Capítulo 28: Honesto

1.3K 158 24
                                    

Nos besamos un buen rato más y nos levantamos por el ruido de nuestro estómago. Estábamos hambrientos.

Del armario saqué una camisa y se la puse, levanté la que me había dado para limpiar mi mano y la arrojé a la canasta con ropa sucia. Íbamos hacia la cocina cuando sentí un peso extra en la espalda.

-¿Qué pasa Izaya?

-No me digas Izaya, siento que me odias cuando lo dices. -Estaba haciendo un puchero, no podía creerlo. Y yo que pensaba haberlo visto todo.

Reí tan fuerte como pude.

-Es que te odio.-reí de nuevo -que no te pueda matar es otra cosa.

-Supongo que me pasa lo mismo. -Reconoció al fin.

Volví a reír.

-¿Y entonces? ¿Qué pasa Pulga?

-Llévame a la cocina, no quiero caminar.

-No creí ver esta faceta tuya nunca.-reí -Me gusta.

-Tú pediste verla.-Tomó impulso y se subió bien a mi espalda -No me sueltes fenómeno.

-No lo haré, Pulga estúpida. -Reí y lo agarré por las piernas.

Se agarró a mi cuello tan fuerte que me estaba ahorcando; apreté sus piernas tan fuerte como me fue posible antes de romperle el hueso, cuando me di cuenta que lo hacía de aposta.

Soltó un grito al sentir el dolor y se soltó de mi cuello. Empezó a caer hacia el suelo pero lo ataje antes de que se golpeara; aún no se como lo logré, solo se que por poco me disloco un hombro.

-Te dije que no te dejaría caer.

-¿No sabes lo que es una broma? - Su pelo colgaba hacia abajo, su rostro veía el techo, yo de alguna manera logré visualizarlo de reojo - Maldito fenómeno.

-Tus bromas son especialmente únicas. -El maldito lograba sacar la peor parte de mi. Estaba enojado.-Te mataría si pudiera. Izaya.

-Pues mátame -me retó -¿Qué te lo impide?

-Si te mato me estaría matando a mi mismo. Pulga estúpida, pensé que ya lo habías entendido.

Se quedó en silencio un rato, no hubo respuesta a mi confesión.

-Apurate y sube otra vez, siento que mi brazo se va a romper en cualquier momento.

-Déjame caer -pidió.

-¿Por qué?

-Sólo hazlo. -Gritó

Me arrodille para poder dejarlo en el suelo sin que se golpeara, solté sus piernas y me levante, cuando di la vuelta Izaya me saltó encima abrazándose con piernas y manos a mi; escondió su cara en mi cuello y lo besó antes de hablar. Este hombre era un demente en todo el sentido de la palabra.

-¿Lo que dijiste fue cierto?

-¿Qué cosa?

-Eres un idiota -susurró - acerca de morirte si yo me muero...

-Muy cierto- pasé mis brazos a su alrededor formando un abrazo-, va demasiado en serio.

-Eres muy honesto Shizu-chan.

-Y tu no lo eres para nada.- masajee su espalda formando una caricia - vamos, tengo hambre.

Comencé a caminar fuera de la habitación hasta las escaleras para llegar a la primera planta; Izaya observó la puerta dañada y me mordió en el cuello donde seguía escondido.

-¿Qué sucede ahora? -No lo entendía para nada; eso solo hacía que me enojara cada vez más.

-Gracias por romper la puerta.

-¿Ah?-definitivamente no lo entendía.

-Nada... Camina rápido, tengo hambre.

.

.

.

(Me imaginaba a Izaya diciendo: Gracias por romper la puerta, y se me rompe el kokoro xD es tan lindo :v
Por otro lado, no me maten :( he estado tremendamente ocupada, mi hermano es candidato a la alcaldía y estamos en campaña, créanme, es muy duro. En fin, como siempre, gracias por leer, los amo :* )

1. Si pudiera matarte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora