CAPITULO 130

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Cubriendo su desconcierto, Cassia se acercó a las barras de hierro. Los ojos de los niños extraños se abrieron cuando su rostro se reveló bajo la linterna.

‘Estoy sorprendida, así que pareces un poco mayor que yo’

Sin embargo, a diferencia de la reacción habitual de confundir a Cassia con un ángel, esta vez los niños tuvieron una visión diferente.

“Eso es suficiente para hacer un trato entre otros países. No puedo morir bien”

“¡Entonces no puedes morir bien! ¡Cuántos pervertidos locos hay en el mundo!”

“Incluso si muero, no podré cerrar mis ojos apropiadamente….....”

“¡Oye, sí! ¡No hay nada que estos pequeños no puedan hacer!”

Joseph, que no podía oír, se adelantó y regañó a los niños. Luego, las miradas doradas pasaron de Cassia a Joseph.

“Eres el anciano que lloró durante días”

O mi.....

“¡Cierto, cierto! ¡Esa voz!”

“Si. Era muy ruidoso…….”

“Parece que escapó aprovechando la jaula de hierro abierta”

“¡Por supuesto que debe haber sido arrestado nuevamente!”

“¿Cómo podría escapar con ese cuerpo de aspecto aburrido………….”

Después de ser golpeado con palabras, Joseph se agarró la barbilla y juntó las manos.

¿Que pasa con esto? Desconcertada, Cassia recortó su voz y habló con cuidado a los niños.

“Mu, Muchachos. Estamos aquí para salvarlos”

“¿Vinieron al rescate? ¿Por qué?”

“Por supuesto, eso es porqué………”

Casia se quedó sin palabras. Los niños estaban inclinando la cabeza, realmente no entendían.

¿Será que los niños han estado cautivos en un lugar como este durante mucho tiempo? Así que la forma de pensar es diferente a la de los niños comunes….......

Sintiendo lástima por la
plausible hipótesis, Cassia miró el paquete de llaves y el agujero en la jaula de hierro.

“Salgamos de aquí rápidamente”

“¿Dónde?”

Preguntó el chico de las gafas. La voz era demasiado indiferente para hacer una pregunta. Parecía que estaba siendo sarcástico con las palabras de Cassia: “En algún lugar, fuera…………”

“No puedo salir”

“¿Oh?”

“No puedo salir ahora. No lo haré”

¿De qué están hablando? ¿De verdad no quieren salir?

Para Cassia, que estaba dudando incluso después de encontrar la llave que coincidía con las barras de hierro, la chica con los labios fruncidos como un gato habló con una cara curiosa.

“Oye, pero ¿Quién eres? ¿No eres el oficial de policía?”

“………… ¿Alguien acaba de pasar?”

Cuando Cassia inclinó la cabeza para responder, los niños la miraron como si fueran adultos.

“Entonces solo pasa”

“¡No te molestes!”

“El plan solo se vuelve más complicado………….”

Y los niños giraron la cabeza como si ya no estuvieran interesados en Cassia y los demás.

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