Capítulo XVII - Un viaje placentero

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Hola mis lectores :3

No tengo mucho que decir... Sólo espero que disfruten de este nuevo capítulo.

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"Cielo, un bello nombre" pensé. No creí que de un momento a otro mis pensamientos negativos sobre estás vacaciones cambiaran al conocerla. Luego de presentarnos, Kurt se llevó a Cielo fuera de la tienda y estuvieron hablando en la puerta por unos instantes. Por mi lado, fui rápidamente a la caja a pagar por la bebida y salir a alcanzarlos para entablar una conversación mientras esperaba la llamada del bus. Cuando llegó mi turno en la fila, luego de esperar a tres personas, pagué con las monedas que traía y salí a pasa ligero en busca de la pareja. La puerta automática definitivamente era muy lenta o era yo quien traía mucha prisa nuevamente.

Salí del minimarket en busca de Cielo y Kurt, pero no los encontré. No supe si ellos también irían de viaje a las montañas o a los otros puntos de destino. Caminé con pocas ganas hasta llegar con mis padres, quienes ya mantenían una charla con los otros padres de la fila. Me acerqué a Snoop y lo acaricié por detrás de las orejas. Le agradaba mucho sentir afecto en esa zona, siempre sacaba la lengua y lamía mi mano cuando terminaba.

- Avancen, avancen – se escuchó desde el inicio de la cola. Un señor viejo y con barba apresuraba a los pasajeros.

Desde que me fui hasta que regresé, la cola solo había avanzado unos cuantos metros. Al parecer una familia había tenido problemas con sus boletos y no permitían que la cola avance. Al menos eso fue lo que pude escuchar de la charla entre mis padres y sus nuevos amigos.

- Emil, coge las maletas y avanza – pidió ayuda mi madre. Cogí lo que pude y caminé hasta llegar la parte trasera del bus. La cola se detuvo y bajé mis pertenencias al suelo áspero.

- ¿Qué ocurre mamá? – pregunté curioso.

- Eso averiguaré hijo – mi madre se liberó de las maletas y avanzó hacia el inicio de la cola para que le den una explicación.

Luego de unos minutos mi madre regresó con noticias. Nos dijo que el bus estaba lleno y nos pondrían en otro más grande y mejor equipado sin ningún costo adicional. Habría más espacio y quedarían asientos vacíos, es decir, haría lo que quisiese dentro del bus. Podría cambiarme de sitio cuando plazca y hablar en voz alta o cantar.

Esperamos unos minutos hasta que el otro bus se estacionara para poder subir. Nuevamente la cola se empezó a mover. Cogí las mismas maletas y llegué a la puerta. El mismo señor barbudo nos pidió nuestros boletos, los selló y nos dio paso a subir. Nos sentamos en los asientos del medio y guardamos algunas de nuestras pertenencias en la parte superior de estos. Mis padres se sentaron juntos y yo delante de ellos. El bus era de dos niveles y yo prefiero mil veces ir en la parte superior, así que me puse de rodillas en el asiento y fijé mi mirada en la de mi padre, quien ya estaba leyendo una de sus obras favoritas "El secreto", crucé los brazos y los apoyé en el respaldar por unos instantes.

- ¿Qué quieres Emil? – preguntó mi padre.

- Papá, ¿puedo ir al nivel d arriba?

- Nos quedaremos abajo los tres – impuso mi padre sin darme una oportunidad de suplicar.

- ¿Quieres ir arriba? – preguntó mi madre.

- Sí – contesté con carita de gato con botas. Mi madre miró a mi padre y sonrió.
- Claro que puedes hijo, solo no hagas travesuras – me dio una pequeña mochila con comida dentro. Había alistado unos sándwiches por la mañana.

- Gracias ma, te quiero mucho – cogí la mochila y me fui fugazmente antes que mi padre interviniera y me hiciera regresar.

- ¡Emil! – me llamó el mencionado cuando estaba por subir – no desperdicies la comida y no hagas travesuras.

- Claro que no papá – le respondí con una sonrisa y me dirigí a un espacio casi vacío.

Algunos pasajeros ya habían subido mientras tenía esa conversación. Al parecer sólo era una familia de cuatro integrantes: padre, madre, hijo e hija. Los últimos tenían un gran parecido, a mi parecer eran mellizos. Jamás había conocido a unos y este sería un buen momento para hacer nuevos amigos. Me dirigí hacia la parte trasera donde se encontraban ellos e intenté presentarme. Sin embargo, antes de llegar, sus padres los llamaron y cogieron todas sus cosas. Me pidieron permiso para pasar por el corredor y descendieron al otro nivel. Me sorprendí un poco por la repentina actitud, pero luego pensé que sería mejor, puesto que tendría el segundo piso para mí solo. Además, ya me presentaría en otra oportunidad, los vería en todo el verano, no había prisa en ello.

Me senté casi al final al lado derecho junto al corredor. No tenía mucho que hacer, así que agarré mi celular y me puse a jugar fruit ninja. No pasaron más de quince minutos cuando siento el motor del bus hacer vibrar todo. Alcé la mirada por instinto y vi la gran parte de los asientos ocupados por dos o tres familias. No me importó mucho y seguí jugando. De un momento a otro una sombra opaca la pantalla de mi celular. Giré mi cabeza para saber quién se había atrevido a hacer semejante acto.

- ¿Puedo sentarme junto a ti? – preguntó una rubia. No podía distinguir su rostro ya que una intensa luz fastidiaba mi vista – Kurt deja de molestar a Emiliano – exigió Cielo. Definitivamente era su voz – tu decidiste sentarte junto a tu hermana.

- Adelante – respondí sin prestar mucha atención al juego de Kurt y cediéndole mi lugar - yo me sentaré junto a la ventana.

- Emil, me gustaría sentarme junto a la ventana para poder ver el paisaje.

- Claro, pasa – me paré y pude oler el fresco perfume que traía encima. Una fragancia de frutas y madera. Se sentó y me invitó a hacer lo mismo – no pensé verte acá.

- Ni yo – respondió ella – estábamos sentados en nuestros asientos y nuestro guía nos dijo que había un problema con nuestro bus y nos tuvimos que bajar. Por suerte nos ofrecieron un viaje a las montañas sin ningún costo adicional. Mi padre aceptó de inmediato y nos subimos a este bus. Otros pasajeros no aceptaron la oferta y pidieron la devolución de su dinero. Ahora mis vacaciones están arruinadas y ya no podré hacer lo que tenía planeado – la tristeza la invadió.

- Pero mira el lado bueno de todo, no solo te fijes en lo malo – traté de levantarle los ánimos.

- ¿Ah sí? Para ti cuales, porque yo solo veo lo malo – volteó rápidamente hacia mí y puso sus manos en su cintura con la intención de retarme.

- Pues empecemos con la parte mala – hice una pausa tratando de buscar las palabras correctas – ya no irás a tu anterior destino. El cual no sé, pero ya no viene al caso.

- ¿Y la parte buena? – preguntó al notar el silencio que hice. La miré a los ojos por un par de segundos.

- La buena es que viajarás a mi lado y nos conoceremos más durante todas las vacaciones – le guiñé el ojo izquierdo y le dediqué una sonrisa pícara. Abrió los ojos y vi como su piel blanca se tornaba roja a la altura de sus mejillas. Se había ruborizado con mi comentario y definitivamente no sabía que decir ante él.

*Fin Flashback*

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Uuhhh ... ¿Debería de cambiar ese "uuhhh" en mis finales? ¿Qué dicen ustedes? La cuestión es que Emiliano es todo un pícaro y no pierde oportunidad, aunque puede que esa actitud cambie en el futuro. Uno nunca sabe. El viaje aún no empieza pero toda la acción no solo sucede durante, siempre hay un antes y un después. Espero que les haya gustado. No olviden votar, comentar y pasarle la voz a sus amigos :3 Compartan mi historia :D


Si el amor no dolieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora