—¿Listos? —Pregunto Sebastian.
—Listos. —Respondieron Rin y Obito.
—Tengan cuidado.
Rin y Obito subieron a un avión color negro y pequeño similar a uno de combate, la castaña conducía y Obito la acompañaba en el asiento del copiloto, al igual que las camionetas era un vehículo especial con espacio para más personas y armada hasta los dientes.
—¿Cuanto costó esto? —Pregunto el pelinegro.
—Una fortuna.
—¡Salvemos a Kakashi!
Rin condujo a la máxima velocidad que le era posible hacía la comisaria de policía en la que se encontraba Kakashi detenido.
Recien era de madrugada, el albino llevaba unas horas bajo arresto y ya era noticia internacional, las calles de Miami y todo el mundo estaban llenas de protestas a su favor o en su contra por lo que conducir hoy no era una opción. La policía había tenido que establecer retenes en radios de varias cuadras alrededor de las estaciones de policía especialmente en la que estaba Kakashi bajo arresto ya que tanto los policías como el asesino corrían riesgo de sufrir un atentado. El avión de Rin y Obito se acercaba a el radio de la estación usada por la policía especial designada a el caso de Lucifer.
—Tal y como supuse que estan muy preocupados en custodiar abajo por las protestas que dejaron un espacio libre: arriba. —Dijo Rin estacionando el avión en el helipuerto de la policía.
—Policia americana.
Los dos bajaron del avión, tomaron sus armas y se pusieron sus mascaras.
—Lilith. —Dijo Obito.
—Belcebu. —Respondio Rin.
Ambos asesinos entraron a la estación de policía mediante la puerta del helipuerto. Se escuchaban los pasos y voces de distintos oficiales de policía hablando sobre la llegada de un avión a el helipuerto, nadie esperaba aquello y fue menos aún cuando llovieron flechas y bombas de humo tóxico que causaron cayeran al suelo desmayados.
Los dos se dividieron para buscar en distintas zonas de la estación. A ambos les estorbaron varios oficiales de policía en el camino.
Rin era experta en esconderse y desplazarse entre las sombas y su ataque a distancia tenía una precisión impecable. A Obito por otra parte se le dificultaba más ya que tenía menos experiencia aunque demostraba los frutos del entrenamiento con los hermanos asesinos.
Obito se vio rodeado por cinco policías, acababa de noquear por la espalda a dos. El pelinegro lanzó una bomba de humo que dificultó la visión de los oficiales permitiéndole atacar en las sombras como resultado noqueando a dos de ellos obviamente no buscaba asesinar a nadie.
La niebla comenzaba a disiparse y los tres policías restantes se apresuraron a apuntarle pero Obito fue más rapido y les disparo una flecha de toxina que los pondría a dormir por unas horas.
Rin se encontraba escondida tras una pared, un oficial de policía corrió a toda velocidad hacía donde se escuchaban los ruidos que causaba Obito. Ella se interpuso poniendo su pie en medio y luego golpeándolo en el suelo. La castaña caminó hacia la zona de las celdas que se encontraba fuertemente custodiada por lo que tendría que esperar a Obito.
—Creo que la encontré. —Dijo Rin en el comunicador.
—Esperame allí.
—Apresurate.
—Quita. —Escucho Rin una voz femenina y el sonido de un arma. Una mujer negra la apuntaba.
—Me atrapaste. —La chica levanto las manos y se acercó poco a poco.
—¡Alejate!
—No tienes de que temer, me estas apuntando. —Rin arrojo su arco al suelo. —Me venciste.
—¿Lo hice?
—No. —En cuanto estuvo lo suficientemente cerca realizó una llave de desarme básica arrojando el arma y golpeando a la mujer en el estomago y rostro.
—Ma-matame.
—No haría eso, jamás mataría a alguien inocente. —Dijo Rin para cortarle la respiración por unos segundos y desmayarla. —Lamento esto, no lo mereces.
—¡Nos atacan! La-la gente esta entrando y no podemos detenerlos. —Se escucho un wokitoki con fallas. Rin lo busco y encontró entre el bolsillo de la mujer.
—Mierda. Obito.
—¿También lo escuchaste? —Respondio el Uchiha en el comunicador.
—No tenía esperado esto ven corriendo ya, debemos irnos.
Obito corrió hasta encontrarse con Rin. Los dos se ocultaron y vieron como varios de los que supervisaban las celdas corrían a la entrada através del woki toki pudieron escuchar lo que sucedía en la entrada y las afueras.
—Muy conveniente. —Dijo Obito.
—Va a morir gente por nuestra culpa.
—Murio gente por nuestra culpa.
—Saquemos a Kakashi de aquí y vamonos cuanto antes, la situación podría calmarse.
Ya no habían tantos supervisores a las afueras de las celdas ni en los interiores por lo que no fue difícil que consiguieran acceder a el lugar aun tratándose de policias armados. Llegaron hasta la celda en la que se encontraba Kakashi que la supervisaba un guardia, seguramente habían mas adentro, rápidamente Rin lo atacó con una pistola eléctrica dejandolo en shock en el suelo.
—¿Le robaste eso a un policía?
—Si, es buena pero en exceso letal.
—¿Estas lista?
—Vamos.
Los dos se acercaron a la celda, cuatro policías apuntaban a cualquiera que se acercará así que tuvieron que retroceder inmediatamento, Minato y Fugaku se encontraban entre ellos.
—Minato.
—Obito.
—Dejenlo ir. —Exclamo Rin
—Jamas. —Minato se acercó a un Kakashi esposado en una silla y le apunto con el arma en la cabeza. —Retrocedan.
—Procedo a retroceder. —Rin lanzo la última boma de humo que le quedaba en su armamento. Rápidamente ambos atacaron a los oficiales para inmovilizarlos, Rin noqueó con un golpe en la mandíbula a dos y Obito golpeó a Fugaku en el pecho.
Minato siguió de pie y consiguió esquivar el ataque de Obito, el rubio le apunto con el arma a su ex-esposo.
—Dispara.
La mano de Minato era temblorosa. Rin liberó a Kakashi de las esposas.
—Larguense. No podré con los tres ni aún armado.
—Gracias Minato.
—No te dejes detener.
—No lo haré.

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Rastro de Sangre (ObiKaka)
FanfictionEn el estado de California un asesino en serie conocido como "Lucifer, el justiciero" ha estado limpiando las calles de ofensores sexuales en los últimos años es considerado un héroe nacional por la población estadounidense y alguien imposible de at...