Los dos estacionaron en frente del punto de reunión, un taller que pertenecía a uno de los proxenetas del lugar.
—Suerte. —Deseo Rin.
—Gracias.
Obito tomo un arco y una alijaba con varias flechas especiales. Se bajo del auto y caminó hacia el taller, dio unos leves toques a la puerta.
Un hombre negro abrió y le permitió el ingreso.
—Te estábamos esperando, somos los proxenetas con mejor material en todo Miami.
—Eso me dijiste en la conversación ¿Que me ofreces?
—Blancas, latinas, negras, asiaticas, incluso nativas, varoncitos, adolescentes, prepuberes y niños.
El hombre lo guío hacía el interior del garaje, habían varios niños y adolescentes reposados en el suelo. Un grupo de cinco adultos estaba de pie, dos mujeres blancas y tres hombres moreno probablemente latinos o descendiente, claramente esperaban la llegada de Obito quien se había anunciado como un cliente con un enorme efectivo e interes por tener un harem infantil.
—¿Esta es toda la mercancía?
Se podía contar hasta treinta niños, si los detallaba algunos especialmente los adolescentes estaban fumando.
—Si. —Respondio una de las mujeres.
—Perfecto. Subanlos al camión y hablemos del precio, me gustaría tenerlos unos días.
Los proxenetas metieron a los menores en un camión de carga.
Un envase de metal cayó al suelo dificultandoles la vista. La habitación se lleno de sus tosidos y quejidos.
Dos flechas impactaron directamente en la cabeza de las mujeres acabando con su vida.
—Mierda. —Exclamo el hombre negro.
Obito corrió hacia el proxeneta negro con velocidad sin darle tiempo a reaccionar clavo un cuchillo en su estómago y tomo su arma.
La niebla comenzaba a disiparse. Los tres hombres latinos buscaban entre la niebla con sus armas a quien hasta hace poco parecía ser un cliente. Bastaron tres balas directamente en sus cabezas para terminar con sus vidas.
—Lo logre. —Dijo Obito al comunicador.
—Bien acabo de informar a la policia, saca a los niños y ven rápido.
—¿Van a estar bien?
—Sebastian y logística tendrán sus ojos sobre ellos, les donaremos dinero de forma anónima para cubrir su acceso a servicios médicos, educativos y de defensa legal en casos de inmigración.
—Bien.
Obito escondió los cadaveres detras de unas cajas y abrió la puerta del camión permitiéndole a los niños bajarse, la mayoría se encontraban paralizados.
—Van a estar bien, la policia viene hacía aquí sólo esperenlos.
—¿Quien eres? —Cuestiono un chico adolescente de cabello rubio.
—Obito Uchiha, mis amigos me llaman Belcebu.
—¿Porque nos ayudaste? Todo el mundo pasa de nosotros como si no existieramos.
—Porque no soy todo el mundo, estoy aquí para hacer hasta lo imposible por ayudar a los niños que como tu deben vivir estas cosas.
—Cosas que permiti.
—Cosas que no son tu culpa, con el tiempo vas a entenderlo. Debo irme.
—Adios.
Obito se despidió del grupo de niños y salió corriendo del garaje, se subió a el auto junto a Rin quien condujo a la máxima velocidad posible para alejarse de allí.
—Lo lograste. —Exclamo Rin en cuanto estuvieron varias cuadras lejos.
—Lo logré.
—Oficialmente Belcebu. —Bromeo Rin.
Obito se sonrojó por la vergüenza.
—Calla.
—¿Sabes? Me recordaste a la primera vez que cometí una masacre, siempre he insistido en que son mejores los ataques a distancia, en especial para estas situaciones.
—Y si que lo son, me pregunto como Kakashi logra vencer grupos enteros con armas cuerpo a cuerpo.
—Es Kakashi, no le busques una lógica a lo que es capaz de hacer. Tenemos que volver a la mansión.
Rin empezó a conducir rumbo a su hogar temporal. Obito encendió el mini televisor del auto, en poco tiempo apareció en las noticias la masacre que Obito había realizado. Los titulares decían "Obito Uchiha masacra explotadores de menores y se llama así mismo Belcebu" "Policia de Florida imputa mas cargo contra el oficial de Florida" "California no responde ante las acusaciones", poco o nada se mencionaba de los menores que fueron salvados, aunque no es que Obito esperará algún tipo de credito.
Obito revisó las redes sociales en twitter ya era tendencia y se comentaba sobre los menores salvados, mucha gente lo defendía y argumentaba debía ser absuelto de los cargos, incluso los residentes de Florida habían formado su propio hagstag por supuesto no es que el punitivismo americano fuera a hacer mucha diferencia entre la masacre perpetrada por Obito y un tiroteo promedio a ojos de la ley, pero especialmente de los políticos debían aplicarse las sanciones con la misma fuerza.
—Son hipócritas ¿no crees? —Argumento Rin. —La ley supuestamente no tiene excepciones en estados unidos por eso incluso se ha hablado de sentenciarnos a muerte, pero nunca hay estos debates en los casos de corrupción o delitos de cuello blanco pese a que afectan mas a la sociedad que el homicidio de depredadores.
—Si, esto es Estados Unidos las leyes de tolerancia cero persiguen los delitos que más comete el pobre, drogas, robo, esos son en los que los atenuantes no se tienen en cuenta mientras que los delitos del poderoso deben ser perdonados.
—Que se joda Florida. Que se joda America.
—Que se joda California, pero sobre todo.
—Que se joda Texas. —Dijeron ambos al unísono para terminar riendo.
—Alguna vez has pensado en que lo que hacemos este mal. —Sugirio Obito.
—Muchas veces, deseo el día en que ya no tengamos que hacerlo, el día en que la reincidencia sea tan mínima que pueda encargarse la policía.

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Rastro de Sangre (ObiKaka)
FanficEn el estado de California un asesino en serie conocido como "Lucifer, el justiciero" ha estado limpiando las calles de ofensores sexuales en los últimos años es considerado un héroe nacional por la población estadounidense y alguien imposible de at...