Capítulo 3. Cuentos antiguos.

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Capítulo3. Cuentos antiguos.

Narra Kili:

Ilmarë es muy bonita; desde el cabello hasta los ojos, se podría decir que es... ¿Perfecta? ¿Por qué rayos pienso eso?

Íbamos cabalgando por toda la mañana y tarde hasta el anochecer. Charlando de nuestras vidas, anécdotas y travesuras (por parte de los más jóvenes).

Nos detuvimos en una cueva (donde nadie nos podía ver o atacar, lo cual era una buena estrategia ya que no queríamos ningún ataque por la noche) a descansar por el resto de la noche.

Óin y Gloin hicieron una fogata, para poder hacer algo de cenar y mantenernos calientes la mayor parte del tiempo, y los únicos que dormían era mi tío Thorin, Dwalin, Bofur, Bombur, Dori, Ori, Nori, Bilbo y Bifur.

Fili y yo estábamos haciendo la primera guardia, Gandalf estaba fumando con su pipa, Óin y Gloin estaban afilando sus hachas, Balin estaba del lado izquierdo (yo supongo que pensando) junto a la fogata e Ilmarë estaba sentada en forma india viendo cada flecha, no sé porque. Y sin poder evitarlo la curiosidad me invadió, queriendo saber el por qué hacía eso.

— ¿Por qué haces eso? —le pregunté, muy curioso.
—Me gusta que mis flechas estén en buena condición— me contestó como si fuera lo más obvio del mundo.
—Okay, tranquila mujer— dije alzando mis manos y sonriendo, y ahí se vio terminada nuestra conversación ya que ella siguió en su trabajo de revisar flechas y yo dirigí mi vista a la fogata, pensando.

En eso se escuchó un grito, muy pero muy agudo, y Bilbo se despertó muy asustado y preocupado. Palideció, pues en la Comarca no deben de estar acostumbrados a oír ruidos así, y menos frecuentar con los pertenecientes de esos gritos.
— ¿Qué fue eso? —preguntó muy asustado. Fili y yo nos volteamos a ver y entendimos qué era lo que teníamos que hacer.
—Orcos— contesté indiferente, como si el ataque de los orcos se tuvieran que tomar a la ligera.
— ¿Orcos? —volvió a preguntar pero esta vez mi tío se sobresaltó por la mención.
—Cortadores de gargantas, habrá docenas de ellos allá afuera— empiezo mi hermano, todo lo serio posible.
—Atacan en la madrugada, no hay ruido solo mucha sangre—seguí yo, igual de serio que él.

El pobre Bilbo había puesto una cara de preocupación que debería ser retratada en aquel preciso momento, aparte el pobre se puso pálido (más de lo que ya estaba, si es que se podía), volteé a ver a Fili dándole a entender de que nuestro plan había funcionado y soltamos unas risitas.

Narra Ilmarë:
Kili y Fili le habían gastado una broma de muy mal gusto a Bilbo sobre los orcos, ya que el pobre no estaba acostumbrado y esas cosas, por lo tanto (en mi opinión), como es nuevo en esto de las aventuras se creé la mayoría de las cosas que le cuentan, incluyendo las que son muy tontas e ilógicas.

Thorin, al oír que sus sobrinos se rieron al ver que funcionó la broma y de que se tomaban a la ligera los orcos, los regañó. Y no lo culpo, después de lo que ha sufrido.

— ¿Creen que los orcos son broma? — preguntó seriamente Thorin, obviamente enojado.
—No quería decir eso— dijo Kili muy avergonzado.
—Claro que no, ustedes no sabe nada del mundo—dijo muy serio, se paró y se asomó al precipicio. En su semblante pude descifrar que estaba nostálgico.
—Descuida muchacho, Thorin tiene mayor razón para odiar a los orcos—empezó Balin— Después de que el dragón tomara Érebor, el rey Thror quiso recuperar el antiguo reino de Moria, pero el enemigo había llegado primero.

"Azog el profanador, el gran orco pálido había jurado eliminar al linaje de Durin y comenzó por... decapitar al rey; Thror, el abuelo de Thorin había muerto y el padre de Thorin, Thráin, había desparecido, preso o muerto, no lo sabemos pero antes de su desaparición había sido salvado por una muchacha cuyo nombre era Merabrylla, al igual que una muchacha salvó a Thorin de ser atacado por la espalda de una orco.

"Ya no quedaba esperanza para nosotros, estábamos sin líder. Entonces ahí lo vi, un joven príncipe enano enfrentando se contra el pálido orco ocupando como escudo un simple pedazo de roble y Thorin le cortó la mano izquierda. Ese día Azog el profanador aprendió que no sería tan fácil eliminar al linaje de Durin. La batalla había sido ganada pero no hubo festín ni canciones esa noche pues nuestros muertos eran más de lo que podíamos contar, ahí fue cuando lo vi, alguien al que yo pudiera llamarlo mi rey.

En eso toda la compañía se levantó viendo a su líder con ese semblante severo e inexpresable.

— ¿Y el orco pálido, que le pasó? —preguntó el hobbit siempre tan curioso.
—Esa criatura regresó al agujero de donde salió y murió por sus heridas con el tiempo—contestó Thorin diciendo con desprecio cada palabra que pronunciaba.
— ¿Y cómo se llamaba la otra muchacha y que le pasó? —preguntó otra vez el hobbit. La cara de Thorin se había ¿iluminado? al escuchar esa pregunta.
—Su nombre era Rill Zirak y desapareció por segunda vez— respondió con decepción.

— ¿Por segunda vez? ¿A qué te refieres Thorin?— preguntó otra vez Bilbo, ¿por qué siempre él y no alguien más?
— ¿Qué le pasó a ella Thorin? —preguntó Balin... ¡¡¡ENHORABUENA!!! Alguien más que se digna a preguntar y convertirse por un mínimo momento el curioso de la compañía.
—Ella fue la muchacha que me salvó cuando el dragón tomó la montaña, le iba hacer otras preguntas pero había desaparecido. Y si no fuera por ella, tal vez esta compañía no existiría.

Después de ese momento Gandalf, Balin y yo compartimos una mirada y me estremecí a la mención de Azog.

Sentía el pesar de los enanos que habían presenciado el momento en el que el dragón se apoderó y de los que presenciaron la batalla en la entrada de las Minas de Moria. Se podía sentir ese pesar en el ambiente donde estábamos acampando.

Luego de toda esta charla, acomodé las flechas en el carcaj, me acomodé y caía rendida ante el sueño que tenía, observando las hermosas estrellas que se encontraban más brillantes que nunca en el cielo.


La Estrella a La Derecha (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora