Si el amor no doliera

Capítulo IV - Sin palabras

Hola mis lectores :3

Apuesto que ya están tratando de averiguar quién hizo la llamada. No lo sabremos hasta que leamos jejejeje... Aquí tanto Emiliano como ustedes se quedarán con ganas de más. jajaja

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Emiliano se quedó mudo. No podía hablar. Miró a su amigo y le entregó el móvil. Simplemente no se lo creía. Guillermo no sabía qué hacer, pero al ver lo pálido que estaba su amigo, contestó por él.

- ¿hola? - preguntó Guillermo. Nadie le contestaba. Entonces se armó de valor y prosiguió - lo siento, mi amigo se encuentra indispuesto. Por favor, llame más tarde - y colgó la llamada.

Guillermo no podía creer lo pálido que estaba Emiliano. Pidió ayuda a su mamá. Lo llevaron al cuarto de Guillermo, lo acostaron en la cama y le hicieron oler alcohol para que despertara de ese transe. Con todas las atenciones, Emiliano se puso mejor y ya se veía menos pálido y con más vida. Luego, la señora Georgina llamó a Rosa, la madre de Emiliano, para que lo recoja. Ambos padres, Rosa y Felipe, llegaron lo más rápido posible para recoger a su hijo y saber lo sucedido. Llevaron a su hijo a casa, lo acostaron en su cama para que se sienta mejor y recupere fuerzas y al los minutos se durmió. En el transcurso de la noche Emiliano no dejaba de moverse. Tenía pesadillas a cada momento y repetía una y otra vez unas palabras que para la madre de Emiliano, quien se encontraba a su lado, le parecía un nombre conocido.

A la mañana siguiente, para suerte de Emiliano la llamada solo fue un susto. Sin embargo, olvidó dos posesiones suyas: la carta dirigida a Julieta y su celular. Al despertar, se sentía confundido. No comprendía que hacía en su cuarto. De repente, los padres de Emiliano abrieron la puerta y se acercaron para conversar con él. Con la charla, Emiliano recordó todo pero no les contó sobre la llamada. Rosa y Felipe se retiraron, ya se sentían mejor con el relato que su hijo le había contado. Emiliano se alistó para ir al colegio, pues aún estaba a tiempo. Se puso su uniforme, una camisa blanca, un pantalón gris y sus zapatos negros brillantes. Fue a la cocina, cogió un par de frutas, las guardo y ya se estaba yendo a la puerta cuando su madre lo retiene.

- Emiliano, ¿ya tomaste tu desayuno? - preguntó con una mirada retadora a Emiliano.

- No mamá - respondió este con la mirada hacia abajo demostrando la derrota, puesto que él se quería ir lo más pronto posible a su colegio.

Luego de terminar su desayuno, recuerda que no se había deshecho de la carta, ya que no le servía de nada y no quería que nadie la lea. Buscó la carta y su móvil pero no los encontró y supuso que Guillermo los tendría. Caminó más rápido de lo habitual y llegó con quince minutos de adelanto. Entró a su salón y no encontró a nadie. A los minutos llega Sofía, la más puntual. Se saludan y ella empieza una conversación con Emiliano.

- Emiliano, amigo del aaaaaalma - dijo Sofía con una voz angelical - quería saber por qué faltaste ayer, me tenías muy preocupada.

- Falté porque mi papá llego de viaje - respondió Emiliano - pasamos el día los tres juntos: él, mi mamá y yo.

- Ah ya - dijo Sofía con una sonrisa - te ves algo agitado. ¿Qué pasó?

- Es que vine con prisa porque quería ver a Guillermo - contestó Emiliano - pero aún no llega.

- Ah, era por eso.

Una persona abre la puerta del salón y entra en seguida cerrando la puerta con fuerza. Era Guillermo. Se acerca a saludar y pone su mochila sobre la carpeta. Los dos tres amigos solo se miran sin decir una palabra, Guillermo saca el celular de Emiliano, se lo entrega y le dice:

- Ayer estuvo llamando toda la noche el mismo número pero no contesté. A lo mucho dormí cinco horas. Espero no dormirme en clase - dijo bostezando y algo molesto.

- Perdón Guille - dijo Emiliano - y gracias por traer mi celular.

- ¿Ya te sientes mejor? - preguntó Guillermo a Emiliano.

- Pues sí. Amanecí mucho mejor.

- ¿Quién te llamo ayer? Seguro fue alguien importante como para que te pongas así de mal - continuó Guillermo.

- Pues me llamó - intentó responder Emiliano pero Sofía lo interrumpió.

- Chicos, yo también existo, no he muerto.

- Lo sentimos Sofía, no fue nuestra intención - dijo Guillermo riendo.

- Está bien pero que no se repita - dijo Sofía con una gran sonrisa.

En ese instante el celular empezó a sonar. Los chicos gritaron de susto y luego rieron. Emiliano cogió el celular apretó el botón para contestar pero fue demasiado tarde, la llamada había terminado. Emiliano se decepcionó, sabía que era la misma persona de ayer y quería hablar con ella.

- ¿Qué paso Emil? ¿Quién te llamó? - preguntó Sofía.

- Pues me llamó una chica que conocí el año pasado en un viaje que hice con mi familia las vacaciones pasadas - respondió Emiliano - se llama.

- Ten cuidado Emiliano, guarda tu celular - advirtió Guillermo interrumpiendo a su amigo - e l auxiliar viene ¡Apúrate!

Emiliano se alteró y cayó al suelo. El aparato voló y aterrizó quedando oculto entre la pared y la puerta. El auxiliar entró al salón y dijo.

- Wau, solo están ustedes tres. Que impuntuales son sus compañeros - exclamó - escuché un ring ¿No habrá sido alguno de ustedes, verdad? Espero que no. Ya conocen las reglas. Bueno, me voy a supervisar las demás aulas. No hagan travesuras. Los estaré vigilando.

El profesor se fue. El trío de amigos rió a más no poder.

- Qué raro es ese profe. Siempre habla en monólogos - dijo Emiliano.

- Jajajaja. Sí, tienes razón - afirmó Guillermo riendo - siempre me da risa.

- Alejandro siempre ha sido así, desde que lo conozco no ha cambiado nada - intervino Sofía con una sonrisa.

Emiliano se levantó y recogió su celular. Lamentablemente estaba roto, ya no podía llamar a esa persona. El resto de alumnos fue llegando de a pocos. Unos conversaban y otros copiaban la tarea del día anterior. El aula ya estaba casi llena. Faltaba solo una persona: Julieta. Suena el timbre de inicio de clases y los alumnos ya están en sus carpetas.

- Emil, no me dijiste como se llama esa chica de la llamada - dijo Guillermo.

- Ah, cierto - recordó Emiliano. Dirigió su mirada a la puerta, abrió la boca y dijo muy lento: Es ella.

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¿Alguien sabe ver el futuro? Quiero saber quién es "ella" ¡¡Cómo se llama!! Tendremos que seguir leyendo... no se lo pierdan porque sabremos de quien se trata.