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Obito disparó a cinco dianas con su arco acertando justamente en el centro.

—Has mejorado mucho en poco tiempo, felicitaciones. —Lo halago Rin quien ya tenía la idea de que Obito debía especializarse en usar armas a distancia, no le sorprendía viniendo de un agente de policia.

—Gracias. —Agradecio Obito, el también sentía que había mejorado sus habilidades y conocimientos, ahora entendía porque esos dos eran incapturables, aunque tenía dudas sobre cuanto tiempo habían llevado ese estilo de vida y como lo resistieron.

—Hemos pensado en regresar a Texas, es un buen nido de racistas y pedófilos. —Bromeo Rin

—La California republicana. —Respondio Obito manteniendo el sentido del humor.

—Obito, tu eres de California.

—Y eso no me impide negar que es un nido de tocanenes.

—Bienvenidos a America. Igual todavía no es un hecho, Kakashi está pensando en que nos quedemos un tiempo más, dice que ya es hora de su plan.

Kakashi se despertó, la noche anterior estuvo de cacería y le tomo mas tiempo de lo normal así que tuvo que reponer sus horas de sueño, en especial considerando que ya de por si dormía bastante mal

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Kakashi se despertó, la noche anterior estuvo de cacería y le tomo mas tiempo de lo normal así que tuvo que reponer sus horas de sueño, en especial considerando que ya de por si dormía bastante mal. Eran las once de la mañana, el albino penso en que su hermana y Obito ya debían estar entrenando.

Kakashi se levanto de su cama, se observo frente al espejo de su habitación, noto varias heridas en su cuerpo, pero no fue eso lo que le causo incomodidad, ya estaba acostumbrado a verlas, lo que le causaba incomodidad era ver ciertos rasgos de su cuerpo, características que conllevaban malos recuerdos, que conllevaban su imperfección, era su nariz, mejillas, abdomen, piernas, muslos, tobillos y su cabello de seguro era lo peor.

—Da igual. —Se dijo así mismo reduciendo sus emociones como ya estaba acostumbrado a hacer. Tomo un vaso de agua con su medicamento, seguramente Sebastian lo había dejado allí para que no descuidara su régimen médico. —Siempre tan cumplido Sebastian. —Con la clase de pensamientos que el albino tenía era común que dejará de tomar sus pastillas para que alguna de sus enfermedades por fin lo llevará a morir, deseaba que el odio así mismo desapareciera y solo lo conseguiría si el desaparecía, pero no tenía el coraje para hacerlo, no podía morir mientras su familia siguiera aquí, hacía todo en su día por Rin, Sebastian y ahora también por Obito, purifucaria el mundo por ellos, viviria, comería y sería el asesino mas letal por ellos.

Kakashi decidió ignorar su crisis y se dirigió a la ducha para asearse y vestirse, bajo a la cocina para comer.

—Buenos días. —Saludo Kakashi.

—Buenos días señor Kakashi, su desayuno. —Respondio Sebastian, le sirvió una taza de cafe y un plato de huevos revueltos. —Me alegra que haya dormido bien, no olvido tomar sus pastillas ¿Cierto?

—Gracias Sebastian, si las tomé ¿Donde estan Obito y Rin? —Kakashi comenzó a comer.

—En el patio entrenando, el señor Obito ha mejorado mucho desde su primera pelea, se que ha estado ocupado pero sería buena idea usted intervenga mas en su entrenamiento y consideren avanzar mas, he visto que les gusta entrenar juntos. —Sugirio Sebastian con una sonrisa picara, ya había notado la tensión que existía entre ambos.

—Lo hare, pero deja de mal pensarlo Sebastian.

—Lo que usted diga.

Rastro de Sangre (ObiKaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora