#02- Hinata.

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Cerró con fuerza los ojos mientras el llanto descendía, llenando de pequeñas gotas húmedas el futon.

No encontraba explicación coherente, que explicara el porque se sentía tan mal, tan inútil, tan...miserable.

Intentaba sonreír, era lo menos que podía intentar, su Naruto-kun estaba feliz, se casaría con su compañera de equipo y amiga, que también era una de sus mejores amigas... Pero se sentía mal, como sí estuviera dentro de un profundo pozo, oscuro y solitario, con ganas infinitas de desaparecer y dejar de sentir, tanto por su propio dolor, como por conservar ese afecto ante un muy pronto hombre casado.

El amanecer siguió su marcha, dejando entrar pequeños rayos por la ventana. Hinata comenzó a odiar los amaneceres. Se levantó torpemente, dejando ver unas enormes bolsas bajo los ojos, y el cabello totalmente hecho una maraña, que intentó desenredar con el cepillo.

A lo lejos se lograban escuchar golpes, seguramente su Imotō-san había comenzado su entrenamiento. Los exámenes chūnin estaban cerca, y la pequeña Hanabi trataba de ocultar la creciente emoción bajo esa máscara de estoicidad, típica de todo Hyūga.

Dejó el cepillo y se dirigió a darse una ducha, quedaban pocas horas y su Otō-san odiaba los retrasos.

El kimono azul, con detalles bordados a mano y el obi dorado estaban listos. Con cuidado caminó luchando con el llanto hasta la sección del bōke...

— Ohayo gozaimasu, Hinata-sama...

Una de las mujeres hizo una reverencia, pero Hinata se lanzó a ella con el llanto desbordado...la bōke se limitó a mirar con tristeza a la pobre chica y tratar de animarla con palabras de ánimo.

Hinata se había ganado el cariño y el respeto de la casa secundaria, no sólo por ser una sōke, sino por su amabilidad y ternura que compartía con todos y cada uno, sin hacer diferencias, ya que todos para ella, eran su familia, y eso era algo nada típico en un Hyūga, y menos en un sōke... Kari Hyūga no pudo menos que intentar consolarle y ayudarle a ponerse el kimono, mientras secaba con un pequeño pañuelo, las lágrimas de la joven.

Salió lista y cruzó hasta llegar a la casa principal, dónde su padre y demás miembros del sōke esperaban; ya Hanabi se encontraba de pie, vistiendo un kimono naranja, con detalles de otoño bordados y un obi negro con hilos de plata, se hizo al lado de la pequeña y al otro lado su niisan, con un yukata negro.

Hinata caminaba como una condenada, cada paso le era pesado. Saber que intentó por mucho tiempo llenar su extensa agenda con misiones, aún asi fueran tan absurdas como acompañar a unos genin a recolectar vegetales, y que luego Hokage-sama había cancelado las misiones de la última semana por la celebración de que dos de sus pupilos unirían sus vidas...Kami-sama le estaba haciendo pagar algun crimen cometido en alguna vida pasada.

Al llegar al lugar, se sentaron...El Tokono ma estaba adornado con varias flores, todas procedentes de la floristería Yamanaka, y algunos objetos sagrados, en el altar estaban colocados como ofrenda el Noshi, el Yanagui taruryo, el Surume, el Konbu, el Tomoshiraga y el Suehiro, seis de las siete ofrendas que se dan en el Yuino no Gui. El séptimo era el Yuino Hin, que es una dote a la novia para la confección a gusto de su vestido...

El salón estaba lleno de personas, las más importantes de la aldea, en el fondo, y muy cerca de Tsunade y Kurenai, Uchiha Sasuke, con su típico ceño, de brazos cruzados y siendo vigilado por estas.

Por otro lado la familia más poderosa de la aldea oculta. El clan Hyūga, con Hyūga Hiashi en el centro, su hija menor a su derecha, la mayor a su izquierda, junto al llamado genio, y luego los demás miembros del sōke.

La ceremonia empezó, los novios entraron al mismo tiempo, el Uzumaki iba escoltado por su querido sensei, el Rokudaime Hokage, Kakashi-sama... y la novia, Haruno Sakura, escoltada por su madre...ambos se colocaron en su respectivos lugares, ambos sonrientes y felices.

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