#05- Chō-nankan no daiichi shiken.

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— ¡ESTOY LISTO! Y YO JAMÁS RETROCEDERÉ A MI PALABRA...¡YO SERÉ HOKAGE!— Fue el grito del héroe de Konoha, con el puño hacia el frente, ojos cerrados y sonrisa muy extendida cuando la pequeña de trece años y ojos opalinos le hizo la pregunta.

Él era así, él era Naruto Uzumaki, el ninja hiperactivo, una leyenda viviente, con rasgos de zorro en su rostro, y el kyūbi en su interior que no sólo era una bestia con cola...sino también un amigo para él... Él, el ninja que de un tiempo para acá era muy asediado por su propio club de fans (¿Quién iba a imaginarlo?) cosa que no era del agrado de su esposa, y ya varias habían tenido que sufrir los potentes golpes cargados con chakra de parte de la médico ninja y alumna de la Godaime.

— ¿Podrías bajar la voz, Naruto?— dijo la joven mujer, mirando con una sonrisa a su esposo.

Él era así, y ella lo adoraba...había aprendido a amarlo tal como él era, con esa actitud infantil, con esos arrebatos de optimismo explosivos...pero estaban en medio de la barra de Ichiraku-Ramen y las demás personas habían comenzado a quejarse.

Hanabi Hyūga escuchaba el relato de los antiguos exámenes de boca de su nuevo mejor amigo (había comenzado a considerar asi al rubio desde hacia dos semanas, el día de la "audiencia" pedida y luego que le explicase los motivos por los cuales nunca pudo, ni quiso alimentar las esperanzas de su Oneesan)... Era noble... "¡Encontrará a alguien que la ame de la manera que ella merece, dattebayo!" habían sido sus palabras y ella quiso creerlas, su neesan lo merecía.

Naruto continuó el relato del enfrentamiento de él contra Inuzuka Kiba, y en ocasiones el relato era complementado con las palabras de la Haruno ahora Uzumaki...y aunque su corazón latia con emoción ante el reto, sus ojos blancos se ensombrecieron, bajó el rostro con pena, sus compañeros del nuevo equipo 10, también llamado equipo Kurenai, habían salido muy lastimados en la última misión, una misión fácil a decir verdad, pero tras la emboscada de ninjas renegados los pobres pequeños habían quedado seriamente lastimados.

— Se hace tarde, arigato por el ramen, Naruto-San, Sakura-San.— la pequeña salió corriendo y usando el suficiente chakra en los pies, subió rápidamente sobre los tejados en dirección del territorio de los Hyūga.

Naruto por su parte frunció el rostro, brindandole un aspecto curioso, sus zorrunos rasgos se hicieron más evidentes, salió del lugar con las manos sobre su cabeza— Hanabi-Chan se miraba extraña... Creo que no le gustó el ramen

— Naruto...

— ¡Dattebayo! Dejó más de la mitad del tazón.

— Naruto...

— Debe tener algun problema del estómago, el ramen de Ichiraku es el mejor— Dijo lo último con pequeñas lágrimas en los ojos y el puño arriba, segundos antes de ser impactado por el puño cargado con chakra de la pelirosa— ¡¿Y ahora que hice?!

— ¡Intento hablarte, baka!— cerró los ojos intentando respirar y reprimir su intensa furia.— Hanabi-chan está triste porqué no entrará a los exámenes.

Naruto párpadeó varias veces y miró a la kunoichi con asombro.

— Pero Kurenai-sensei ya había inscrito al nuevo equipo diez...¿no?

Sakura asintió y comenzó a dar su explicación— Hace dos días fueron emboscados... Tenían una misión simple, escoltar un cargamento de flores hacia la frontera con el País del Viento.

Naruto se cruzó de brazos mientras seguía caminando...

— ¿Las flores acaso eran valiosas?

Hai, Naruto— Sakura asintió— era un cargamento de flores muy extrañas, que servirían para hacer perfume...la misión fue un éxito, pero los dos niños quedaron en mal estado y Hanabi-chan segun Kurenai-Sensei se salvó de ser lastimada por el uso del Kaiten, luego ella logró rescatarlos por medio de un genjutsu.

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