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Los altos mandos de la policia y fiscalía de Florida se reunieron en una habitación privada en la estación de policía asignada como la base del caso de Lucifer. La molestía de las posiciones más altas eran claras.

—¿Como fue posible que dos asesinos buscados y del cual uno tenían la perfecta imagen consiguieron entrar a una estación de policía, derribar a el personal y llevarse consigo a el criminal mas grande de Norteamérica? —Hablaba el viejo Danzo.

—Si los protestantes no entraban a el lugar no lo hubiesen conseguido. —Explico Fugaku.

—Excusas, tu y tu equipo solo saben poner excusas. Florida quedo como un chiste, el gobernador e incluso los legisladores democratas están molestos.

—¿Que hayan burlado su seguridad de tercera los molesto lo suficiente para por fin sugerir la pena de muerte a un asesino serial? ¿Donde quedo su deseo de popularidad?

—No nos retes Fugaku, así como estas allí podemos quitarte.

—Suficiente Danzo. —Interrumpio Hiruzen. —Tras pensarlo seriamente hemos decidido que Kakashi y Rin serán buscados por cargos de agresión a un oficial de policia, huida, provocar disturbios violentos, irrumpir en propiedad estatal, homicidio capital, tortura en primer grado, secuestro en primer grado y cualquier cargo menor que surga en oa investigación así sea cruzar imprudentemente la calle. Pediremos la pena de muerte.

—¿Que sucede con Obito Uchiha? —Pregunto Fugaku.

—Gracias a tu intervención y la de Minato Namikaze que amenazo con dejar las fuerzas de California nos están presionando en ese tema, estamos aun decidiendo pero no pensamos pedir la pena de muerte.

—Bien. Con respecto a los manifestantes violentos que entraron a la comisaría no registramos muertos por suerte, pero si hay internados de gravedad, esto incluye oficiales de policia, varios bandalos fueron detenidos por cargos de disturbios y agresión a un oficial.

—Liberenlos bajo multa de quinientos dolares y desestimen los cargos.

—Señor irrumpieron en la estación, atacaron a oficiales y contribuyeron indirectamente a que asesinos seriales huyeran.

—Eso no importa. Fugaku tu también eres una figura política tu aprobación esta en el 28% y la de la policía de Miami en el 25% esta situación es un desastre y no la podemos empeorar.

—No esta tan mal como la de ustedes, la fiscalia de Florida tiene un 22%, su fiscal un 15%, en Miami la fiscalía tiene un 23% y su fiscal un 10%, ya ni hablemos de como decayo la popularidad del gobernador, mis superiores de la policia y los legisladores.

—Tienes razón y por eso mismo no debemos tomar una medida punitiva que claramente nos hará quedar mal a todos, solo mira las redes.

—Pero en caso de tener. —Interrumpio Danzo. —Habria que sacrificar uno o dos peones para proteger el resto del tablero.

La amenaza en la voz de Danzo era clara.

—¿Algo que decir al respecto asuntos internos? —Cuestiono Fugaku.

—Decidimos que ningún policía sería sancionado por esta situación y  esperemos siga así. —Respondio Homura Mitokado, un viejo amigo de ambos fiscales.

—Bien, ahora hablemos del presupuesto inmediato para las reparaciones a la comisaría e inversión en la investigación, el alcalde está dispuesto a ayudar con lo primero y las autoridades del FBI planean ayudarnos con lo segundo. —Expuso Hiruzen. —Una sola palabra: satelites.

La reunión resultó mas larga de lo que se esperaba así que Fugaku salió tarde del trabajo pero aún no anochecía así que esperaba Minato siguiera despierto, ya eran los últimos días del rubio en Florida, sus vacaciones acumuladas estaban por termin...

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La reunión resultó mas larga de lo que se esperaba así que Fugaku salió tarde del trabajo pero aún no anochecía así que esperaba Minato siguiera despierto, ya eran los últimos días del rubio en Florida, sus vacaciones acumuladas estaban por terminar y había decidido volver a California para todos los procesos legales que lo esperaban.

El Uchiha llegó a su casa y se encontró con Minato sentado en la sala viendo televisión. El hogar de Fugaku nunca antes había estado tan limpio.

—Buenas. —Saludo Minato. —¿Todo bien?

—¿Como crees?

—Considerando que se vio afectada la popularidad estatal, nacional y mundial de hasta el mínimo ente gubernamental o judicial en el estado pues me hago una idea.

—Nunca te metas con su carrera política, incluso los democratas están presionando a la fiscalía y policía. Pedirán la pena de muerte.

Minato quedo paralizado, si bien su amor por Obito era un tema complicado jamás apoyaría que fuera ejecutado y no era el único buscar tal cosa causaría una crisis política y moral.

—No, no es lo que piensas, solamente pedirán eso con Rin y Kakashi, por el momento no saben que hacer con Obito, el fiscal Onoki de California hace presión para evitar cualquier tipo de repercusión.

—Hable con él pero no esperaba lo tomará muy en serio.

—Un fiscal democrata no desperdiciaria la oportunidad para impedir una ejecución a un estado republicano.

—Tienes un punto.

—Bien dejando el trabajo de lado ¿Te gustaría hacer algo? Son tus últimos días en Florida.

—Tienes que trabajar ahora mas que nunca, pero me encantaría conocer ese lado de Miami.

—Tardaremos un rato en encontrar algo útil para la investigación así que hasta entonces considerame tuyo.

—Eso me agrada.

Ambos hombres prepararon la cena y se tomaron su tiempo ya que en un punto cocinar se convirtió en una guerra de harina y de quién conseguía beber más alcohol. Los dos parecían adolescentes inmaduros, estaban cubiertos de harina y se habían terminado varias botellas de vino aún así consiguieron terminar con la cena: varios sandwiches, galletas de chocolate, waffles, palomitas y jugo de naranja, una extravagante combinación para una noche que planean fuera extravagante.

Pusieron una película en el televisor, ni siquiera habían leido su nombre y tampoco le prestaban mucha atención entre comer, bromear y reirse alcoholizados. En algún punto los protagonistas asistieron a una disco, Minato se puso de pie y comenzó a bailar.

—Ven commigo. —Le propuso a Fugaku.

El Uchiha se unió a el baile con el Namikaze, pasaron repentinamente a una música romantica ya que el protagonista se encontraba con su enamorada. Fugaku le ofreció la mano a Minato quien acepto y comenzaron a bailar un extraño vals en el que Fugaku tomaba la posición mas dominante. Los protagonistas se besaron, Minato miro la escena y se rio, entonces vió nuevamente a Fugaku y se fijo en que era un hombre atractive. Se besaron por iniciativa del rubio, Fugaku le correspondio.

—¿Debemos tomar una ducha no crees? Una larga para poder sacarnos toda la harina del cuerpo. —Sugirio Minato al terminar el beso.

—Si, tienes razón.

En las duchas se entregaron el uno al otro y cambiaron sus vidas.

Rastro de Sangre (ObiKaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora