𝐄𝐍 𝐂𝐔𝐑𝐒𝐎 | Midoriya Izuku, se calificaba como uno de los seres más desafortunados según los estándares de la sociedad.
Su familia no era demasiado grande ni de un estatus poderoso, siempre vino de un hogar pequeño, una madre soltera beta.
Nun...
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Se separa de Izuku, causando que el Omega suelte un gemido de angustia. Sisea cunado el aire frío vuelve a chocar contra su pene y camina rápidamente hasta donde habían dejado los condones.
Regresa rápidamente al Omega, quien se retuerce en busca de su tacto. Se vuelve a posicionar frente a él y la piernas de Izuku no tardan en envolver sus caderas.
—Me voy a colocar el condon, mi amor—alzó la bolsita brillante—. Solo se paciente.
No sabe con que cara dijo eso, porque al abrir el condon se le nota toda su impaciencia por entrar en Izuku. Coloca el condon en su miembro, la sensación es extraña pero sin llegar a ser incomoda.
Posa sus manos en los muslos internos de Izuku tratando de acomodarse. Se detiene cuando la punta de su miembro choca contra el ano de Izuku, dandose cuenta de lo que estaba por hacer.
Estaba apuntó de tener sexo con Izuku, su primera vez con su Omega.
¿Era demasiado tarde para ponerse nervioso?
El calor inunda sus mejillas; levanta su cabeza para mirar a Izuku, esperando encontrar su rostro igual de sonrojado y sudoroso, pero se encuentra con otra cosa igual estimulante.
Tetsu e Izuku se besaban con fulgor justo frente de él. Sus labios se despegaban y volvían a unirse, podía ver sus lenguas jugar y pelear y escuchar los jadeos ahogados de Izuku.
Oh mierda.
No se lo pensó dos veces antes de introducir su miembro dentro de Izuku con más brusquedad de la que hubiera querido. El calor lo ataca a través del plástico del condon, se detiene a tomar un suspiro, escuchando el gemido de alivio de Izuku siendo ahogado por los labios de Tetsu.
Izuku se separa de Tetsu para fijar toda su atención en él. Se va recostando sobre Izuku apoyándose en sus codos mientras entra otra vez con más calma. Cuando siente la punta de su glande chocar contra algo baja para darle un beso en la frente sudorosa de Izuku e iniciar un vaivén.
Alza sus caderas haciendo que su pene se retire casi por completo dejando solo la punta y vuelve a bajarlas, sintiendo como el interior de Izuku se expande recibiendolo con gusto. La cabeza vuelve a chocar contra algo y una exquisita sensación recorre todo su miembro.
Repite este proceso una y otra vez, creando un vaivén lento pero excitante con los gemidos de Izuku en su oído y sonido del choque de sus pieles de fondo.
Las manos de Izuku agarran su cabeza al tiempo que contrae su vientre y soltaba un sonoro gemido.
"Creo que lo encontré" piensa. Refuerza el apoyo en sus codos y alza las caderas y vuelve a entrar en Izuku, esta vez con un poco más de firmeza.
