Capítulo XIX - Grupos

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Hola mis lectores :3

Lamento mucho este lapso de tiempo sin actualizar mi obra, he tenido la cabeza muy atareada y esta semana he estado en exámenes, pero ya se acabaron y al fin les entregaré este nuevo capítulo.

Regresamos a las vacaciones de Emiliano junto a Cielo y Kurt. Espero que sea de su agrado y no se olviden de compartir si es que les gustó.

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* Inicio Flashback *

- ¿Tienes hermanos? – fue lo que dijo luego de unos segundo tratando de cambiar el tema y olvidar mis palabras.

- Tengo solo uno, es mayor que yo y no lo veo hace más de seis años – traté de tranquilizarme, puesto que hablar de mi hermano no era muy ameno para mí. – Se llama Diego, se fue a Cuba a estudiar. Es muy inteligente y obtuvo una beca en una universidad de allá. Desde ese entonces no sé nada de él – mis ojos empezaban a vengarse por no descansar bien la noche anterior, no quería llorar y menos en frente de Cielo – lo extraño mucho – fue lo último que pude decir antes de romper mi equilibrio e ir corriendo al único baño del bus, que quedaba en la parte trasera del segundo piso.

- Emiliano, perdóname – escuché mientras me levantaba. – No era mi intención – llegué a oír antes de cerrar la puerta del pequeño espacio donde podría recobrar la paz y salir como si nada hubiera pasado.

Me cubrí el rostro frente al lavabo y empecé a soltar todas las lágrimas que había aguantado durante tanto tiempo. Las gotas saladas no dejaban de invadir mi rostro y los recuerdos no cesaban en mi mente.

- Tantos años alojados y escondidos en mi cabeza, no pensé que esa chica ocasionaría esto en mí. Mi hermano era lo que más quería en el mundo y el día que se fue no pude conciliar el sueño por no dejar en pesar en todas las cosas que me hubiera gustado hacer antes de que partiera a otro país – entre mis palabras y llanto pude oír que alguien tocaba la puerta repetidas veces.

- ¿Emiliano, estas bien? – la voz de Kurt traspasaba la puerta del baño. – Cielo me ha contado lo que ha sucedido y me ha mandado acá para saber si ya estas mejor y pedirte disculpas de su parte.

- Estoy bien, solo necesito estar solo unos minutos – fue lo único que se me ocurrió para excusar que no quería salir hasta llegar a las Montañas Unión.

- Entonces me sentaré con mi Cielo hasta que salgas – no estaba seguro pero creí escuchar "mi" seguido de "Cielo". Eso descuadró mis pensamientos por completo y recobré la calma en seguida. No iba a permitir escapar la oportunidad de tener a mi lado a una chica como Cielo.

- Kurt – dije su nombre para llamar su atención antes de que se alejara de la puerta. – Espera un momento, ya mismo salgo y hablo con los dos.

- Te espero junto a Cielo – escuché como la fuerza de sus pisadas se perdían a medida que se acercaba a ella. No estaban tan lejos de mí, así que pude escuchar que murmuraban entre ellos.

Me di prisa y sequé mis lágrimas con el poco papel que encontré entre las cuatro paredes. Abrí la puerta para dirigirme hacia la rubia y su acompañante, pero unas sombras, que se movían por los asientos traseros del lado izquierdo del bus, llamaron mi atención y quise ver de qué se trataba. Cuando estaba a punto de extender mi mano y tocar lo que parecía ser un cobertor del mismo color y material de los asientos, un roedor hizo que retrocediera y dé un brinco al mismo tiempo cayendo al piso. Ambos chicos me observaron y rieron por lo bajo, pero las risas se les fue del rostro cuando observaron al roedor caminar por el pasadizo en dirección a ellos. Cielo dio un grito que hizo que todos los pasajeros del nivel se alertaran. Los llantos de un niño de aparentemente nueve años pararon y una sonrisa se dibujó en él.

Si el amor no dolieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora