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CAPITULO 108

Cuando Hughes, sobresaltado, estaba a punto de saltar, Deon, que ya había ido demasiado lejos, abrió la puerta de Cassia.

En la habitación donde estalló la conmoción, las dos chicas tenían caras opuestas.

“¡Quimera, eso es una quimera total!”

Edith sonrió.

“¡No te rías! ¡No es una quimera!”

Cassia escondió algo detrás de su espalda y lo sacudió suavemente.

¿Cuál es la situación? Deon y Hughes, que corrieron un paso detrás de la puerta, intercambiaron miradas.

A pesar de su apariencia, las dos chicas juntaron sus cabezas y coquetearon entre sí.

“No, ¿Y si pongo el cuerpo de un perro sobre la cabeza de un caballo diciendo que voy a hacer un Futa?”

“Es la primera vez que lo hago, así que es difícil.......”

Como excusa, Cassia sacó el objeto escondido detrás de su espalda. Los ojos en forma de media luna de Edith estaban llenos de interés.

“Pero es realmente interesante. ¿Cómo se hacen cosas como estas con lana y agujas?”

Emocionada, Edith recibió un extraño bulto de piel con la cabeza de un caballo rojo y el cuerpo de un perro de Cassia.

Estaba hecho de fibras de lana del Ducado de Jesta, que se decía que no tenían tejido sin el fieltro de lana artesanal, y pinchado aquí y allá con una aguja.

La razón por la que a Cassia se le ocurrieron las artesanías de fieltro de lana fue por la casa de juguetes que encargó en el taller de carpintería de Julie.

En vidas anteriores, un animal de peluche llamado Flocking doll, con un pelaje fino adherido a un costado para darle una sensación viva, a menudo era el dueño de una casa de juguete de este tipo.

Que lindo y tierno. La imagen de una familia de animales viviendo en una armoniosa casa de dos pisos............ Parecía envidioso de muchas maneras.

Sería difícil tener un Flocking doll aquí, pero pensó que sería posible hacer una muñeca con una sensación similar. Justo en la artesanía de fieltro de lana.

Por cierto, a Edith le gustan los caballos, así que quería practicar y hacerlo bonito.

‘Honestamente, parece una quimera......’

Cassia tenía los ojos nublados. Edith incluso se lo explicó y trabajó duro para hacerlo, pero ese no era el Futa en sus recuerdos.

Una quimera desconocida, mezcla de caballo y perro.

“Hmm, mirándolo bien, parece lindo, ¿No?”

Cassia suspiró ante las palabras vertiginosas de Edith y volvió a estirar la mano.

“Dame. Lo haré de nuevo”

“Es realmente bueno...... ¿No es atractivo?”

¿A quién le pregunta? Cassia, que miró a Edith señalando la muñeca Quimera, se sorprendió al encontrar a Deon y Hughes en ese momento.

Edith, que lo supo antes, pero los ignoró, se levantó de su asiento después de poner a Futa, en sus brazos.

“Parece que es hora de ir a buscar algo de comida. Entonces, hermana, nos vemos de nuevo en unos días”

“¿Eh? A dónde vas...... Ah, no. Es tan diferente. ¿Por qué lo arruiné.......”

“No. Lo hiciste para mí de todos modos”