CAPITULO 102

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Cuando la perturbación causada por el corte de energía disminuyó en el salón de banquetes, la actuación de la orquesta que se había detenido se reanudó de inmediato.

Era un vals lento.

Al ver a Rose con una expresión de anhelo en su corazón, Deon palmeó un zapato y habló con indiferencia.

“Lo siento. Me lastimé el tobillo”

Le vino a la mente Cassia, que se había lastimado debido al baile, y su tono era aún más indiferente.

‘¿Te lastimaste el tobillo? No se ve así en absoluto’

El rostro de Rose estaba lleno de dudas, pero no creía que Deon le mentiría, por lo que no se derrumbó en el corto plazo.

Es fácil. Por eso Rebecca Armand se está aprovechando de ello.

Deon se tragó su disgusta, acercó su nariz a la nuca de Rose y murmuró en voz baja.

“Huele bien. ¿Qué perfume es?”

Rose jadeó por aire y alineó las respuestas con su lengua rígida.

“Vaya, me lo dieron de regalo…………. La Conde Armand dice que es un perfume que complacerá a Su Majestad, Su Majestad…………”

“¿A mí?”

Rodó los ojos hacia un lado y sonrió. Le gustaba. En cierto modo, no estaba mal. 

“Sí Sí”

Deon, que tenía la espalda erguida, miró a Rose. También. Era el perfume que le dio Rebecca Armand.

¿Cómo te atreves a usar algo así? En lugar de sentirse lamentable, se sentía patético.

En ese momento, un hermoso adorno en forma de rosa se destacó sobre la cabeza de Rose, quien bajó la cabeza como si estuviera avergonzada por su mirada.

‘Creo que esto le iría mejor a Cassia. En serio, ¿Dónde están los accesorios que no le quedan bien?’

Además de Madame Rita, ya había preparado un regalo ligero para ella, pero sentía la necesidad de darle otros regalos también.

Deon, que estaba pensando en una lista de esto y aquello, a primera vista decidió no dar tanto perfume como regalo. Porque le gustaba su aroma corporal natural.

Tanto que quiero enterrar su nariz en ese cuello delgado toda la noche……………

“Tks.”

Cuando Deon de repente chasqueó la lengua, Rose tembló, preguntándose qué había hecho mal. Su rostro entrecerrado, afortunadamente, era suave.

Fue cuando Rose estaba a punto de recargarse en él, alguien apareció.

“Ah…………”

“Su Majestad, ¿Está usted aquí?”

Era el mensaje de Hughes Glodis, el ayudante de Deon. Después del misterioso apagón, estaba preocupado y parecía haber venido a buscar al propio Emperador.

Deon respondió brevemente, fingiendo no darse cuenta del deseo de Rose de dejar ir a Hughes.

“Sí”

“Perdóneme”

Hughes, quien abrió ligeramente la puerta de la terraza, abrió mucho los ojos, para poder ver el exterior desde el interior, rápidamente salió corriendo y cerró la puerta.

¿Qué combinación goleadora es esta?

Hughes miraba alternativamente a Rose, que lo miraba como si fuera un obstáculo, y a Deon, que vestía toscamente una máscara externa.

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