Capítulo I - Decisiones

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Esta historia está relacionada a hechos que suelen pasar en la mayoría de los jóvenes. Desde que descubren el amor, su vida cambia. Se sienten motivados por alguien muy especial. El sentimiento y la persona donde recae este, se vuelven el motor de su existencia. Solo piensan en su gran amor y en cómo será su futuro junto a ella o él. En algunos casos, las calificaciones en el colegio o centro de estudio mejoran, en otros no. En una pequeña parte su autoestima aumenta y se sienten más seguros. Otros quizá mejoren en su conducta o sus virtudes. Esa es la parte positiva de todo.


Pero todo lo bueno tiene su lado malo. Y el amor no es la excepción. Lo malo del amor es que después de una etapa muy bonita, muy bella, en lo que todo brilla y es mejor, viene la tormenta del arrepentimiento y el terremoto del sufrimiento, la abundancia del dolor y los tsunamis de lágrimas, la tristeza y la agonía.


Una situación muy parecida la vivió Emiliano, un chico de 15 años, de sentimientos sinceros, apacible, y algo tímido. Quien recién a su corta edad ya experimentaba hechos dolorosos que marcaron su vida para siempre.


...


A mediados de noviembre, Emiliano se da cuenta que la chica que tiene a su lado no es la persona que él esperaba que fuese. Julieta, su primer amor, se comportaba de manera distinta. Ya no era la chica amable, dulce, y amorosa de antes. Su forma de vestir y de hablar reflejaba a una persona fría. A pesar de eso Emiliano no quiso dejar a Julieta, y continuó su romance pensando que ella cambiaría y sería la de antes.


El 27 de noviembre, Emiliano va caminado de la mano con Julieta. Al llegar a una esquina donde vendían globos con forma de corazón, el chico enamorado, con mucho amor y afecto, compra uno para su amada. Ella al recibirlo lo coge con la otra mano y, sin que él se de cuenta, lo revienta. Emiliano salta de un susto y se da cuenta de lo ocurrido.


- Julieta, ¿Qué pasó?, ¿Por qué está roto el globo que te regalé? - dijo Emiliano preocupado y asustado.

- No pasa nada Emil. Fue culpa de una chica que pasó con un llavero puntiagudo y reventó mi globo. - dijo Julieta, con una voz tosca y sin ánimo, tratando de disimular su mentira.

- ¿Quieres que te compre otro, mi amor? - preguntó.

- No, no te preocupes. Vamos a regresar al parque que está frente a mi casa. Quiero estar sola, en mi cuarto.

- De acuerdo. Vamos.


Durante el camino hacia el parque Emiliano trataba de besar a Julieta pero ella se negaba. Él la abrazaba y ella se movía para que Emiliano quitara su brazo.

El parque era del tamaño de dos cuadras de ancho y una de largo. En el centro del parque estaba la imagen de la virgen María, rodeada de cristales y llena de flores. Del centro salían ocho caminos, cuatro hacia cada esquina y otros cuatro hacia el centro de cada lado. Una vez en el parque, caminan hacia la virgen y se detienen. Julieta piensa terminar con Emiliano y dejar todo en el pasado, como un recuerdo que solo pasó una vez, como un sueño al que recuerdas con mucho agrado. Sin embargo, lo piensa detenidamente y decide no hacerlo, ya que a pesar de la situación actual de su romance, ella no quería hacerle daño. Le da un último beso a Emiliano, uno de despedida, como si ya nunca lo volviese a ver, y luego se limpia los labios con la mano. Se despiden y Julieta se va a su casa por el sendero del medio. Cuando ella se encuentra en la puerta de su casa, el chico, que ella deseo en un inicio, desde lo lejos le grita:


- Te amo mi vida. Te veré mañana en el colegio. Duerme temprano, ¿sí?


Ella entra y se va velozmente al baño a cepillarse los dientes para no sentir la sensación del último ósculo. Emiliano da media vuelta y se dirige a su hogar. En el camino, va recordando su día junto a Julieta.


- Hoy fue un día estupendo, yo sé que ella aún está interesada en mí. - dijo Emiliano para sí mismo - Lo único malo fue lo que ocurrió con el globo. Qué lástima que justo en ese momento aquella chica pase con su llavero. Pero ahora que recuerdo, no me pareció que tan puntiagudo. Al contrario, tenía una forma redonda. Entonces qué reventó el globo. No creo que haya sido Julieta. No importa, ya pasó.


Emiliano siguió caminando hasta llegar a la entrada de su barrio. Su casa se encontraba en un zona muy reconocida, céntrica y poco habitada. Solo algunos podían vivir en esa zona. Se paró ahí por unos minutos e intentó recordar cuando regresaban a la casa de Julieta.


- Un momento, ¿Por qué Julieta no quiso recibir mis besos y por qué se limpió cuando me besó antes de entrar a su casa? - cuestionó el momento - Quizá esté enferma y no me quiere contagiar. Me ama tanto que cuida mi salud. Pero, ¿Por qué intentaba quitar mi brazo? ¿Será que ya no me quiere? ¿Y por qué prefiere estar sola en su cuarto en vez que conmigo? Yo soy su enamorado. No lo comprendo. Al menos que ella se esté cansando de mí.


Por fin, Emiliano empezaba a relacionar todo. Los gestos luego de besarse, frases de doble sentido, los abrazos sin pasión y las indirectas que recibía, empezaban a tener más sentido para él. Y comprendió que tarde o temprano su relación iba a acabar. Así que decidió dar el siguiente paso.



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Uhhh ¿quién sabe lo que Emiliano está a punto de hacer? Tienen que decírmelo jejejeje ... no se pierdan el Capítulo II

Si el amor no dolieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora