Fugaku ingreso a la habitación de casilleros de la comisaría, allí se encontraba un apurado Minato empacando sus cosas y las de su esposo, en el tiempo que habían estado los agentes federales y de los otros estados les dieron acceso a un casillero.
—¿Ya te vas? —Cuestiono el Uchiha.
—No tengo de otra, son ordenes desde arriba. De hecho me sorprende que haya durado tanto tiempo sin que me pidieran volver, a los agentes de Texas les pidieron volver apenas se cumplió un mes sin avances.
—Dos polos opuestos.
—Si... No vienes solamente para asegurarte de que no deje nada ¿Verdad? —Desde que Fugaku entró Minato tenía el presentimiento de que debía contarle algo y generalmente no fallaban sus predicciones.
—No debería decirtelo, es información extraoficial y podría causar un conflicto entre estados, una escena del crimen delata que Obito fue el principal autor de un brutal homicidio, un hombre en condicional por pornografía infantil su cuerpo estaba en el mismo estado que la primera escena del crimen, su rostro era irreconocible, en esta ocasión no habían muestras de arrepentimiento como vomito sino todo lo opuesto, alguien escribió con la sangre de la víctima "Obito estuvo aquí" y las pruebas delatan de que ese fue Obito, de hecho sospechamos que hizo casi todo a excepción de distraer a la víctima.
—Todo es idéntico a la primera escena, es un mensaje, Obito intenta comunicarse conmigo o Lucifer se nos esta burlando al saber que la colaboración entre estados desaparecerá otra vez. —Minato suspiro y por unos segundos, que para el se sintieron eternos se sumergió en sus pensamientos intentaba descifrar cuál y de quien era el mensaje de la escena del crimen, su lado más pesimista le advertía que Obito había sucumbido ante Lucifer, posiblemente por algún sindrome de estocolmo.
Fugaku detallo los ojos azules del Namikaze, le transmitían una sensación de dolor y vacio, se podía hacer una idea de los pensamientos que recorrían su cabeza y el tendría que añadir otra carga.
—El fiscal de Florida esta preparando los papeles para acusar a Obito de homicidio, según sus propias palabras ya esta jugando el papel de víctimario mas que de victima.
—No habla en serio, es obvio que Obito está siendo coaccionado o padece de un trastorno que le impide reconocer sus acciones a causa del evento.
—Calma Minato, aún tiene derecho a defenderse en un tribunal y si lo dices es lo que ocurrió entonces será absuelto o el propio fiscal desestimara el caso.
—No creo que los políticos de California vayan a estar felices con esto ¿Por eso lo hace no? Ya no es solo justicia, es política.
—Eso me temo.
Las tecnicas que usaban los fiscales y políticos en estados unidos con tal de aumentar sus estadísticas o votantes eran sumamente rastras, ellos dos trabajando en la policía han sido principales testigos de eso, desde imputar casos de dudosa culpabilidad, presionar acuerdos fiscales y llevar a juicio casos que podrían desecharse o solucionarse en acuerdos con penas menores, todo solo para mostrar mano dura contra todos los delitos que atrajera a los votantes no dispuestos a investigar y solo en busca de seguridad.
Minato maldijo al sistema estadounidense, pero no se encontraba en la posición para llorar.
—Llamare a mi oficina, pediré mis vacaciones, llevo tiempo acumulando las. —Anuncio el rubio esperando que Fugaku estuviera dispuesto a continuar con su plan.
—No te quedaras a tomar unas vacaciones ¿verdad?
—Nop.
—Te ayudaré de forma extraoficial, pero debes prometerme que hablarás con un terapeuta e intentarás mantenerte alejado del alcohol y los cigarrillos.
—Acepto tu trato.
Fugaku maldijo interiormente, no podía decirle que no a Minato, por una parte empatizaba con la situación en la que se encontraba el rubio debía ser difícil pasar por el secuestro de su esposo en frente de sus propias narices y no poder hacer nada para defenderlo ni para que regrese, pero por otra parte también sentía una atracción y comfort por la presencia del Namikaze, lo que era una declaración bastante inmoral de su parte debido a la situación actual, pero no podía controlar sus sentimientos o los deseos de su cuerpo. Fugaku desconocía si sus sentimientos eran mínimamente correspondidos por Minato, lo dudaba claramente, pero es que junto a el se sentía en otro mundo desde que ambos trabajaban juntos pese a los obstáculos se sentía diferente, se sentía como nuevo, incluso podía presumir que mas joven y por como actuaba Minato con él tenía la sensación de que algo le era correspondido.
Si bien la promesa de Fugaku era ayudar a Minato todo tendrían que hacerlo de forma extra oficial por no decir que ilegal, seguramente se estaban cargando varias leyes y códigos de la etica policial, pero en esos momentos lo que estuviera escrito en papel no importaba mucho, algo era cierto y es que apartir de ahora que Minato no trabajaba con ni para la policía las cosas habían cambiado, sus técnicas cambiarían y sus palabras lo confirmaron.
—Apartir de ahora nadie me va a estorbar.
Y fue entonces que Fugaku pudo pensar en que la había cagado, pero ya no tenía opción.
Los dos hombres se la pasaron revisando los informes del último caso conocido por el que de vinculaba a Obito como participante en una serie de homicidios esperando soncavar nueva información, ambos compartieron sus teorías e ideas más locas con varias gaseosas de por medio y parecieron coincidir en que el comportamiento en este homicidio fue diferente ya que no hubo seducción como en los anteriores, sin embargo la víctima no era ningún santo reformado ya que seguía cometiendo delitos de consumo de pornografia infantil, los dos tuvieron una conclusión loca pero todo indicaba que algo se acercaba.
—Ya es tarde, debemos ir a casa, ya no te van a pagar mas una habitación de hotel así que te propongo te quedes en mi casa tengo una habitación para invitados. —Sugirio Fugaku mientras recogía sus cosas.
—Ya estas haciendo demasiado por mi. Pagaré una habitación.
—Te quedaras sin dinero a ese paso así que es una orden.
A regañadientes Minato termino aceptando. Ambos salieron al garaje de la estación y se subieron a el auto del Uchiha para llegar a su casa que para su disgusto estaba a una hora ya que los barrios residenciales se caracterizan por quedar lejos.
La casa de Fugaku era un hogar cualquiera de Florida ubicado en los típicos barrios del sueño americano, pero al ingresar Minato se dió cuenta de que no era ese estereotipo perfecto, el lugar se sentía solo y el desorden era notable, no era algo exagerado pero si delataba que era una persona que vivía sola y trabajaba mucho, seguramente lo hacía para evadir la soledad que lo perseguía en esa casa.
—Perdona, esta algo desordenado, voy a organizar un poco. —Dijo el Uchiha commenzando a recoger unas sabanas en el suelo.
—Deja eso ahí, pide un día libre el fin de semana y yo te ayudaré a organizar todo esto.
—No tienes porque.
—Si tengo, me estoy quedando en tu casa, eso me parece suficiente justificación.
—Me rindo, esta la ganas tu.
—Y esperemos que así siga.
Los dos estaban cansados pero en lugar de ir a dormir como toda persona normal ordenaron una pizza con la botella mas grande de gaseosa del supermercado, se sentaron en el sofá-cama y disfrutaron de varias películas de terror que eran las preferidas de Fugaku y de romance que eran las favoritas de Minato, por supuesto era muy gracioso como pasaban de gritar a sentirse enternecidos entre cada películas. En algún punto de la noche el sueño los venció y ambos se quedaron dormidos en el sofa.
Entre dormido el rubio se levantó y miro que el reloj marcaba las cuatro, sintió un enorme calor y se retiro la playera que llevaba puesta, volvió a acostarse para quedarse dormido junto a el Uchiha, su inconsciente lo llevo a abrazarlo en cucharita. Minato estaba muy cansado para detallar o reflexionar, solamente quería senti nuevamente el calor de alguien, ya llevaba meses durmiendo sólo y lo reconfortaba no tener que hacerlo esta noche y aunque odiara admitirlo la energía que Fugaku le transmitía durmiendo era incluso mas comoda que la de Obito, tal vez tendría que ver con que tienen el mismo apellido, claro eso era una buena excusa.

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Rastro de Sangre (ObiKaka)
أدب الهواةEn el estado de California un asesino en serie conocido como "Lucifer, el justiciero" ha estado limpiando las calles de ofensores sexuales en los últimos años es considerado un héroe nacional por la población estadounidense y alguien imposible de at...