epílogo

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📍 Madrid, España.

Julio 2022


Camila sigue a sus compañeros de trabajo por las instalaciones del club, sin embargo, el sonido de su teléfono hace que se detenga. Rápidamente, saca su teléfono del bolso y responde al leer el nombre de su vecina y quien cuida su departamento mientras ella no está. Ella sostiene una llamada telefónica por unos cuantos minutos hasta que cuelga, cuando lo hace se percata que sus compañeros ya no están, ni siquiera se dieron cuenta de que no iba con ellos.

¿Ahora que iba a hacer? Esta es la primera vez que Camila está allí, aunque su jefa le mencionó que llevan trabajando con el Real Madrid desde hace tiempo en su departamento de Publicidad, Relaciones Públicas y Redes Sociales.

— Lo que me faltaba. — gruñe, pues la junta que tendrían es importante.

Camila comienza a caminar rápidamente por diversos pasillos hasta que llega a la conclusión de que se encuentra más perdida que antes.

— Ash, esto no me puede estar pasando. — se vuelve a quejar. — Aidee me va a matar. — así se llama su jefa.

Camila se da la vuelta al escuchar algunas voces y se termina encontrando con dos chicos de su edad aproximadamente.

— Hola, disculpen, ¿saben dónde está la sala de juntas o el departamento de publicidad/marketing/comunicación? — se acerca a ambos chicos. — Por favor, me perdí y tengo una reunión de trabajo importante.

Camila se percata que uno de los chicos la mira con una leve sonrisa.

— Sí, es cruzando el campo de allá. Allí está el área de comunicación/publicidad. — interviene el otro chico. — Y disculpa a mi amigo, no sé qué le sucede. — aquel chico golpea el hombro de su amigo y este parece que vuelve a la realidad.

— Muchas gracias. — Camila sonríe.

— ¡Camila, aquí estás! — una de sus compañeras llega a su lado. — Vámonos, Aidee está como loca buscándote. La junta está por comenzar.

— Carla, si justo estaba pidiéndole ayuda a ellos. Muchas gracias en verdad. — Camila los observa una vez más antes de irse con su compañera de trabajo.

Por su parte, aquel chico que no dejaba de mirarla sigue haciéndolo, pero esta vez con una sonrisa mucho más amplia.

— Rodry, en verdad me estás preocupando. — Fede lo mira. — ¿Por qué no dejabas de verla?

— Es linda. — responde el brasileño. — ¿Crees que trabaja aquí?

— Lo dudo, estaba perdida, lo más seguro es que no. Así que no te hagas ilusiones de más.

𝐂𝐎𝐍𝐒𝐄𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐀𝐌𝐎𝐑 || ÈRIC GARCÍA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora