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—Solo cuéntame si eso quieres, considerame un espacio seguro para cualquiera de ustedes. —Dijo Obito acercandose a el para brindarle seguridad.

—Fueron mis padres, mis propios padres. —Solto Obito repentinamente con la cabeza gacha.

Las expresiones de la cara de Obito representaban un asco, indignación y terror indescriptibles, no importaba cuantos años llevará en la policía nunca nadie los preparaba lara estas situaciones, pero esta tragedia no se trataba de el así que contuvo sus propias emociones y de mantuvo serenos, debía ser el hombro en el que Kakashi pudiera llorar.

—Los dos eran violentos, alcoholicos, discutian, se golpeaban, recuerdo que mi madre abortó dos veces a causa de peleas con mi padre. Los dos me golpeaban, insultaban por mi raro cabello blanco, mi peso y en varias ocasiones entraban a mi habitación en las noches, buscaban desahogar conmigo lo que entre ellos no podían. —Era la primera vez que Obito podía ver a Kakashi temblar, llorar y no eran lágrimas controladas, brotaban de sus ojos junto a saliva de su boca, todo indicaba que se trataba de un ataque de ansiedad. Sumado a lo que Obito podía ver se presentaban los sintomas interiores, los que solo Kakashi podía sentir y era incapaz expresar, sentía una fuerte sensación de mareo, dolor en la cabeza como si tuviera una fuerte jaqueca y su boca se sentía seca como si se tratará de un desierto.

—Kakashi, mirame, intenta inhalar y exhalar. —Le hablo Obito en un tono calmado, pero lo suficientemente alto para que el albino pudiera escucharlo. —¡Rin, Sebastian! ¡Vengan aquí! ¡Las pastillas! —Exclaml mientras seguia realizando los ejercicios de respiración para que Kakashi lo imitará. El albino comenzaba a calmarse de a poco, ya podía entrar en razón pero la mayoría de síntomas persistian, lo tomo de las manos suavemente y lo guío a la sala, ambos siguieron reallzando los ejercicios. Obito grito una vez mas. —¡Rin! ¡Obito!

Esta vez si lo escucharon, Rin y Sebastian aparecieron en la escena.

—¡Kakashi! ¡Sebastian! ¡Las pastillas! —Exclamo Rin y corrió por agua a temperatura ambiente.

—Hijo. —Dijo Sebastian asustado. Corrió por el frasco de pastillas clonazepam que guardaban en un cajon y despejó el mueble de la sala para que Kakashi pudiera sentarse sin incomodidades.

Obito ayudo a que el albino tomará asiento. Rin le entrego el agua a Sebastian y con mucha paciencia consiguieron que Kakashi se tomará las pastillas, no podían actuar con prisa o terminaría escupiendo las pastillas o atragantado y eso sólo empeoraría la situación.

—Respira hijo. —Hablo Sebastian. La mayoría de los sintomas en Kakashi comenzaban a reducirse, aunque las lágrimas, saliva y temblor persistian pero a un menor nivel.

—¿Quiere? —Pregunto Rin, había traido una manta, un peluche de oso y una almohadilla para el cuello. Kakashi asintió con la cabeza como si fuera un niño pequeño. La chica le ayudo a sentirse mas comodo y seguro.

—Gra-gracias los tres. —Expreso Kakashi con varias interrupciones de por medio causadas por los temblores y el sentimiento de ansiedad que seguía persistente.

—No te preocupes, estamos aquí para ti.—Dijo Obito, se acercó a la cocina y sirvió mas agua, sabía que la resequedad de la boca era un sintoma común y por la forma en que Kakashi hablaba se notaba, le entregó el vaso y el albino comenzó a beberlo.

El estado de vulnerabilidad de Kakashi fue apaciguandose de a poco. Le permitió a los tres presentes acercarse a el, pese a ello  le preguntaron si realmente se sentía seguro, se sentaron juntos en el sofa y miraron la película Coco, la comfort movie de Kakashi seguida de varias cintas que eran de su gusto, acompañaron su maraton de chocolate caliente y galletas de vainilla.

—¿Mañana día libre? —Pregunto Kakashi.

—Mañana día libre hermanito. —Le respondió la castaña mientras acariciaba su cabeza con ternura y depositaba un beso en su frente.

Rastro de Sangre (ObiKaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora