Contemos de nuevo una vieja historia para ver que tan bien la conoces.
Maleficent, herido, traicionado y sin alas por culpa Stephan, en quien había confiado pagando muy caro por confiar en un humano, se encuentra en un campo donde ve a un cuervo atr...
—Stephan ordenó que la regresemos un día después —le recordó Knotgrass.
—No, dijo que en su cumpleaños.
—No, el día después de su cumpleaños.
—El día.
—Después —dijo Knotgrass y le arrojó una flor a Thistletwit.
Esto continuó hasta que Flittle se interpuso entre ellas.
—¡Ya basta! —dijo.
Knotgrass le arrojó harina y, a cambio, Flittle le dio una bofetada en la cara.
Flittle y Thistlewit comenzaron a reírse de ella cuando notaron que un lado de su rostro comenzó a ponerse azul.
—¿Qué? —Knotgrass preguntó mientras se giraba para ver su reflejo y jadeaba horrorizada—. ¿Cómo pudiste? —preguntó mientras las demás se reían cuando Aurora entró en la cabaña.
—Hola, tias, creo que tenemos que hablar —dijo.
Flittle asintió.
—Oh, sí cariño, ¿qué sucede?
Aurora entró con la cabeza gacha una vez que miró hacia arriba, levantó una ceja ante la mancha azul en la cara de Knotgrass cuando desapareció de repente.
—Lamento tener que decirles esto, pero cumplo dieciséis mañana…
—Oh, sí —dijo Flittle.
Las tres hadas se echaron a reír cuando Knotgrass trajo el pastel que habían preparado, que parecía algo que haría un niño de cinco años.
Aurora miró el pastel y luego volvió a mirar a las hadas.
—Y me voy a mudar.
La sonrisa de las hadas cayó junto con el pastel.
—Escucha, señorita. Ya pasé dieciséis años en esta miserable cabaña con estas incompetentes…
Flittle y Thistlewit se quedaron sin aliento ante su escandalosa declaración y la miran indignadas.
—¡Silencio! No lo arruinaras un día antes. Vamos a regresarte con tu padre y…
Knotgrass de repente se dio cuenta de que había revelado el secreto.
—¿Mi padre? Dijeron que mis padres murieron.
—Creo que es mejor que vengas y te sientes —Flittle le dijo.
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Después de que las hadas le contaron a Aurora sobre su padre, ella salió de la cabaña luciendo angustiada y corrió hacia el páramo llamando a Maleficent y T/n.
—¡Hada padrino! ¡Hada madrina! —llamó Aurora.
Maleficent, que normalmente tenía a T/n a su lado, excepto ahora.
—¿Qué pasa? —preguntó Maleficent.
—¿Cuándo ibas a decirme que me hechizaron? ¿Es verdad? —preguntó Aurora.
—Así es —dijo Maleficent.
Las lágrimas se formaron en los ojos de Aurora.
—Mis tías dijeron que fue un hada malvada. Ya… ya olvide su nombre. Dijeron que era…
—Maleficent —Maleficent terminó la frase.
Aurora miró a Maleficent con tristeza en sus ojos, sus labios temblando.
—¿Eres tú? ¿Tú eres Maleficent? —preguntó.
Por primera vez, Maleficent sintió que su mundo se desmoronaba lentamente. Primero, perdió a T/n, la única que estaba a su lado se había ido y ahora, también estaba perdiendo a la niña que crió.
Maleficent, miró a Aurora con lágrimas en los ojos, dio un paso más cerca de ella.
—¡No! Aléjate de mí. Tú eres el mal que hay en el mundo. ¡Eres tú! —con eso, Aurora dio media vuelta y salió corriendo.
