Capítulo 8: Culpa

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Lo dejé ser. Había hecho lo que me había sido posible para herirlo y para estar en mi estado actual había logrado mucho, no me sentí enojado, me sentí tranquilo por un momento, satisfecho, pero... ¿Y ahora qué? Los dos estábamos deshechos, yo tumbado en un sofá sin poder moverme, el tumbado en la lujosa alfombra sin poder moverse, ¿que íbamos a hacer si ninguno tenía la fuerza suficiente para continuar?

Mi estómago sonó recordándome lo vacío que estaba; tenía hambre, mi cabeza dolía y por mi culpa la única persona que podía hacer algo se encontraba noqueado en el suelo. Si, Izaya se había desmayado.

Suspire frustrado por la situación en la que me encontraba, nunca pensé encontrarme en esta posición tan difícil. Había ganado, pero estaba sometido, había ganado, pero estaba en desventaja, había ganado, pero me sentía estúpido, había ganado, pero me sentía basura.

Vi aquel cuerpo dormido e indefenso que estaba frente a mi y no pude evitar arrepentirme.

Siempre había imaginado ese momento en mi mente, ese donde al fin le ganaba a esa pulga despreciable y me vengaba por todo lo me había hecho, siempre imaginaba con placer ver su último momento de vida, su último respiro, su última luz, y me hacía feliz,... hacía...

Intenté mover mis piernas de nuevo, necesitaba hacer algo al respecto, esta no era la manera en que quería derrotar a aquella pulga tramposa, algo sabía amargo en esa situación, no había nada dulce y lindo en eso, eso no era lo que yo quería.

Obligué a mi cuerpo a reaccionar, a obedecer mis órdenes,tenía que levantarme. Después de media hora forzándome logré mover mi rodilla derecha hacia afuera. No era suficiente, eso no me servía de nada, mi frustración empeoró y comencé a golpear mis propias piernas en un intento inútil de hacerlas funcionar. Grité.

-¿Podrías callarte Shizu-chan? Me duele la cabeza. - No lo entendía, pero escuchar aquella voz me daba cierta tranquilidad.

-Pulga...

-Tienes una cabeza muy dura - se sentó en el suelo - ese cabezazo sigue doliendo.

Reí divertido y aliviado, aunque no sabía muy bien por qué.

-Voy al hospital, este brazo me está matando -señaló su brazo derecho con el dedo- por culpa de un maldito fenómeno.

-Te lo merecías, pulga.

-Shizuo idiota, ahora tendrás que quedarte aquí mientras vuelvo del hospital.

-¿Me traerías una hamburguesa? Muero de hambre. - Dije despreocupado, como si nada hubiera pasado.

-No es mi problema. Además, no la mereces. -Estaba tranquilo, era extraño.

Supongo que tenía razón, lo había herido. Tenía hambre. Maldita pulga.

-Tengo hambre, Pulga -dije- eres un pésimo secuestrador. -mi odio hacia él estaba volviendo.

-Dime Shizuo, ¿por qué alimentar a alguien que quiero matar? - Ya estaba de pie frente a mi .

-Maldita Pulga despreciable, creo que tengo que quitar de mi mente aquel beneficio de la duda que te tenía. Estás podrido.

En su cara se dibujó un gesto que no supe interpretar, un gesto que desdibujó su dolor físico y esbozó su dolor interno. Parecía sentido y disgustado. No demoró en disfrazarlo de un divertido sarcasmo.

No dijo ni una palabra, se dirigió al segundo piso cojeando un poco y tambaleándose otro, su brazo derecho caía recto a su costado mientras era sostenido por su mano izquierda que se aferraba cuidadosamente por encima del codo, cuando llegó arriba agarró una bolsa de papel arrugada y comenzó a bajar nuevamente al primer nivel del apartamento.

-Te odio Shizu-chan - la bolsa aterrizó en mis piernas - por favor muérete de una vez.

Voltee a verlo pero él ya iba de vuelta a las escaleras.

-Izaya... -Estaba sorprendido y extrañamente agradecido - gracias...

Lo único que escuché como respuesta fue el portazo que dejó por su salida.

Ahora me sentía como la peor basura del mundo.

Abrí la bolsa que descansaba sobre mis piernas arrugada y gastada esperando encontrar la comida que Izaya había comprado para mi. En realidad estaba esperando una simple porción de torta o en su defecto un pan, mi sorpresa fue gigante cuando descubrí una hamburguesa doble carne con papas y bebida. Maldita pulga. Pensaba que lo conocía, pero ahora no sabía qué era lo que en realidad sabía.

Mordí la hamburguesa afanado por mi estómago que clamaba algún tipo de alimento, su sabor me inundó haciendo que la comiera tan rápido que por un momento pensé que había sido un sueño, tenía tanta hambre que no noté cómo desaparecía entre mis manos.

Cuando terminé mi cena-desayuno esquive mis sentimientos de culpa recién adquiridos intentando continuar con mis casi inútiles esfuerzos por mover las piernas y así poder escapar de aquel lugar en el que me encontraba. Conté mentalmente, tomé largas respiraciones y me dispuse física y mentalmente a mover mis piernas.

Mi esfuerzo no duró mucho, mi voluntad de lucha se vio doblegado por el cansancio de la reciente pelea, si es que se le podía llamar así y sin darme cuenta caí dormido en aquel mismo lugar de la tarde anterior.

Cuando me desperté eran eso de las 3 pm, o eso creí yo, el ruido afuera era insoportable, las bocinas de los carros, las voces, los pasos, los niños, las sirenas de policía o ambulancia, no lo sabía, era tanto ruido que me estaba comenzando a enojar, entonces me di cuenta de las cosas que había a mi lado en aquel sofá.

Extrañado miré una botella con agua, comida, una cobija delgada, un balde y algunos pañuelos, al lado una nota con mala caligrafía me avisaba quién era la generosa y considerada persona que me había dejado tal regalo, además de sus deseos y las noticias que deseaba comunicarme.

"Puedes estar tranquilo, la comida y el agua no tienen veneno o alguna otra sustancia extraña, los pañuelos son en caso de que desees limpiar tus heridas o hacer lo que te dé la gana, la cobija úsala como te guste, supuse que en las noches se siente demasiado frío y el balde... Por favor,no orines más mi oficina, desocupa tu vejiga ahí mientras puedes volver a caminar.

>>Me he aburrido de molestarte Shizu-chan, no volveré hasta que te hayas largado, tengamos una tregua mientras mi brazo se recupera, por fortuna no será mucho tiempo, solo fue una fisura. Así que lárgate o muérete rápido maldito fenómeno."

El papel no estaba firmado pero no era necesario, eso apestaba a la pulga.

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Continuará

:)

1. Si pudiera matarte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora