📍 Barcelona, España.
Tan solo han transcurrido dos semanas desde el fallecimiento de la madre de Camila, y como es de esperarse, sus amigos más cercanos han estado con ella haciéndole compañía y tratando que olvide un poco lo ocurrido, aunque eso parezca imposible.
Por supuesto que estos días han sido difíciles para ella, pero con la universidad y sus prácticas ha encontrado la forma de mantener su mente ocupada, sin embargo, hay un problema, hace una semana un abogado se puso en contacto con ella para revisar lo que Camila hará con la casa de su familia, y es que legalmente pasa a su nombre.
En estos momentos Camila mira las calles de Barcelona mientras, Ronald, su amigo, la lleva a la que es su casa.
— ¡Camila! — exclama haciendo que ella voltee a verlo.
— ¿Qué sucede?
— ¿Me estás escuchando? — pregunta mirando siempre la carretera.
— Mmmm no, perdón. — intenta disculparse. — ¿Qué me estabas diciendo?
— Camila, ¿está todo bien?
— La verdad es que no, si te soy sincera, no me interesa tener esa casa.
— Eso es entendible. — la apoya. — Tal vez puedas venderla. — sugiere el uruguayo.
— Créeme, he pensado en esa opción y es lo que haré. Ronald, esa casa me trae malos recuerdos, viví un infierno allí.
— Si es lo que quieres, yo te apoyo.
— Gracias por acompañarme.
— No iba a dejarte sola, cuando Mar me dijo que saldría de viaje supe que tenía que venir contigo. Aún todo es reciente, por ende, te resulta difícil.
— Todos los días me hago la misma pregunta, ¿qué hubiera sucedido si habría escuchado a mi madre?, no lo sé, tal vez ella estaría viva.
— Eso no lo sabremos, lo que queda es aceptar que tu madre se fue y por ella tienes que seguir adelante. En unos meses te gradúas de la universidad, toma eso como motivación.
— Estoy segura de que ellos habrían asistido a la ceremonia de graduación, mis padres, pese a su indiferencia, siempre le decían a la familia que su mayor orgullo era que su única hija terminara la universidad.
— Hazlo por ellos.
— Lo haré, gracias Ronald. — sonríe.
— Y nosotros iremos a tu graduación, no te dejaremos sola.
— La vida me dio a los mejores amigos, de verdad aprecio cada cosa que han hecho por mí.
— Somos una familia, Cami. La familia siempre está para apoyarse.
Camila siente el cariño, no únicamente de Ronald, sino del resto de sus amigos y siempre les estará agradecida por todo.
El resto del camino a la casa de su familia fue más armónico, al llegar bajó del automóvil del jugador del Barcelona y junto a él caminaron hasta la entrada. Justamente, fue Ronald quien abrió la puerta con la llave que el abogado le habría dado a Camila. En ese instante recuerdos invadieron la mente de Camila, la gran mayoría fueron momentos negativos, pero también positivos, antes de que la relación con sus padres se fuera deteriorando.
Camila recorre los pasillos de la casa hasta que se ve interrumpida por la presencia de Ana y una de sus tías.
— Camila, ¿qué estás haciendo aquí?
— Ana, hola.
— Camila. — su tía la observa con indiferencia.
— El abogado se puso en contacto conmigo para decirme que la casa ahora es mía.
— ¿Qué? — cuestiona.
— Camila... — Èric baja del segundo piso. — ¿Está todo bien?
— Hola, Èric. Sí, todo está bien. — El español besa la mejilla de su mejor amiga, algo que no le agrada para nada a Ana.
— Le dije a Ana que vine a ver la casa, el abogado se puso en contacto conmigo para decirme que ahora es mía.
— Oh, vaya.
— Sí...
— ¿Y qué?, ¿ahora vas a vivir aquí? — Roda los ojos.
— No, no me interesa tener esta casa.
— ¿Entonces?, ¿qué haces aquí? — Se acerca a ella, pero Ronald rápidamente se coloca al lado de Camila haciendo que Ana se ría. — Tranquilo, no le haré nada.
— Ana... — Èric la observa. — Camila no merece que la trates así.
— ¿Ah, no?, por su culpa mi tía murió, ¿quieres que te lo recuerde?
— ¿Qué? — interrumpe la tía de Camila.
— Sí. Por culpa de Camila, mi tía murió. Ella la rechazó cuando fue a buscarla y contarle que estaba enferma, no estuvo cuando más necesitó a su única hija. — Camila siente un dolor en su pecho al escuchar esas palabras.
— Ana. — nuevamente Èric la interrumpe. — Detente, por favor.
— No, ella es una aprovechada, siempre lo fue. Nunca se importó por sus propios padres.
— Por eso tu madre nunca te quiso. — sentencia la tía de Camila provocando que las lágrimas se acumulen en sus ojos.
— Con respeto, señora, pero usted no tiene por qué meterse. — interrumpe Ronald, algo enojado por la situación. — Los padres de Camila también fallaron como padres...
— El que no debería meterse eres tú. — sentencia Ana.
— ¡Cállate! — Camila exclama sorprendiendo a todos. — Cierra la maldita boca Ana.
— ¿Qué?, ¿Quién te crees por hablarme así?
— Solo cállate, a mis amigos no les hablarás así, ¿entendiste? Únicamente vine para decir que venderé esta casa.
— ¿Estás loca? — la tía de Camila se mete a la conversación. — ¿Después de todo el daño que le causaste a tus padres, venderás la casa que construyeron todos estos años?
— ¿El daño que les cause? Por favor tía, por primera vez deja de ser una hipócrita, todos sabemos que mi madre no te agradaba. Y aunque no lo creas mis padres y todos ustedes me hicieron mucho más daño, ¿acaso ya olvidaste lo que me decías cuando tenía 16 años? — ella no responde nada. — eso pensé. Ana, en una semana te quiero fuera de mi casa, estás advertida.
Camila sale de la casa, por supuesto que Ronald va tras ella, suben al automóvil y permanecen unos minutos en silencio. Camila no podía negar que aquellas palabras de Ana la lastimaron, pues ella también siente que de algún modo les falló a sus padres.
— Cami...
— No, Ronald. Estoy bien.
— Está bien. — responde decidiendo no insistir en el tema. — ¿Te llevo a casa?
— Sí, lo mejor es que vaya a descansar. — Trata de sonreír, pero no le sale.
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𝐂𝐎𝐍𝐒𝐄𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐀𝐌𝐎𝐑 || ÈRIC GARCÍA ||
Fanfic𝗰𝗼𝗻𝘀𝗲𝗷𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗮𝗺𝗼𝗿 | Pude haber sido yo la que a tu lado siempre se despierte, pero el futuro nunca nos llegó. Y no hay peor desgracia que extrañar lo que nunca pasó. NO SE ACEPTAN COPIAS Y ADAPTACIONES ESCRITORA { KIERANTIERNEY_ } PORT...