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CAPITULO 159

Vestida con una transformación similar a un vestido del traje tradicional de Porún, la Princesa se acercó al Emperador con un gesto juguetón.

Luego, por un momento, el Emperador sonrió y tomó su mano.

El aire se dividió cuando las dos personas, que parecían muy cercanas, fueron juntas al centro del salón.

Si bien hubo quienes admiraron a la pareja como una buena pareja, hubo quienes se sintieron insatisfechos o celosos.

Como esa pobremente temblorosa Rose Shelley de allí.

Rebecca tomó un sorbo de su copa con ojos fríos.

‘Un poco más…….?’

Sería divertido si la situación se volviera dramática.

En ese sentido, la aparición de la Princesa fue algo bueno.

Tanto si eres ignorante como si quieres presumir ante Reyes y nobles, baila con un Emperador que no está en buena forma.

El Emperador, que estaba estrechándole las manos, de alguna manera sintió que estaba a punto de caer si se quedaba quieto.

No lo sabe, pero era el momento en el que esperaba que sería bastante difícil sufrir por parte de la Princesa.

“¡Oh, Su Majestad!”

Qué grito salió.

Fue en el centro del salón donde el Emperador y la Princesa iban a bailar.

Rebecca, que había estado mirando el cristal por un momento, fijó su mirada más tarde.

El Emperador se apoyó contra la Princesa como si se hubiera derrumbado.

Su máscara se desprendió y tiró al suelo.

Deon, que estaba pálido y lleno de sudor frío.

Incluso de un vistazo, el rostro del joven Emperador, que parece estar cerca de la muerte, atrapa el aliento de los nobles nobles.

En ese momento, un hombre que parecía ser Hughes Glodis salió y huyó a una terraza cercana con el Emperador y la Princesa para cuidar el entorno.

Mientras Rebecca miraba la serie de escenas, tuvo que hacer todo lo posible para no gritar.

Si hay un dios en el mundo y está haciendo obras de teatro como la ópera, este momento sería obra suya.

Sintiendo la emoción de la perfección, Rebecca fue a ver a Rose, que estaba paseando por la terraza.

“Ay, Rose”

“¡Conde Armand!”

“Oh Dios mío. ¿Qué es todo esto?”

“¡Todo es por la Princesa! ¡Porque sigue molestando a las personas que aún son magos.....…!”

Rose, con lágrimas en los ojos, corrió salvajemente por el camino.

Rebecca le dio unas palmaditas en el hombro y dijo con dulzura.

“Shh. Entiendo tu corazón, pero ten cuidado con lo que dices. Estás hablando de la Princesa”

Y también fue acariciada suavemente.

Al contrario de su voz, su mano parecía ser alentadora.

‘Más, haz más. reclama tu lugar’

Entonces, como si estuviera llorando, Rose gritó.

“¡Que importa! ¡Después de todo, la Emperatriz seré yo, no esa mujer!”