18

94 12 0
                                        

Rin y Obito estacionaron el auto a pocos metros de una serie de apartamentos de mala muerte aunque no eran tan peligrosos como el hotel de ofensores.

—¿Segura que no quieres que te ayude?

—Segurisima. Llevó un rato sin hacer esto yo sola, te recuerdo que yo también soy Lucifer.

—Esta bien. Te esperaré aquí.

Rin se bajó del auto y caminó a los apartamentos, debía tener cuidado ya que estaban muy cercanos entre si y seguramente era muy fácil ser un vecino chismoso.

La castaña reviso en su telefono las conversaciones que había tenido con Pamela, pretendía ser una chica de catorce a la que sus padres descuidaban y no comprendían, fue bastante fácil arreglar una cita sexual en su propia casa. Rin había sido la encargada de leer e investigar todo el caso de Pamela y supo desde el principio que era una depredadora, no había sido una equivocación como argumentaron sus abogados, solamente era una mujer blanca y rubia que se aprovechaba de niñas adolescentes incluso en estado de ebriedad y como siempre el sistema la trató suavemente. El expediente decía que le habían imputado un cargo de abuso sexual en segundo grado, tres de relación sexual con menor de dieciocho, uno de mala conducta, dos poner en riesgo a un menor y siete de dar alcohol a un niño, pero el acuerdo sólo considero los cargos de relación sexual y dar alcohol, uno por cada ofensa lo que culmino en una condena de arresto domiciliario y registrarse como ofensora sexual tipo II, a Rin esa sentencia le ponía los pelos de punta del enojo. Mensajeo avisando que estaba a punto de llegar, Pamela respondió con emojis de fuego.

Rin encontró el apartamento y le dio tres leves toques. La mujer rubia abrió la puerta y asomó su rostro viendo los alrededores.

—Pasa linda.

—Gracias.

Rin accedió al departamento y observó el lugar, lucia organizado y bien cuidado pero era bastante pequeño.

—¿Te gustaría beber algo?

—¿Para ponernos locas? -Hablo la castaña en un tono coqueto.

Para Rin y Kakashi era común seducir pero rara vez tenían un contacto real con el ofensor ya que eso implicaría que tendrían que limpiar más posible evidencia.

Pamela busco en la cocina una botella de vino que tenía muy bien escondida, sirvió en unas copas y se acercó a Rin para entregarle una.

La castaña ofreció un brindis, la rubia lo correspondió y bebió.

Rin sin siquiera haber bebido la golpeó con su copa fuertemente. El cuerpo de la efebofila cayo al suelo acompañado de vidrios de ambas copas, su frente comenzó a brotar a sangre.

Antes de la llegada de Obito los homicidios solían estar acompañados con tortura pero desde entonces tanto ella como Kakashi disminuyeron esa conducta en parte por comodidad del pelinegro, aunque ella lo hacía mas porque debía imitar el comportamiento homicida de su hermano para seguir pareciendo uno solo ante las autoridades, sin embargo Rin estaba segura de que Kakashi si había dejado de ser tan "sádico" por Obito.

La castaña amarró a la rubia a su cama con sabanas y cordones, ahora Pamela estaba impedida de moverse o hablar.

Rin tomo uno de los restos de vidrio del suelo y corto lentamente el cuello de la mujer en el centro. Pamela se despertó e intento forcejear pero era inútil, su muerte por un desangramiento rápido pero doloroso fue inevitable.

Rin limpió un poco el lugar para deshacerse de cualquier posible evidencia. En sus guantes pego pedazos de cintas que contenían la forma exacta y precisa de huellas dactilares de ofensores sexuales que ya había matado en el pasado, toco varias cosas de la casa para dejar las huellas impregnadas en el lugar.

Rastro de Sangre (ObiKaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora