1. Si pudiera matarte...

Capítulo 22: Esperanza

Observé su espalda por última vez antes de ser yo quien me dirigiera a la puerta, intentando decirle en silencio todo lo que había planeado. Mis puños se fundieron, mis ojos ardieron en un aviso de las lágrimas que amenazaban con salir furiosas y dolidas, mi corazón lloró mientras escuchaba la lógica de mi cerebro y sus tan conocidas palabras: te lo dije. Se resignó, la esperanza lo abandonó, y con dolor dijo en silencio: Adiós.

Mis pies se movieron hacia las escaleras y no se detuvieron hasta tocar el primer escalón, allí se anclaron hasta recoger el valor necesario para despedirse por última vez.

-Adiós, Pulga. -Dije al fin.

Comencé a caminar tranquilamente, pero entonces mi existencia misma me rogó salir de aquel lugar. Necesitaba hacerlo, como fuera, lo más rápido que pudiera; no podía derrumbarme ante él.

Así que salté y llegué a la puerta sin siquiera agitarme; observé mis daños; la chapa dañada en el suelo hecha pedazos junto a mi esperanza; ya sabía que eso podría pasar y sin embargo sentía tanto dolor.

Mi cerebro advirtió, mi corazón una vez más no quiso escuchar.

Abrí la puerta que se movía de lado a lado con cada corriente de aire que pasaba y salí a correr, ya iba llegando al ascensor cuando caí hacia el frente por culpa de un peso adicional en mi espalda.

-¿A dónde crees que vas?-Esa voz dulzona me acarició -¿Cuándo te permití salir de mi apartamento? -Su mano izquierda se aferraba a mi cabellera mientras la derecha me apuntaba con su tan conocida navaja.

-Pulga... -Susurré sorprendido intentando voltear mi cuello para poder verlo -¿Qué pasa?

-Maldito fenómeno. -Me escupió con furia sus palabras -¿Qué crees? No me dejaste terminar, me dejaste parado con las palabras en la boca.

-¿Qué? -Pregunté, no entendía nada de lo que estaba pasando. Pensé que me había rechazado.

-Cállate -ordenó -Levanté y vuelve al maldito departamento. -Tiró mi cabeza hacia atrás -¡Que te levantes!

Me levanté y contra la pared de mi lado golpee con fuerza su espalda provocando que me soltara y cayera al suelo.

-¿A qué juegas, Pulga? -Pregunté -Toma las cosas en serio por una vez en tu vida.-pedí.

-Te lo digo muy en serio.-tosió por el golpe.-Vuelve a la casa.

Y con esas sencillas palabras, mi estúpida esperanza renació y volvió a ilusionar mi corazón.

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Continuará

(Es extremadamente corto, ya lo se >_< no me asesinen ja ja , pero es que tenía que dejarlos así, yo se que se van a emocionar, y si no, pues son unos insensibles xD en fin :D, como siempre espero que les guste, gracias por leerme :) y por todo su apoyo, nos vemos en unos días)