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📍 Barcelona, España

Abril 2022




El domingo ha llegado, con ello, el único día libre de Camila, así que por la mañana se puso a hacer algunos trabajos pendientes que tiene que entregar durante la semana, posteriormente se duchó y arregló, ya que quedó en salir con Mar y Valentina, y, por último, en la noche verían el partido del FC Barcelona juntas. Un domingo que parece ser amigable y divertido.

Camila sale de su departamento, camina por las calles en camino al parque donde quedó en verse con sus amigas. Al llegar, logra identificarlas rápidamente, así que se acerca a ellas y el primero en recibirla es el pequeño Adrián.

— Cami... — menciona con mucha dificultad el pequeño y aquello hace que Camila sonría.

— Ya pronuncia mejor los nombres, y más el tuyo. — ríen.

— Adrián, ven mi amor, di Valentina. — esta acción de Val causa la risa de sus amigas y es que por más que lo intenta el pequeño Adrián parece no querer decir su nombre. — Indignada.

— Dale tiempo, verás que cuando hable mejor dirá tu nombre todo el tiempo. — comenta Mar. — Y serás su tía preferida.

— Oye, ese es mi papel. — reclama Camila bromeando, por supuesto.

— No, el tuyo es ser su madrina, a mí déjame ser la tía que consiente mucho.

Mar fulmina con la mirada a Valentina y ella se da cuenta de que la ha regado, no tenía por qué decir eso.

— ¡Val! — Mar reclama.

— Hay, perdón, pero ya tenías que decirle, Mar.

— ¿Decirme qué? — cuestiona intrigada.

— Ahhh, bueno que, Ronald y yo queremos que tú seas la madrina de Adrián.

— ¿Qué?, estás bromeando, ¿no?

— No, hablo en serio. Mira, estuvimos pensándolo por semanas y te has convertido en una persona importante para nosotros, te queremos mucho Cami, y nada nos haría más feliz que tú seas la madrina de nuestro hijo.

— Dios, Mar... yo no sé qué decir...

— Dile que sí. — alienta Valentina. — ¿Verdad que quieres que Cami sea tu madrina, pequeño? — Y como si Adrián entendiera asiente con una sonrisa.

— Está bien, claro, que acepto ser la madrina de Adrián. — responde feliz. _ dios, jamás me imaginé ser madrina de alguien.

— Bueno, Adrián es tu primer ahijado, le diré a Ronald más tarde, estará feliz, de verdad, Cami, muchas gracias.

— Gracias a ustedes por darme esta gran responsabilidad, les prometo que no los defraudaré.

— Lo sabemos, siempre cumples tus promesas.

Camila no puede negar que siente felicidad, pues el cariño hacia el pequeño Adrián es inmenso, al igual que el de Mar y Ronald, que prácticamente fueron las dos personas que más la ayudaron y apoyaron en estos meses. Después de mucho tiempo vuelve a tener a amigos a los que, si les importa y eso, de algún modo, le causa felicidad.

Los cuatro pasan un rato amigable en el parque, después van a un restaurante cercano a comer, para terminar por la tarde en casa de Mar, sin lugar a dudas ha sido un increíble día para Camila, necesitaba algo así después de lo pesado que han sido las últimas semanas o mejor dicho, desde que volvió de Madrid.

Más tarde, las tres miran por el televisor el partido de FC Barcelona, tanto Ronald, Nico y Èric son titulares, razón suficiente para que las tres presten atención al encuentro. Como es costumbre, el pequeño Adrián señala a su padre cada vez que la cámara lo enfoca, eso causa ternura en Camila y Valentina, y gracia en Mar.

— Dios, quiero tener hijos. — suelta Valentina sorprendiendo a sus amigas. — Aún no, pero imagínate a Nico como papá, basta...

— Tranquiliza tus hormonas. — bromea Mar. — Los jóvenes de hoy en día.

Por supuesto, la atención de Camila recae en Èric, de hecho, en su cabeza ronda la idea que probablemente Ana viajó para presenciar ese partido en vivo, algo que le disgusta y mucho. Camila es consciente que lo mejor es olvidarse de ellos dos, pero es inevitable que sintiera celos hacia la persona que le había arrebatado a su mejor amigo.

Cerca del final del encuentro, el teléfono de Camila suena, ella lo mira y frunce el ceño al leer él "desconocido", decide ignorarlo, pero a los pocos segundos ese mismo número vuelve a llamarla, y así por otras cinco veces, hasta que se harta y decide contestar.

— ¿Hola? — pregunta. — ¿quién llama?

— ¡Camila! — ella identifica esa voz al instante.

— Ana, ¿qué es lo que quieres? — la interrumpe y bufa.

— Camila yo...no sé cómo decirte esto... yo viajé a Madrid por trabajo y hace poco volví a Barcelona...— se podía

— Ana, por favor, sé directa. — Camila se levanta del sofá llamando la atención de sus dos amigas. — ¿qué sucede?

— Es mi tía...

— ¿Qué...?

Al escuchar aquellas palabras de parte de Ana siente como su corazón se rompe por completo una vez más, al igual que un dolor en su pecho y las lágrimas caen, cada vez más, por sus mejillas.

— Camila... — Mar la llama, pero ella hace caso omiso.

Camila aleja el teléfono de su oreja y comienza a caminar hasta la salida de la casa, en realidad no sabe a dónde ir, solo quiere estar sola tras la noticia que Ana le dio hace unos instantes. Quería que esto fuera una pesadilla, que Ana la llamara y le dijera que esto es una broma, pero no es así, está es la realidad por más dura que sea.

Por supuesto, la culpa la invadía, mientras camina sin ser consciente de a dónde ir, su mente la traslada a la última vez que vio a su madre, aquella noche en el estacionamiento de su trabajo, ella la trató mal, no dejo que hablara ni para saber el motivo por el cual quería hablar con ella, la dejó sola y esto es la consecuencia de eso.

Camila cae al suelo y la mezcla de sentimientos que tiene la termina consumiendo, poco le importa el lugar donde se encuentra, para este punto ya no puede más y termina sacando todo el dolor que siente.


𝐂𝐎𝐍𝐒𝐄𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐀𝐌𝐎𝐑 || ÈRIC GARCÍA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora