Epilogo

477 54 7
                                    

El viento frío de la mañana acariciaba sus mejillas pálidas, sus ojos grises fijos en el cielo aun nocturno. tomo aun más fuerte la manta arriba de sus hombros y se abrigo un poco más.

Pasado algunos minutos, sus ojos contemplaron una de las más maravillosas vistas que jamás haya visto. Ante sus ojos se alzaba un hermoso amanecer, los cálidos rayos del sol que iban saliendo calentaban sus frías mejillas. El aire que lo rodeaba antes frío, comenzaba a ser más cálido.

Pasado algunos minutos quito la manta de sus hombros y la doblo a su costado, parándose del tronco en el cual estaba sentado.

Su cabello gris se movía al compás de los vientos leves qué lo rodeaban en ese momento. Cerrando sus ojos, inhalo y exhalo de una manera lenta, el olor a hierba dandole de yeno en su nariz.

Se sintió pleno, rodeado de tranquilidad.

Una hora después, se encontraba dirigiéndose a su hogar, daba pasos lentos observando la inmensidad del bosque. Las hojas secas debajo de él crujían suavemente. A lo lejos diviso una pequeña cabaña.

Al llegar, subió los escalones hasta llegar a la puerta principal, pero se debutó cuando escucho un motor de auto y un claxon bastante conocido.

Se giro lentamente, encontrándose con el pelinegro mirándole fijamente, en sus manos tenia una bolsa con un sello de comida coreana.

Sus ojos se quedaron fijos durante varios minutos, hasta que hablo.

—Pensé que llegarías la próxima semana—Comento el omega, mientras se daba la vuelta y abría la puerta.

—Ese era el plan, pero adelante algunos pendientes para poder estar aquí hoy—Contesto Jungkook, siguiendo a Taehyung dentro de la casa.

El omega comenzó a sacar varios platos y palillos, comenzando a ordenarlos en la pequeña mesa de la cocina. El alfa llegó después de cerrar la puerta, abriendo la bolsa y sacando la.variedad de comida que traía.

—¿Es bolgogi?—Pregunto después de sentarse.

—Si—Contesto.

Ambos se sentaron para comer. En silencio degustaron la comida traída por el pelinegro, no hubo conversaciones ni intercambio de miradas, solo ellos, comiendo en silencio.

Después de terminar de comer, el pelinegro recogió los platos y los llevo al fregadero, donde se arremango las mangas y comenzó a lavar los platos sucios. El omega se quedó quieto en su lugar, mirando por la ventana como el sol se alzaba calentando todo.

Hasta que rompió el silencio.

—Odio este lugar—Dijo en un susurro, sus ojos aún fijos en el horizonte.

—Lo sé—Respondió Jungkook.

—Odio estar en esta casa—Volvió a hablar, su voz saliendo entrecortada.

—Lo se.

—Odio esto—Susurro.

La respuesta de jungkook tardo en llegar, pero ya se la veía venir.

—...Lo se.

Jungkook detuvo lo que estaba haciendo antes de secar sus manos y girar para mirar fijamente al omega el cual seguía sentado mirando fijo a través de  la ventana.

Hace dos años había terminado todo para ellos. Su madre fue arrestada por sus delitos, la imagen que tenían de ella se mancho en  todo el mundo. Jungkook sintio un gran alivio en su interioir. Por fin era libre. Libre de la opresion de su madre y de sus estandares absurdos. Era libre para escoger con quien estar, libre para amar.Pensaron que por fin estarían en paz, pero no fue así.

Jeon Dynasty  [ Kooktae ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora