Sonreí pegado a su cuello antes de separarme de él; lo vi a los ojos aún con la curva en mis labios, satisfecho por el control que estaba llevando en la situación.
-Ya está, ahora bájate. - Zafó sus piernas y brazos cayendo de espalda al sofá. Gruñó por la sacudida.
-¿Qué trajiste, fenómeno? - Estiró sus piernas y se acomodó en el sofá de esa forma en que sólo él sabía hacerlo.
-Hamburguesas.
-Sigo sin entender por qué te gusta tanto esa basura de comida. -Suspiró - Fenómeno.
-Te lo vas a comer igual.
-Si...-Volvió a poner su expresión triunfal, sonrió macabramente, sus ojos se curvaron y brillaron. Volvía a ser Izaya, ya no era aquel cuerpo vacío y sin vida que había encontrado en la tarde.
Lancé la bolsa que le correspondía a sus piernas, me senté en el sofá de al lado y saqué mi hamburguesa. Agarró la bolsa con cara de asco en un intento de molestarme, pero fue inútil, me reí a todo pulmón viendo su expresión.
-Te obligare a comer de ser necesario, así que come.
-Shizu-chan... -Me veía serio y desafiante -Cierra la boca.
No le puse atención, tenía tanta hambre que solo pensaba en la hamburguesa que tenía frente a mí. La saqué del empaque y la devoré hasta la mitad; Izaya me observaba embelesado y asqueado al mismo tiempo, cuando me di cuenta de eso no pude evitar reírme de nuevo.
-Da asco ver que la disfrutes tanto.
-Izaya, come- reí - está buena.
-Si, tu estúpida expresión me lo dice.
Reí y seguí comiendo. Izaya decidió que era justo para su estómago darle algo de comer, así que resignado a comer la basura que yo había comprado, mordió su hamburguesa. Sus ojos se iluminaron confirmando lo que yo había dicho.
-Está buena, ¿verdad?
Me Ignoró completamente y siguió comiendo con expresión indiferente.
-Pulga,-yo ya había terminado de comer, estaba guardando la basura en la bolsa cuando decidí que quería saber otra verdad que solo él podría decirme - ¿Qué te pasaba antes?
-¿Ah?-Parecía un hámster con sus mejillas llenas.
-No te hagas el idiota, ¿Qué tenías cuando llegué?
-Nada.-intentaba hacerse el desentendido con esa mirada vaga en el rostro.
-Estabas medio muerto cuando te encontré -Si lo decía de alguna manera, era como haberme visto a mi mismo días anteriores - ¿Y Namie? ¿Por qué no estaba trabajando?
-No te interesa -iba por mitad de hamburguesa; seguía intentando parecer indiferente.
-Izaya-kun... -Me estaba enojando.
-¿Qué? ¿Ya estás enojado? -Rió tapando su boca para evitar que saliera comida de ella- Shizu-chan, te lo diré, no ahora, pero lo haré.
-Tienes esa hamburguesa como tiempo. Es decir, cuando la termines o empiezas a hablar o te llevo a la habitación y te lo sacó a las malas.
No me hablo hasta que terminó de comer; limpio sus manos, apoyó sus pies en la mesa y sus brazos en el respaldo de la silla.
-En realidad prefiero que me lo saques a las malas.
Me levanté; de una patada quité la mesa y con mi brazo derecho lo subí a mi hombro. Subí de tres saltos la escalera y llegué al baño de la habitación; dejé a Izaya sobre el mesón del lavabo, vi su rostro; intentaba contener una risa.
-¿Te das cuenta de lo fácil que es manejarte? -Se burló.
-¿Qué? -Estaba molesto con él y conmigo; con él por manipularme, conmigo por ser tan idiota.
-Nada.- Sus piernas se habían enrollado de mi cintura- ¿y entonces? ¿me ibas a obligar?
Agarré su cepillo de dientes, un poco de crema, abrí sus labios con mi dedo y lo besé rápidamente.
-Abre la boca, Pulga.
Obedeció. Cepille sus dientes de una manera muy burda, fui demasiado torpe con los movimientos y vi como aguantaba varias arcadas por mi culpa, sin embargo, ya estaba limpia su boca.
-Juagate la boca, luego baja, voy a lavarme la boca también.
-No tengo cepillo de sobra. -Me miraba un poco desconcertado.
-No lo necesito, usaré el tuyo.
-¿Ah? ¡Qué asco! -De verdad lo sentía, su cara no mentía - por supuesto que no harás eso.
-Izaya, te metí la lengua hasta la garganta, ¿por qué crees que me daría asco usar tu cepillo dientes?
Se quedó pensando por un rato; lo que yo le había dicho era muy cierto, pero su asco sin fundamentos estaba decidido a hacerme abandonar la idea de usar el mismo cepillo que él.
-Es algo personal... No puedes hacer eso Shizu-chan.
-Pulga, de verdad que quiero besarte, pero si tengo mi boca sucia no puedo hacerlo, simplemente no lo haré. Es un régimen de limpieza.-bajé a la pulga y lo dejé de pie a mi lado, cogí su cepillo y crema y empecé a cepillarme los dientes.
-Voy a cambiar ese cepillo de todas formas.
-Hash ldo qdhue quiedhas (has lo que quieras)
Limpie mi boca con la toalla a mi lado, arregle mi pelo y traje frente al espejo, incluso limpie el mesón; todo por intentar hacer tiempo, quería ver cómo reaccionaba.
-Ey, Shizuo...
-¿Mmm?
-Tengo afán.
-Yo no.
Cuando me estaba dando vuelta para verlo se colgó de mi cuello y lo besó.
-No me hagas rogar estúpido fenómeno.
-Es divertido verte, así que sigue haciéndolo. -Enrolle mis brazos alrededor de su cintura atrayéndolo hacia mí.
-Suéltame- pidió -así no es divertido.-zafó sus manos y me soltó de su agarre.
Lo apreté más fuerte contra mí, no le di oportunidad de escapar.
-¿A dónde vas? -Lo levanté entre mis brazos y lo dejé sobre el mesón de nuevo; Izaya apoyó sus brazos detrás de su espalda sobre el frío del mármol, se acomodó y me sonrió con su libido en los labios.
-A ningún lado. Ahora estoy cómodo.
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.
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Continuará
(Me extrañaron bellezas? yo a ustedes si :D pues les informo que ya entre a la universidad.... y ... si, ya tengo una cola gigante de trabajos...que horror T_T animenme amores :( cuéntenme de su vida, ya pasaron a leer la otra historia? que les pareció?
Bueno, pasemos a los comentarios del capítulo... Joder! les he dejado un capítulo gigante! :D así que a gritar como locos :D jajaj xD :3
Este capítulo va dedicado a la grandiosa FredoGodofredoLS que comenta casi todos mis capítulos :) muchas gracias! y a todos ustedes también amores, gracias por dedicar su tiempo a mi historia... los amo y hasta una próxima)
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1. Si pudiera matarte...
FanfictionHeiwajiwa Shizuo cree que su vida sería maravillosa si pudiera deshacerse de cierta existencia molesta. Izaya Orihara. Un día mientras camina junto a Tom-san, es provocando por Izaya que, muy astuto, le tenía preparada una trampa. Secuestrado y sin...