Capítulo 3: Suciedad

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Ninguno movió los ojos, nos miramos mientras la toalla caía muy grácil al suelo, incómodos, inquietos, las mejillas de Izaya se tornaron de un rojo carmesí, se notaba como apretaba su mandíbula, su vergüenza de mezclaba con furia y yo solo pude reaccionar con una carcajada.

Sin embargo su personalidad podrida le impedía humillarse y marcharse derrotado, le tomó un tiempo recuperarse, pero al final lo logró. Relajó sus manos, puso su sonrisa descarada,me miró lleno de odio y burla y sin dar mucha espera escupió sus sucias palabras.

-¿Qué pasa, Shizu-chan? ¿Acaso no tienes uno igual? ¿Te lo cortaron? ¿O es que te gusta el mio? - Se burló.

La risa se me fue de inmediato.

- Callate maldito bastardo, agradece que no me puedo levantar de aquí. -Le grité furioso.

-Enserio que me sorprendes Shizu-chan, tu y tu maldito cuerpo parecen indestructibles. Por un momento pensé que tendría que darte la ventaja que prometí antes. No me asustes Shizu-chan.

Tenía unas ganas irresistibles de matarlo, más ahora que tenía la oportunidad pero por su culpa no podía. Me imagine todas las muertes posibles que podía provocarle, todas las cosas que podría hacerle a aquel asqueroso cuerpo, estaba disfrutando mis pensamientos hasta que estos se vieron interrumpidos por una necesidad de mi propio cuerpo.

-Izaya... -Me molestaba pedirle esto, pero no tenia de otra-... Tengo que ir al baño, necesito orinar.

Izaya estaba agachandose para levantar su toalla cuando escuchó mi petición. Se notaba en su cara que estaba sorprendido, pues se detuvo a medio camino con la mano estirada hacia el suelo y la cabeza ligeramente levantada e inclinada hacia la derecha para poder verme.

-No me digas que no pensaste en eso, pulga estúpida. -Me reí de su ligero descuido a pesar de que no me favorecía.

Enmudeció por un momento casi imperceptible. Agarró su toalla, se irguió y la amarró de nuevo en torno a su cadera, seguido se apoyó con sus manos contra el frío metal del balcón interno del apartamento. En su cara se dibujó aquella sonrisa macabra que tanto conocía. ¡Cabrón!

-Y que quieres? Que te lo sostenga? - Dijo disfrutando de la situación.

-No puedo caminar, idiota. - Ya no tenía nada alrededor para lanzarle, además de que no tenía la fuerza necesaria y suficiente para hacerlo.

-No es mi problema Shizu-chan - río divertido.

-Qué pretendes que haga? - Pregunté

-Que te arrastres hasta el baño cual babosa que eres. - Su sonrisa parecía la de cheshire, se notaba que disfrutaba humillarme, Cabrón, lo iba a pagar caro.

Esta vez fui yo quien río.

Voltee a ver su cara que volvía a la normalidad, su risa se fue apagando conforme la mía aumentaba, tenía un ataque de locura, de esos que sacan la risa guardada por años, de esa que se mezcla con pánico y ansiedad, de esa loca.

Cuando me calme un poco y pude volver a parpadear logré decirle:

-Perfecto. - Le dedique mi mejor sonrisa maníaca y perturbadora, mis ojos volvieron a abrirse tanto como pudieron y lo miraron satisfecho. - disculpa lo que dije, no me había percatado que estaba en un baño.

Mis manos se movieron inquietas en el sofá, sabían cual era su tarea y tenían afán de realizarla. Mi vejiga gritaba, ya no iba a aguantar más, necesitaba ser vaciada y qué mejor lugar para hacerlo que ese. La casa de esa despreciable pulga.

-Izaya-kun, espero que esos papeles no sean importantes.

Mis manos se movieron hacia mi cadera hasta quedar situadas sobre mí pene, con afán bajaron el boxer y sacaron a aquel que tanto necesitaban liberar, con cuidado lo agarraron, le dieron la dirección y el ángulo que mi mente les ordenaba y esperaron a que mi vejiga respondiera el llamado.

Un chorro de orina salió disparado hacia los papeles que descansaban desordenados en una columna sobre el escritorio de Izaya, seguía sin poder moverme, pero igual pude ir al baño.

Escuche el grito de Izaya detrás mío, así como sus pasos afanados por las escaleras.

-Shizu-chan, Shizuo, para, no hagas eso, Shizu-chan!!! - Gritaba desesperado.

Una vez que se empieza a orinar es imposible parar, yo ya había empezado y aun si quería hacerlo no podía detenerme. Además, el maldito se lo merecía.

Izaya no demoró mucho en llegar a mi lado, en sus manos llevaba un jarrón verde de forma redonda y regordeta donde supuse hasta hacía un momento había flores, giró sobre sus pies y atajó mi orina con el jarrón que había logrado agarrar.

-Maldito seas Shizu-chan, ya te haré pagar esto.

Izaya acercó sus manos con el jarrón entre ellas hacia mi pelvis hasta que metió mi pene entre la boca de este. Reí un buen rato más y termine de orinar en aquel estrecho compartimiento, disfrute de su cara de odio y asco, era placentero poder someterlo y manejarlo de esa manera, verle esa cara era un lujo que no me daba todos los días.

-Te lo advertí, pulga. Necesitaba orinar. - mi mirada se torno satisfecha, mi entrecejo se arrugó y muy serio le hable. - No me jodas Izaya, o te prometo que en cuanto me pueda mover de este estúpido sofá te mataré de la manera más terrible y miserable que puedas imaginar.

-Heiwajima Shizuo. Nunca dejas de sorprenderme. Eres el único humano al que no podré amar jamás. -sostenía el jarrón con cuidado de no dejar escapar ni una sola gota de mi orina, sus ojos no abandonaron los míos, fríos, inexpresivos, odiosos.

Nos miramos por un momento que pareció eterno, ambos nos advertimos los futuros peligros sin pronunciar ni una sola palabra, mostramos nuestro odio en su forma más pura, aquel odio que provocaría batallas, aquel por el que podríamos morir.

Cuando rompimos el contacto visual, Izaya retiro el jarrón dejando libre la cabeza de mi pene, se quedó viéndome por un rato, demasiado para mi gusto, luego se dio media vuelta y se fue.

Me quedé viéndome a mí mismo por un rato intentando entender qué era lo que veía Izaya y entonces lo entendí. Recordé cuando su toalla se había caído, recordé su pene y con él su tamaño.

"¡Oh!, el mío es más grande " -pensé, sonreí satisfecho y lo devolví a su prisión entre mi boxer.

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Continuará

(Gracias a todos los que leen esta historia, es un honor para mi tenerlos como lectores. También muchas gracias a mis seguidores de Facebook que me apoyan acá, los amo, seguiré publicando en los dos sitios, pero por supuesto, Facebook estará más adelantado....En fin, los amo, muchas gracias)


(Ah! perdón por lo sucio xD jaja pero quería que fuera realista :D ahora si, nos leeremos en el próximo capítulo :D )

1. Si pudiera matarte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora