Contemos de nuevo una vieja historia para ver que tan bien la conoces.
Maleficent, herido, traicionado y sin alas por culpa Stephan, en quien había confiado pagando muy caro por confiar en un humano, se encuentra en un campo donde ve a un cuervo atr...
Dentro del gran comedor Phillip, el rey Jhon y la reina Ingrith se quedaron esperando a Aurora y su familia cuando empezaron a sonar las trompetas, indicando que habían llegado.
—Llegaron —dijo Phillip mientras se enderezaba.
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En el pasillo T/n, Maleficent y Aurora se dirigían al comedor y se encontraron con un escudo tallado con un oso, lo que despertó la curiosidad de T/n.
—¿Has considerado convertirme en un oso? —T/n le preguntó a Maléfica, quien la miró, sin impresionarse.
T/n no se dio cuenta mientras continuaba.
—Creo que me vería impresionante, ¿Verdad? Tienen esas garras. Son tan fuertes-
—¿Por qué estamos hablando de osos? —Maleficent la interrumpió.
Ella sonrió.
—¿No me digas que les tienes miedo, Maleficent? —preguntó en broma.
Maleficent sonrió. —Claro que no y tú y yo lo sabemos.
Los guardias a su alrededor no podían creer lo que veían. ¿Esta mujer iba a molestar al gran Maleficent?
Parece que la historia de Maleficent olvidó a la Reina en este juego de ajedrez.
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~Al otro lado de la puerta~
—Presentando a la Reina Aurora del páramo —Gretha anunció seguida por los violines tocando una melodía cortesana cuando las puertas se abrieron revelando a Aurora.
Cuando entró en la habitación, un sirviente se acercó a ella y les dio las gracias antes de acompañarla rápidamente a Phillip, quien se encontró con ella a mitad de camino para darle un abrazo.
—Estas bellisima —Phillip la felicitó.
—Estoy feliz de estar aquí —le dijo mientras se giraban para mirar al Rey y Reina.
—Aurora, es un honor conocerte —el Rey
la saludó—. Bienvenida a Ulstead —dijo y se alejó para que Ingrith la saludara.
—Una joven muy hermosa —dijo Ingrith mientras colocaba una mano en su mejilla y levantaba la barbilla con el pulgar—. Veo porque te robaste el corazón de Philip —Ingris sonrió mientras tocaba juguetonamente su barbilla.
—Gracias, Majestad —dijo Aurora mientras se inclinaba provocando que Ingrith inhalara el aroma de las flores en su cabello. Aurora la miró confundida por qué estaba oliendo de repente.
—Las flores en tu cabello. Soy alérgica —explicó.
—Como lo siento —se disculpó Aurora.
—No, no. No, no. Descuida. Son muy bellas —le aseguró.
—Presentando a Maleficent.
Las puertas se abren para revelar a Maleficent y T/n. Tan pronto como el Maestro del Mal y su amada entraron, la atmósfera cambió. Un sirviente comenzó a temblar.
—Maleficent, Lady T/n. Cuanto tiempo sin verlos —Phillip los saludó y la puerta se cerró detrás de ellos—. Él es mi padre, el rey Jhon de Ulstead. Y mi madre, la reina Ingrith —presentó.
—Bienvenidos a nuestro hogar.
Maleficent parpadeó antes de que T/n apretara rápidamente su mano, haciendo que le prestara atención.
T/n sonrió.
—Puedes hacerlo —le habló levemente.
Su mirada dura en su rostro se suaviza ante su sonrisa antes de volverse hacia el Rey Jhon e Ingrith.
—Han sido muy gentiles al invitarme a su velada.
—Sin colmillos —le dijo T/n en voz baja.
Forzó una sonrisa.
—Y, um, me gustaría presentarles a T/n, ha sido una segunda madre para mí —Aurora la presentó, causando que T/n se sorprendiera, no esperaba eso.
—Supongo que no tuvieron problema para encontrar el castillo —dijo el rey con una sonrisa amable.
—¿Por qué sería un problema? —preguntó Maleficent.
Un sirviente se acercó a T/n para tomar su abrigo pero con una dura mirada de muerte de
Maleficent, inmediatamente retrocedió.
Maleficent caminó frente a T/n y extendió sus alas para que nadie detrás de él pudiera verla.
Él le quitó el abrigo.
Ella estaba muy tentada a burlarse de él por ser sobreprotector con ella, pero decidió guardarlo para sí misma.
—Solo busca conversar, cariño —dijo T/n.
—¿Hm?
T/n suspiró y él puso su mano en su mejilla.
—Te lo explico luego, pero lo estás haciendo increíble, ¿sabes? —le dijo.
Su labio comenzó a torcerse mientras trataba de reprimir una sonrisa.
Se alejó de delante de ella y volvió a su lado.
—No tuvimos ningún problema —T/n le aseguró al Rey mientras Maleficent le hacía señas a un sirviente para que tomara el abrigo de T/n.
—Majestades, damas y caballeros, la cena está servida —anunció Greda mientras los sirvientes cerca de la mesa retrocedían simultáneamente.
