𝑻𝒉𝒆𝒊𝒓 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒚 (𝑴!𝑴𝒂𝒍é𝒇𝒊𝒄𝒂 𝒙 𝑭!𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓)

Capítulo 14: El Fénix

—Bueno, tal vez no.

—Por favor no hagas esto —le supliqué mientras ponía mis manos en sus mejillas.

—Te conozco, Maleficent y este no eres tú, no hay necesidad de esto, la estás dejando ganar, podríamos- —Traté de razonar con él.

Maléfica me gruñó.

—No me conoces, T/n, nunca lo hiciste, este es el verdadero yo —dijo.

¿Está hablando en serio?

—Te he visto en tus horas más oscuras y estuve ahí, a tu lado hasta que pudiste ver la luz y si no puedes ver la luz, déjame ayudarte.

Con eso, lo jalé hacia abajo y lo besé. Pude sentirlo tensarse pero pronto se relajó.

Me separé del beso y observé cómo sus ojos volvían a su verde normal.

Una sonrisa apareció en mi rostro cuando sentí lágrimas en mis ojos. Finalmente, lo recuperé.

De repente me hizo a un lado y tomó mi posición anterior cuando escuché que se soltaba un arma.

Jadeó cuando la flecha lo golpeó en la espalda mientras el polvo rojo comenzaba a extenderse. Observé sorprendida mientras se convertía en cenizas justo en frente de mí.

—¡No! —grité mientras caía de rodillas, las lágrimas rodaban por mis mejillas.

—¡No puedes dejarme ! ¡No otra vez! — sollocé mientras las lágrimas caían de mis mejillas y caían al suelo.

—¿Te digo lo que diferencia a un gran líder, T/n? —Ingrith preguntó.

No le hice caso, sollozaba por la muerte de Maleficent.

—La habilidad de infundir temor en sus  súbditos... y luego usar ese miedo... contra sus enemigos —caminó cerca de mí.

—Así que yo... yo esparcí el relato del malvado brujo... y la princesa a la que hechizo. No importaba quién despertara a la Bella Durmiente. Todos sintieron temor. Y la historia se volvió una leyenda —explicó.

Me levanté para atacarla cuando dos guardias me sujetaron por los brazos. Lancé un grito de enojo mientras la miraba, con rabia en mis ojos.

—Sé que crees que soy un monstruo.

—No, sé que eres un monstruo —le espeté, todavía tratando de salir del agarre del guardia.

—Pero lo que le hice al rey, a Maleficent, a mi hijo... lo hice por Ulstead.

Esta mujer está loca. No estaba segura de si sus ojos se pusieron rojos debido a las lágrimas o por la ira.

—No creo que maldecir al rey, matar al suegro de tu hijo y causar una guerra proteja a tu país o a los que amas.

Me dio la espalda y comenzó a caminar hacia el balcón. —Eres una traidora hacia los tuyos, y vas a pagar por ello —me advirtió.

—¡Ni siquiera soy humana! ¡Y el hecho de que pienses que lo soy es un insulto! ¡Nunca podría ser como tú! ¡Todos los humanos luchan entre sí por el poder! ¡Si pensaran con claridad nada de esto pasaría! ¡Y no me jalen!

—¡Maleficent ha muerto! ¡Nunca más vivirán con temor!

Finalmente me liberé del agarre del guardia y fui directamente hacia ella. —Tu pe-

De repente, fui retenido nuevamente cuando ella se volvió hacia mí.

—¡Ulstead es libre ahora!

Hice mi mejor esfuerzo para salir de su agarre.