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CAPITULO 134

Eso no es de lo que estaba hablando. Quería hablar, pero su boca no se abría. Piedras y tierra flotaron alrededor del chico que apareció con una voz patética como si estuviera en contra de la gravedad.

Esto es magia. No es gran cosa. Cassia, que tenía una sonrisa decepcionada, se dejó caer, dando su fuerza al límite.

‘No es la persona que quería ver en mi corazón, pero qué demonios?’

Por ahora, se sentía aliviada por la cara de ese maldito dragón.

“¡Oye, defectuosa!”

‘Y cuando me despierte, debo golpear esa boca’

Con una firme resolución, Cassia cayó. Todo su cuerpo palpitaba después de haber sido golpeada por una piedra grande, y ni siquiera sintió dolor en su mano izquierda destrozada.

‘¿Qué pasa si estoy gravemente herida? ¿Qué pasa si no puedo hacer muñecas?’

Tenía miedo, pero al mismo tiempo pensó que estaba bien.

Porque los tres pequeños niño eran más significativos que cualquier otra cosa.

L, N y R miraron a Rai, que se acercaba, con una mirada confusa mientras abrazaban a Cassia, que había caído hacia arriba, en un abrazo helado.

Podía reconocerse a simple vista.

“……Es verdad”

Los niños, que habían estado enterrados bajo tierra durante toda su vida, captaron la luz de varios colores en sus ojos hoy.

♦♦♦

“Así que este soy yo, ese eres tú. Y nuestros hijos”

Jin se rió mientras señalaba con el dedo a la muñeca en el armario.

Sentada junto a él, Grace, que estaba más formal que de costumbre, miró la decoración y la admiró una y otra vez.

“Realmente lo hizo exactamente como el retrato que le mostré”

“¿Qué dijiste? Porque es buena con sus manos”

Los Troy miraron el gabinete decorativo y las muñecas que se iluminaron tocando el marco dorado y mirándolos en silencio durante un rato.

Fue Grace quien rompió el silencio y habló primero.

“¿Qué pasa con los niños?”

“¿Qué quieres decir?”

“Para informar ¿Te lo digo despacio para que no te sorprendas, o incluso si escribes una carta...…?”

Sin hablar con calma, Grace cerró la boca. Jean se dió cuenta del significado detrás de sus palabras.

Entonces Jin casualmente agarró la pesca directamente.

“No sé cómo será con una espada, pero no tengo la confianza para sostener un bolígrafo con mi mano derecha”

“Tu letra estaba desordenada incluso con tu mano izquierda”

Jin se rió de la conmovedora respuesta de su esposa y dijo: “Eres demasiado”.  Luego miró al aire debajo de su brazo izquierdo desconocido.

“¿Se sorprenderán?”

“Les gustaría”

“¿Los has llamando?”