no se si esta bien y como dices no hay nada mas.

—Calma, te aseguró que vamos a encontrarlo y volverán a estar juntos. Hable con el fiscal Hiruzen y no levantarán cargos, ni orden de captura contra Obito por el homicidio, verás que todo va a estar bien. —Dijo Fugaku acercandose a el. Minato le ofreció sus brazos y ambos se abrazaron. —No intentes ser fuerte, vamos hazlo.

El Namikaze se deshizo de la capa de fortaleza que había intentado mantener y lloro, un mar de lágrimas descendía de sus ojos, oculto su rostro en el pecho del hombre y sintió el latido de su corazón. Estuvieron varios minutos en esa posición.

Rastro de Sangre (ObiKaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora